El 'hombre para todo' de los poderes p¨²blicos

Con su cr¨¢neo rasurado, su delgadez y orejas puntiagudas se dir¨ªa el hermano gemelo de Nosferatu. Pero Louis Gallois, nuevo copresidente de EADS, no le tiene miedo a nada ni conf¨ªa en el miedo para dirigir empresas. Este ingeniero de coraz¨®n tibiamente socialista tuvo un peso muy importante en la consolidaci¨®n de Aerospatiale y en su transformaci¨®n en Airbus, es decir que jug¨® un papel clave en la transformaci¨®n de una compa?¨ªa francesa en un gigante industrial de cooperaci¨®n europea. Con ¨¦l nunca hubo problemas de vanidad y los alemanes, el otro gran bloque pol¨ªtico del gigante EADS, guardan un muy buen recuerdo de su colaboraci¨®n.

Louis Gallois ha sido durante la ¨²ltima d¨¦cada presidente de la SNCF, la Renfe francesa. Nombrado para este cargo en 1996 por el entonces primer ministro conservador Alain Jupp¨¦, con el que hab¨ªa compartido aulas y promoci¨®n en la prestigiosa Escuela Nacional de la Administraci¨®n (ENA), la cuna de gran parte de la clase dirigente francesa. Se mantuvo en el puesto a pesar de los cambios de Gobierno.

Hombre dialogante y con un alto concepto del servicio p¨²blico, era desde 1996 presidente de la Renfe francesa

Su regreso resuelve el problema de las malas relaciones entre los grandes accionistas franceses y alemanes

Con fama de hombre dialogante y un alto concepto del servicio p¨²blico, Gallois ha logrado borrar los n¨²meros rojos, las huelgas salvajes y la falta de perspectivas de SNFC.

Ha modernizado el ferrocarril franc¨¦s, ha reorientado la compa?¨ªa y asumido algunos de los retos planteados por la construcci¨®n europea, como que el Estado renuncie al monopolio de la red ferroviaria. Ha ampliado la red de alta velocidad y ha modernizado los trenes de cercan¨ªas y los interurbanos.

S¨®lo en el sector del transporte de mercanc¨ªas las ideas pasan por delante de los hechos y sus proyectos para transportar por v¨ªa f¨¦rrea camiones (ferroutage es la palabra francesa) entre Italia y Francia o entre Espa?a y Francia con destino a Alemania u Holanda son s¨®lo eso, proyectos para los que no ha dispuesto ni de medios ni de tiempo.

El retorno de Gallois, que tiene 62 a?os, a la industria aeron¨¢utica se daba por seguro desde el momento mismo en que se hizo inviable la continuidad de Forgeard tras casi un mes de crisis. Entre otras razones porque su regreso resolv¨ªa el problema de las malas relaciones entre los grandes accionistas, divididos en franceses y alemanes. Su nombramiento ha sido muy bien acogido.