Una infancia sumergida

"?Esto lo va a leer el ministro Montilla? Escribe entonces que el maestro don Francisco se cay¨® una vez por el terrapl¨¦n de entrada a la escuela y casi se mata... ?A ver si se acuerda el ministro?" Joaqu¨ªn Jurado, jornalero de profesi¨®n, habla encaramado a un muro. Unos ladrillos y unas barras de hierro al aire, que hace m¨¢s de cuatro d¨¦cadas fueron la estructura de una escuela rural, es lo que queda de la aldea de El Remolilno y de los 11 primeros a?os de vida de Jos¨¦ Montilla, ministro de Industria y candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat. "Lo ¨²nico que se salv¨® del agua fue esto", comenta Joaqu¨ªn, seis meses menor que Montilla.

La aldea de El Remolino, que estaba dentro del t¨¦rmino municipal de Izn¨¢jar (C¨®rdoba), recuerda a Valverde de Lucerna, aquella villa de leyenda que el agua cubri¨® y que Miguel de Unamuno retrat¨® en su novela San Manuel Bueno, m¨¢rtir. El pantano, construido a mediados de la d¨¦cada de 1960 y que todav¨ªa hoy es el mayor de toda Andaluc¨ªa, borr¨® del mapa de la sierra cordobesa a El Remolino.

"Todo lo mejor se lo comi¨® el pantano", se lamenta Francisco Jurado: "Las mejores tierras, los mejores huertos... Fue una miseria". Los alrededor de 200 vecinos que viv¨ªan en esta pedan¨ªa se tuvieron que marchar. Entre ellos, el ministro Montilla, sus padres y sus dos hermanos. Primero se fueron a otra aldea del municipio cordob¨¦s de Puente Genil. Luego, emigraron a Catalu?a, a Cornell¨¤.

Jos¨¦ Montilla naci¨® en una de las 40 casas de El Remolino el 15 de enero de 1955. Su padre trabajaba el campo, como la inmensa mayor¨ªa de los habitantes de la aldea. De los cientos y cientos de olivares plantados en las monta?as sal¨ªa su sustento. Hoy, la aceituna sigue siendo la forma de vida de la mayor¨ªa de los vecinos de Izn¨¢jar.

Cuando se empez¨® a construir la presa en la d¨¦cada de 1960, el padre del ministro consigui¨® un tajo all¨ª, seg¨²n recuerda Dionisia Pacheco, una de las pocas vecinas de El Remolino que quedan en la poblaci¨®n de Izn¨¢jar. "Mi padre tambi¨¦n, todos ayudaron a construir el muro", cuenta Francisco Jurado.

Cuando el pantano comenz¨® a llenarse, la mayor¨ªa de los que viv¨ªan en la aldea se dispersaron por la provincia, sostiene Pacheco. Bastantes, como la familia de Montilla, acabaron en la pedan¨ªa de Huertas Bajas, en el t¨¦rmino municipal de Puente Genil. El ministro dej¨® El Remolino a los 11 a?os, unos meses antes de la inauguraci¨®n de la presa.

"El pantano signific¨® una sangr¨ªa para el municipio. Se pas¨® de los 12.000 habitantes a los 6.000 en muy poco tiempo", explica Isabel Lobato (PSOE), alcaldesa de Izn¨¢jar. Adem¨¢s de El Remolino, dos pedan¨ªas m¨¢s tuvieron que ser desalojadas por la presa: El Barrio y Fuente Nueva. "Recuerdo el agua a cinco metros de mi puerta mientras esper¨¢bamos al cami¨®n que se iba a llevar nuestros muebles", dice Francisco Jurado.

En Izn¨¢jar, no queda ning¨²n familiar del ministro Montilla. Lo que s¨ª perduran son los recuerdos de algunos mayores y de algunos compa?eros de escuela del ni?o Jos¨¦.

"Jugar, poco. Era muy buen estudiante desde peque?o, cuando sal¨ªamos al recreo se quedaba estudiando y nosotros nos ¨ªbamos a dar saltos". Joaqu¨ªn Jurado se ha bajado ya del muro de la antigua escuela. Ahora habla delante de la entrada del centro. "En el aula de la derecha estudiaban los ni?os, en la de la izquierda, las ni?as". Dice que en la clase hab¨ªa 30 alumnos de todas las edades y recita de carrerilla, "para ver si se acuerda tambi¨¦n el ministro", el nombre de sus maestros: Don Nicol¨¢s, don Francisco, don Antonio, don Jos¨¦... "Era muy buen estudiante, por eso ha llegado a lo que es. Ninguno de los que estudiamos aqu¨ª hemos llegado tan lejos", remacha.

En la pedan¨ªa de Huertas Bajas, Montilla pas¨® cinco a?os m¨¢s, hasta que cumpli¨® los 16. En Puente Genil, todav¨ªa viven dos t¨ªas suyas: Petra Aguilera Pacheco y Concepci¨®n Quero, explica la alcaldesa. Luego, su familia finalmente emigr¨® a Catalu?a, donde el ministro continu¨® con su formaci¨®n.

El ministro mantiene poca relaci¨®n ya con Izn¨¢jar. La alcaldesa explica que, en los dos ¨²ltimos veranos, s¨ª ha visitado el municipio, que est¨¢ a pocos minutos de la costa granadina, donde veranea Montilla: "Vino a caminar, a pasear y a recordar algunos lugares de su infancia".