Trivial

Empez¨® el tr¨ªo en torno a Wave hasta darle paso a Toquinho y sus primeras canciones: Tarde em Itapo?, Que maravilha... El brasile?o le rindi¨® pleites¨ªa a Antonio Carlos Jobim, del que enlaz¨® Corcovado, Eu sei que vou te amar... en un popurr¨ª insustancial.

Despu¨¦s record¨® al poeta que cantaba al amor eterno y se cas¨® nueve veces, y con el que comparti¨® decenas de canciones, m¨¢s de veinte discos y cientos de recitales en lo que ambos definieron como un matrimonio sin sexo.

A Toquinho le dio por explicar qu¨¦ es la bossa nova. Y, en un espa?ol con deje argentino, cont¨® an¨¦cdotas interminables sobre Neruda o la censura. Cedi¨® protagonismo a su pianista, que toc¨® en clave de jazz Tico tico no fub¨¢, una de las melod¨ªas m¨¢s universales de la m¨²sica brasile?a; se trajo Aquellas peque?as cosas, de Serrat -con quien ya grab¨® hace a?os- y le mand¨® un abrazo a Baden Powell, all¨¢ donde est¨¦.

Toquinho es un buen guitarrista, un cantante m¨¢s bien discreto y el autor de algunas canciones de m¨¦rito. Un m¨²sico que f¨¢cilmente agrada, pero al que le cuesta emocionar. Ninguna de sus versiones igual¨® siquiera las grabaciones originales de canciones como Tristeza.

Sin saberse muy bien c¨®mo, trivializ¨® casi todo lo que tocaba.