El principio del fin
Los expertos vaticinan que la decisi¨®n del Supremo acelerar¨¢ el cierre de la c¨¢rcel
El fallo del Tribunal Supremo, por el que se determina que las comisiones militares puestas en pie por el Gobierno despu¨¦s del 11-S para procesar a los sospechosos de terrorismo no se atienen a los principios legales estadounidenses ni a los de la Convenci¨®n de Ginebra, no dice nada sobre el futuro de Guant¨¢namo, pero la situaci¨®n de la prisi¨®n en la base militar de EE UU en territorio cubano cambiar¨¢ a corto plazo, seg¨²n las opiniones de los expertos y las propias manifestaciones de la Casa Blanca.
En las ¨²ltimas semanas, George W. Bush ha dicho en varias ocasiones que "querr¨ªa cerrar Guant¨¢namo". Con ocasi¨®n de la reciente cumbre de Viena entre EE UU y la Uni¨®n Europea, el asunto -uno de los que m¨¢s complican las relaciones transatl¨¢nticas- volvi¨® a surgir, y Bush reiter¨® su deseo, adem¨¢s de a?adir que en la prisi¨®n hay "algunas personas que consideramos muy peligrosas".
En todo caso, el presidente dijo que para tomar una decisi¨®n hab¨ªa que esperar al fallo del Supremo. Con el fallo en la mano, lo que cambia es la forma en la que los detenidos deben ser juzgados y c¨®mo debe ser su tratamiento legal. El limbo en el que est¨¢n los 450 presos de Guant¨¢namo no se despeja, pero las repercusiones del fallo son de tal calibre que probablemente podr¨ªan suponer el principio del fin de la c¨¢rcel.
"Yo creo que Guant¨¢namo tiene los d¨ªas contados", aventura Jos¨¦ Miguel Vivanco, responsable para las Am¨¦ricas de la organizaci¨®n Human Rights Watch. "Despu¨¦s de un fallo tan contundente como el del Tribunal Supremo, no creo pecar de optimista al decir que da un golpe de gracia a la prisi¨®n, en la medida en que desautoriza y deslegitima las pol¨ªticas de lucha contra el terrorismo al margen del control judicial del Gobierno".
El pasado mi¨¦rcoles, Bush reiter¨® de nuevo su deseo de cerrar Guant¨¢namo, y dio alg¨²n detalle sobre los planes: "Una de las cosas que vamos a hacer es enviar a detenidos de vuelta a sus pa¨ªses de origen; all¨ª quedan unos 400, hemos devuelto ya a unos 200. Hay algunos que tienen que ser juzgados en tribunales norteamericanos. Han asesinado a sangre fr¨ªa, y volver¨¢n a matar si salen libremente a la calle".
Ayer, John Snow, portavoz de la Casa Blanca, dijo que el presidente quiere cerrar la prisi¨®n, "pero eso no quiere decir que se pueda hacer r¨¢pidamente; se har¨¢ tan pronto como sea posible". Snow a?adi¨® que "hay un centenar de presos que est¨¢n en el proceso de repatriaci¨®n a sus pa¨ªses de origen; hay un grupo de ellos que son tan peligrosos que esos pa¨ªses se niegan a aceptarlos; y hay otros que tendr¨¢n que pasar por los tribunales de EE UU".
En opini¨®n de Vivanco, "ser¨ªa posible que el Gobierno estadounidense estuviera manteniendo conversaciones con otros Gobiernos, de Europa y de otros lugares, para que se hicieran cargo de algunos de estos presos".
Para el directivo de Human Rights Watch, los "golpes" que el fallo del Tribunal Supremo asesta a la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno y que repercutir¨¢n en el futuro de Guant¨¢namo se resumen as¨ª: "La decisi¨®n cuestiona la piedra angular del Gobierno para sus pol¨ªticas extraordinarias, que era invocar la decisi¨®n del Congreso de apoyar el uso de la fuerza y de cualquier medio en la guerra contra el terrorismo; el Supremo le dice a la Casa Blanca que no tiene autoridad para fijar un r¨¦gimen jur¨ªdico alternativo sobre los que est¨¢n presos en Guant¨¢namo; le dice que son ilegales los procedimientos adoptados hasta ahora en los procesos, porque impiden que los detenidos puedan tener juicios justos, y subraya que el art¨ªculo III de la Convenci¨®n de Ginebra sobre el trato a los presos y sus juicios afecta a cualquier detenido en la guerra global contra el terrorismo, ya est¨¦ en Guant¨¢namo, en la base de Bagram o en las prisiones secretas".
Por la prisi¨®n de Guant¨¢namo, acondicionada despu¨¦s del 11-S y que acogi¨® a los primeros detenidos de la guerra de Afganist¨¢n en enero de 2002, han pasado cientos de personas. Ahora hay unas 450, de las que solamente 10 est¨¢n procesadas a trav¨¦s de las comisiones militares que el Supremo invalid¨® ayer.
En febrero de este a?o, un informe de cinco expertos encargado por la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la ONU recomend¨® su cierre y afirm¨® que la alimentaci¨®n forzosa de los presos que estaban en huelga de hambre para reclamar un cambio en su situaci¨®n legal "equivale a un acto de tortura". Hace 20 d¨ªas, tres de los presos se suicidaron; ninguno estaba formalmente acusado.
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