Cambia Alemania
El Bundestag aprob¨® ayer, con una amplia mayor¨ªa de la gran coalici¨®n de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) y el Partido Socialdem¨®crata Alem¨¢n (SPD), la mayor reforma constitucional desde su creaci¨®n en 1949. El paquete de reformas del Estado introduce profundos cambios en las relaciones competenciales entre el Estado federal y los l?nder tras una fase final de la negociaci¨®n no exenta de problemas y tensiones. La coalici¨®n bajo Angela Merkel ha conseguido su principal objetivo para esta legislatura y no se esperan sobresaltos para su aprobaci¨®n, tambi¨¦n por dos tercios, en la C¨¢mara alta, el Bundesrat, la semana pr¨®xima.
En Alemania han comenzado a moverse muchas cosas, en general para bien; y no s¨®lo por la espectacular ca¨ªda del desempleo de los ¨²ltimos meses, la general aceptaci¨®n de unas subidas de impuestos importantes para sanear un Estado en solidaridad con las nuevas generaciones o el estado de ¨¢nimo que ha generado la primera fase del Mundial de f¨²tbol y la buena marcha de su selecci¨®n. Tras un largo periodo de depresi¨®n y par¨¢lisis econ¨®mica y social que sigui¨® a la breve euforia de la reunificaci¨®n, por fin parecen rotas la resignaci¨®n y las muchas resistencias al cambio. Es significativo que este acuerdo de los dos grandes partidos s¨®lo ha recibido cr¨ªticas en aspectos parciales por parte de la oposici¨®n de liberales, verdes e izquierda poscomunista. El debate de ayer en el Bundestag vino a reflejar la convicci¨®n generalizada de la necesidad de estas reformas y el hecho de que las diferencias est¨¢n en su alcance y en las prioridades.
Entre las principales dificultades para reformar la anquilosada administraci¨®n y la mara?a regulatoria y legislativa ha estado la capacidad que hab¨ªan desarrollado los poderes regionales para bloquear reformas decididas por el Estado central. Las cuatro potencias vencedoras y ocupantes de Alemania impusieron en su d¨ªa una constituci¨®n que garantizara el bloqueo de cualquier veleidad centralista y de un Estado unitario. La reforma ahora aprobada insiste y reafirma el principio de la subsidiariedad, pero recorta la capacidad de intervenci¨®n de los l?nder, a trav¨¦s del Bundesrat, frente a la legislaci¨®n com¨²n a todo el Estado. Desde el r¨¦gimen funcionarial hasta las competencias nucleares, pasando por horarios laborales y de apertura de comercios, medio ambiente, polic¨ªa y seguridad interior, son m¨¢s de cuarenta las reformas significativas que se introducen. Como contrapartida, tambi¨¦n hay cambios en direcci¨®n opuesta, es decir, en mayores competencias para los l?nder.
Ha sido en el campo de la educaci¨®n y la cultura en el que m¨¢s dispuesto ha estado el Estado federal en ceder atribuciones para compensar la recuperaci¨®n en otras. Toda reforma del calado de las aprobadas ahora en Berl¨ªn tiene lecturas diversas y hasta opuestas. Pocos, sin embargo, pueden dejar de aplaudir el ingente esfuerzo en el consenso, la cooperaci¨®n y la comprensi¨®n que han hecho posible esta conquista de la gran coalici¨®n, que sin duda cambiar¨¢ la vida de los alemanes.
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