"Ya somos europeos"

"Lo de ir de torero ya no mola", dice Fernando, de 26 a?os. Junto con otros cinco j¨®venes, viene de Toledo. En su opini¨®n, los t¨®picos han sido desterrados de la iconograf¨ªa animadora de la selecci¨®n espa?ola. Ellos, desde luego, tienen un aspecto de lo m¨¢s moderno. "Ya somos europeos", dicen. Y les parece muy divertido. Se equivocan. Al menos, en parte. Bernardo y Bosco, de Bilbao y sin haber cumplido la mayor¨ªa de edad, no est¨¢n de acuerdo: "Se han cumplido todos los topicazos: el toro, los sombreros cordobeses y el Porompompero". En Hannover, ayer, fueron cerca de 10.000 y muchos se quedaron sin entrada. La reventa se cotiz¨® a casi 200 euros.

Los dos tienen raz¨®n. Hay una parte de la hinchada espa?ola que ha adoptado un nuevo estilo, "m¨¢s moderno, menos cutre", y otra que permanece fiel a la imagen m¨¢s folcl¨®rica. "No hay muchos cafres ni gente casposa", asegura Mar¨ªa de 28 a?os. Es una buena fuente. Por desapasionada. En realidad, ha venido porque se ha empe?ado su novio. "Luego ¨¦l tendr¨¢ que ir a la playa sin protestar", se r¨ªe, aunque lleva una camiseta roja. La modernidad se aprecia en la cantidad de aros en las orejas, piercings y tatuajes. Tambi¨¦n en las caras, y en ocasiones calvas, pintadas y en las pelucas. Manolo y Nacho, de Motilla del Palancar, se apuntan a ese look m¨¢s osado. Seg¨²n su an¨¢lisis, el gran cambio es el n¨²mero: "Somos m¨¢s y se nota".

La plaza a la que se abre la estaci¨®n de tren de Hannover es el lugar de encuentro de las aficiones. Hay muchos m¨¢s espa?oles que franceses. Sin embargo, suena La Marsellesa. En contraposici¨®n, tres centenares de espa?oles repiten una sola s¨ªlaba: "Lo". La cantan sin descanso siguiendo el patr¨®n r¨ªtmico del himno espa?ol. No es lo ¨²nica que corean. Tambi¨¦n se?alan a los hinchas franceses al tiempo que corean "al gallo del escudo le van a dar por culo" y "au revoir, Zinedine Zidane".

Los hinchas del equipo de Dom¨¦nech no se lo toman a mal. Quiz¨¢ porque son menos. "Los espa?oles son enrollados", dice Willy, de 35 a?os; "no me sorprende su manera de animar, lo que me ha llamado la atenci¨®n es el juego de su selecci¨®n".Tambi¨¦n hay dos pancartas grandes. Una reza: "Tamos berracos". La otra, "Catalu?a is Spain". Bajo las dos banderolas, un grupo de cinco o seis chicos cantan el Cara al sol frente a la c¨¢mara d una televisi¨®n alemana. Portan una bandera con un ¨¢guila bic¨¦fala que remite a Carlos V.

Pero a la gente no le importan esas cosas. "No es una cuesti¨®n de pol¨ªtica. Aqu¨ª estamos demostrando que Espa?a est¨¢ por encima de cualquiera de esas cosas. Habr¨¢ que ver si sigue as¨ª dentro de 20 a?os", comenta frente a una cerveza un desplazado desde Madrid. Un poco m¨¢s all¨¢ unos chavales dejan que les cuelguen hasta los hombros unas rastas falsas y rizadas. Son de Mallorca.

Otra parte de los aficionados espa?oles la componen los inmigrantes y los hijos de los inmigrantes. Y no son una minor¨ªa. Otra parte la configuran los chicos que est¨¢n con una beca Erasmus. Noelia, de 25 a?os, vive ahora en Espa?a: "Escap¨¦ de la condena de Alemania con 18 a?os. Convenc¨ª a mis padres para irme a Espa?a". Los que han asistido a las ¨²ltimas grandes citas creen que la puesta en escena de la hinchada cada vez est¨¢ m¨¢s lejana del t¨®pico. Luis, de San Sebasti¨¢n y con 22 a?os, cree que "todo ha cambiado". El en¨¦simo golpe de tambor de Manolo el del Bombo le resta raz¨®n. Tres chavales con cresta se la vuelven a dar.