Alba se acerca a la universidad

El lunes conoci¨® su nota de Selectividad: un 7,3. Con el 9,5 de bachillerato, se le queda en un 8,62 de media, una nota sobresaliente que permite elegir cualquier carrera universitaria. Como otros alumnos de su edad, Alba Ga?¨¢n (17 a?os) va superando las pruebas que la separan de la universidad, y lo hace de forma bastante m¨¢s brillante que la mayor¨ªa de sus compa?eros. Pero a diferencia de ellos, sigue sin saber si podr¨¢ llegar al campus.

Alba sufre distrofia muscular y ha de desplazarse en una silla de ruedas que le impide utilizar el transporte p¨²blico (v¨¦ase EL PA?S del 19 de junio). Pese a su expediente, no encuentra las ayudas suficientes para desplazarse hasta la facultad de Historia de la Complutense, adonde quiere matricularse.

La asociaci¨®n CERMI est¨¢ buscando plaza en un colegio mayor cercano al campus

Su objetivo es estudiar Filolog¨ªa ?rabe, carrera para la que, seg¨²n la nota de corte del a?o pasado, le sobran varios puntos. Vive con su madre en el municipio madrile?o de San Fernando de Henares a unos 20 kil¨®metros de la facultad. Una distancia que, hasta el momento, parec¨ªa insalvable.

Primero, Alba busc¨®, sin ¨¦xito, ayudas econ¨®micas con las que sufragar un taxi adaptado. Le costar¨ªa unos 1.600 euros al mes (80 al d¨ªa) y consigui¨®, entre una ayuda de la Comunidad de Madrid y la pensi¨®n no contributiva que empezar¨¢ a cobrar el mes pr¨®ximo, cuando cumpla 18, la suma de 520 euros mensuales, cantidad que el sueldo de su madre no puede completar.

Ahora, con la ayuda del CERMI (Comit¨¦ Espa?ol de Representantes de Minusv¨¢lidos)

se ha planteado una nueva soluci¨®n: buscar un colegio mayor adaptado para que pueda vivir entre semana. "Vamos a solicitar plaza en el Colegio Mayor Luis Vives. A¨²n no sabemos si habr¨¢ suerte, pero hay muchas posibilidades", asegura el secretario general de CERMI, Luis Cayo. Mediante un convenio entre la Comunidad de Madrid y la Fundaci¨®n ONCE, Alba no tendr¨ªa que pagar nada. Sabr¨¢n si hay una plaza para ella, probablemente, dentro de una semana.

El caso de Alba "representa el fracaso estructural del sistema", asegura Cayo sin dejar de recordar las enormes dificultades de los alumnos con discapacidad para continuar sus estudios tras la ense?anza obligatoria, cuando pasan de tener asegurados los medios de escolarizaci¨®n a tener que rebuscar entre las ayudas parciales.

La opci¨®n del colegio mayor para Alba tendr¨ªa que completarse con un programa piloto de la Consejer¨ªa madrile?a de Familia y Servicios Sociales que comenzar¨¢ el pr¨®ximo curso y que puede proporcionarle (y a otras 12 personas) un asistente las 24 horas del d¨ªa. En las pr¨®ximas semanas tendr¨¢ una reuni¨®n con los responsables, cuenta Esther Garc¨ªa, la profesora t¨¦cnica de servicios a la comunidad de la consejer¨ªa, que ha acompa?ado a Alba en todo momento. El colegio mayor est¨¢ en Madrid (en la zona de Plaza Castilla) y "probablemente le llegue para el desplazamiento en taxi hasta la facultad con las ayudas que ya ha conseguido [los 520 euros]", asegura Garc¨ªa.

El martes pasado acumul¨® otra entrevista m¨¢s, esta vez en la Oficina de Integraci¨®n de la Complutense. Le aseguraron que la facultad est¨¢ adaptada y que, desde que llegue al campus, un becario la asistir¨¢, ya que Alba puede usar sus brazos a duras penas; las piernas, nada. Necesita ayuda, por ejemplo, para ir al ba?o.

Ayer formaliz¨® la preinscripci¨®n. Ha completado, por si acaso, las 12 casillas de opciones de carreras y facultades en las que querr¨ªa estudiar. Hacia el 19 o 20 de julio tendr¨¢ que formalizar la matr¨ªcula. Con su nota, le conceder¨¢n la primera opci¨®n, Filolog¨ªa ?rabe en la Complutense, pero a¨²n no sabe si finalmente su situaci¨®n le permitir¨¢ aceptar esa plaza.