Un recibimiento "sorprendente"
Mucho alboroto pero pocas camisetas rojas en la llegada de la selecci¨®n espa?ola a Madrid. El equipo de Luis Aragon¨¦s lleg¨® ayer al aeropuerto de Barajas en torno a las cuatro de la tarde, donde una veintena de chicas j¨®venes llevaba esperando dos horas a los jugadores del combinado espa?ol. Ellas fueron las primeros en llegar.
"Venimos desde Moratalaz para apoyar a los jugadores", dec¨ªa Yaiza, una adolescente madrile?a enfundada en una camiseta con el 7 de Ra¨²l a la espalda. "Queremos hacernos alguna foto con ellos", replicaba su amiga Roc¨ªo, c¨¢mara en ristre. Algunas, como Beatriz, eran tan j¨®venes que necesitaban estar acompa?adas. "Yo vengo por ella, que quiere ver a Casillas", comentaba su padre, Antonio.
Poco a poco, y a medida que los medios de comunicaci¨®n iban tomando el pasillo de la salida 10 de la Terminal 4, decenas de curiosos se acercaban al lugar pregunt¨¢ndose el porqu¨¦ de la algarab¨ªa. Empleados del aeropuerto, pasajeros de otros vuelos y acompa?antes de los viajeros se sumaron a las aficionadas que inicialmente aguardaban a la selecci¨®n. Al final, m¨¢s de 100 personas estaban pendientes de la llegada de los futbolistas.
La selecci¨®n se hizo esperar. Fot¨®grafos y periodistas se agolpaban para obtener la mejor posici¨®n y la gente se impacientaba. La polic¨ªa y los agentes de la seguridad privada del aeropuerto trataban de formar un cord¨®n que asegurara el paso de los jugadores. No lo consiguieron.
Marcos Senna fue el primero en aparecer. Y con ¨¦l, los primeros aplausos. Detr¨¢s apareci¨® Cesc. El joven centrocampista catal¨¢n llevaba prisa porque ten¨ªa que enlazar otro vuelo. Pero por el camino le dio tiempo a hacer algunas valoraciones sobre su primera experiencia mundialista. "Ten¨ªamos muchas expectativas puestas en este equipo, y marcharse a casa antes de tiempo se hace un poco dif¨ªcil", comentaba mientras firmaba aut¨®grafos a la chavaler¨ªa que se agolpaba en torno a ¨¦l.
Menos ganas de hablar ten¨ªa el seleccionador. Luis Aragon¨¦s se limit¨® a comentar que se mostraba "sorprendido" por el recibimiento y, ante la pregunta sobre su continuidad al frente de la selecci¨®n, espet¨® un escueto "no es el momento".
Ra¨²l y Torres fueron los m¨¢s aclamados. El madridista regate¨® al gent¨ªo y desapareci¨® de la escena en un visto y no visto, dejando con la palabra en la boca a un grupo de j¨®venes que comenzaba a entonar un cumplea?os feliz dedicado a sus 29 a?os reci¨¦n cumplidos. Torres, por su parte, fue menos h¨¢bil y necesit¨® de la ayuda de hasta cuatro agentes de seguridad para escapar del tumulto.
Otros, como Casillas o Puyol, tuvieron m¨¢s suerte y no tuvieron que hacer frente a la multitud porque les facilitaron accesos interiores para coger vuelos a otros destinos.
Tras el paso de la selecci¨®n la normalidad volvi¨® al aeropuerto. Ya sin ruido, pod¨ªa o¨ªrse a dos empleados de limpieza del aeropuerto enfrascados en una t¨ªpica conversaci¨®n futbolera. "Morientes era el que nos hac¨ªa falta contra Francia", dec¨ªa uno. "Veremos dentro de cuatro a?os, la selecci¨®n es joven", comentaba el otro.
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