De nueve a cinco

Los banqueros han llegado a la conclusi¨®n, obvia por otra parte, de que el tiempo de servicio a los consumidores, es decir, el horario de apertura de oficinas, no puede limitarse a las cinco horas diarias en vigor. Con el agravante de que desde el 1 de mayo hasta el 1 de octubre, las oficinas bancarias tampoco abren los s¨¢bados por la ma?ana. Primero fue Francisco Gonz¨¢lez, presidente del BBVA, quien expuso la idea de que ning¨²n servicio comercial puede prosperar con una apertura comercial tan limitada; despu¨¦s terci¨® el presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Banca Privada (AEB), Miguel Mart¨ªn, quien se sum¨® a la misma preocupaci¨®n y sugiri¨® la posibilidad de negociar nuevos horarios que permitan, por ejemplo, abrir las oficinas bancarias por la tarde.

Es una vieja aspiraci¨®n, fundamentada en el hecho incontrovertible de que los bancos abren diariamente de nueve de la ma?ana a dos de la tarde -las cajas de ahorros abren los jueves por la tarde, pero, curiosamente, nunca los s¨¢bados por la ma?ana, precisamente en el horario en el que sus clientes potenciales est¨¢n trabajando y, por tanto, no pueden acudir a las oficinas a resolver los tr¨¢mites obligados con sus ahorros, inversiones o cuentas corrientes-. Agradecer¨ªan, pues, disponer de oficinas abiertas por las tardes para evitarse prisas y p¨¦rdidas de horas de trabajo. Adem¨¢s, los bancos entienden que no es rentable mantener una red tan elevada de oficinas con tan estrecho margen horario de utilizaci¨®n.

Los sindicatos aceptan en principio negociar una ampliaci¨®n del n¨²mero de horas de trabajo que en otros tiempos fue tab¨². Piden, eso s¨ª, que se remunere la prolongaci¨®n de las horas de trabajo y que se ampl¨ªe la plantilla. Si los banqueros, los trabajadores de la banca y los usuarios obtienen ventajas, es cuesti¨®n de hacer n¨²meros.