Un asiento en 73 cent¨ªmetros o una cama de dos metros

Ventana, pasillo o de pie? Al final, y para alivio de muchos, no habr¨¢ clase "Hannibal Lecter", como ya hab¨ªa bautizado alg¨²n bromista el nuevo modelo de cabinas con plazas para viajar casi de pie que, seg¨²n se dec¨ªa en un art¨ªculo publicado el pasado 11 de mayo en el peri¨®dico The New York Times (y recogido despu¨¦s en otros medios), planeaba incluir Airbus en algunos de sus aviones. La noticia result¨® ser un bulo, aunque a un lado de la cortinilla los pasajeros de clase turista siguen viajando apretujados mientras que los del otro lado gozan cada vez de m¨¢s privilegios.

La separaci¨®n entre las filas de asientos de la clase turista de Iberia en vuelos intercontinentales es de 81 cent¨ªmetros (una distancia que en los trayectos europeos se reduce a 79 cent¨ªmetros), frente a los holgados 152 cent¨ªmetros de distancia que hay entre las filas de butacas de su clase Business Plus, que, adem¨¢s, pueden transformarse en camas de 1,90 de largo con pantallas interactivas de v¨ªdeo, conexi¨®n inal¨¢mbrica para el ordenador y tel¨¦fono individual v¨ªa sat¨¦lite. La nueva clase L'Espace Premi¨¨re, de Air France, cuenta con cabinas de cuatro y de ocho asientos dispuestos en bater¨ªa, lo que permite acceder al pasillo sin molestar al vecino; las butacas se transforman en camas de dos metros con colch¨®n, edred¨®n de plumas y sistema de automasaje.

Mientras que el n¨²mero de usuarios del transporte a¨¦reo no ha parado de crecer -en 2005 super¨® los 2.000 millones de pasajeros, seg¨²n IATA-, su espacio vital en la clase econ¨®mica ha menguado: si hace dos d¨¦cadas la separaci¨®n habitual entre las filas de asientos (el seat pitch) en clase turista era de 89 cent¨ªmetros, hoy se ha reducido a 76, o incluso menos. La consultora Skytrax (www.airlinequality.com) ha elaborado un estudio de la distancia entre asientos de las principales aerol¨ªneas. Los datos de 2005 revelan que, entre las aerol¨ªneas europeas, las m¨¢s generosas en cuanto a espacio en clase turista son Tap y Olimpic Airways, con un seat pitch de 33 pulgadas (83,8 cent¨ªmetros). En el otro extremo, entre las m¨¢s taca?as se encuentran algunas aerol¨ªneas de bajo coste, como Easyjet, Monarch, Mytravelite y Bmi Baby, en cuyo caso se miden 29 pulgadas (73,6 cent¨ªmetros). Lufthansa y Swiss son las compa?¨ªas que m¨¢s espacio conceden a sus pasajeros de primera clase: m¨¢s de dos metros entre butaca y butaca.

Con la batalla por los turistas -los m¨¢s sensibles a los precios- casi ganada, las compa?¨ªas a¨¦reas tradicionales apuestan por las rutas de larga distancia y se vuelcan en mimar a los clientes de las clases preferentes, los que pagan hasta 10 veces m¨¢s por un billete y que les proporcionan cerca de la mitad de sus ingresos.

El 'fast-good' de Adri¨¤, en Iberia

La gastronom¨ªa se ha convertido en una de las bazas con las que las compa?¨ªas buscan ganarse a los pasajeros de alto nivel adquisitivo. Con este fin, Iberia fich¨® el a?o pasado al chef Sergi Arola, que ha dise?ado 70 men¨²s gourmet para su clase preferente, y a mediados de junio present¨® su nueva bodega Business Plus, una selecci¨®n de vinos espa?oles escogidos por el sumiller Custodio L. Zamarra, de la empresa Todovino, que se pueden degustar tanto a bordo como en las salas vip de los aeropuertos. Al otro lado de la cortina, las opciones son m¨¢s limitadas, y, en el caso de los trayectos de corta distancia, de pago: un men¨² fast good (un concepto de comida r¨¢pida de calidad inventado por Ferran Adri¨¤ y que Iberia lanz¨® el 22 de junio en sus aviones), a base de s¨¢ndwich, refresco o cerveza y un snack, por 10,50 euros. Otras opciones: una chapata de jam¨®n serrano, por seis euros; una cerveza, por tres, o una bolsa de patatas fritas Pringles, por 2,50 euros.

Air France tambi¨¦n present¨® recientemente sus nuevos men¨²s a bordo en sus clases preferentes, inspirados en la cocina francesa tradicional, con algunas notas ex¨®ticas y de cocina de fusi¨®n. En este caso, la carta ha sido dise?ada por Guy Martin, chef del restaurante parisiense Le Grand V¨¦four (tres estrellas Michelin), mientras que la elaboraci¨®n de la carta de vinos ha corrido a cargo de Olivier Poussier, uno de los mejores sumilleres del mundo. Lufthansa, por su parte, ha puesto en manos de cocineros como Paul Bocuse y Santi Santamar¨ªa su programa Connoisseurs on Board.