Gr¨²as para mover el monstruo
Los t¨¦cnicos perforan la calle para poder trasladar el convoy mortal
Era imposible mover el monstruo bajo tierra. Pasada la medianoche del lunes, los bomberos admitieron que no pod¨ªan mover los dos vagones volcados. Entonces se puso en marcha el plan B, como explicaba all¨ª el concejal de Seguridad, Miguel Dom¨ªnguez. Era la madrugada del lunes y Dom¨ªnguez, camisa abierta y cara cansada, detallaba el funcionamiento: "Van a taladrar la calle en cuatro puntos para enganchar con gr¨²as los vagones, levantarlos y poder ponerlos en una plataforma".
As¨ª, un ge¨®grafo comenz¨® a moverse arriba y abajo en la calle Roig de Corella para decidir el lugar exacto bajo el que se encontraban los vagones. Con un spray violeta marc¨® cuatro puntos. La cabeza, el medio y el final del vag¨®n. Sobre esos puntos, una m¨¢quina de sondeos comenz¨® a perforar mediante rotaci¨®n. Los dos metros de cemento hasta la b¨®veda del metro no ofrecieron mucha resistencia. "El principal problema es que hay gente abajo trabajando y no podemos hacer el agujero hasta que quede libre", explicaba un responsable de los sondeos. Los vecinos, que acababan de volver a sus cuartos tras una jornada en los balcones, volvieron a asomar para ver c¨®mo levantaban su calle.
Una vez que estuvieron hechos los agujeros, llegaron las gr¨²as. Cuatro enormes m¨¢quinas se colocaron sobre las perforaciones, lanzaron los ganchos hacia el subsuelo. Los t¨¦cnicos engancharon los vagones, con la gr¨²a los levantaron y los colocaron sobre una plataforma situada en la v¨ªa contigua. En total, la operaci¨®n dur¨® toda la noche y la ma?ana del martes.
La empresa Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), que gestiona el metro, ten¨ªa mucha prisa por restablecer el servicio. Debe estar listo antes de la visita del Papa, que el s¨¢bado llega a Valencia y que congregar¨¢ a una multitud.
Por fin, pasadas las 14.00 de ayer, el convoy sali¨® a trav¨¦s del mismo metro en el que descarril¨® hacia los talleres de Valencia Sud de la empresa. Pasadas las 14.00, el vag¨®n accidentado emerg¨ªa del subsuelo sobre una plataforma. Los vagones, blancos con ribetes amarillos, los mismos que miles de personas han usado desde 1989, iban tumbados. Algunos sillones, con respaldos y asientos verdes y amarillos, estaban sueltos. La estructura no estaba demasiado deformada. La m¨¢quina presentaba un agujero en la luna frontal.
Los mec¨¢nicos de FGV comenzar¨¢n en breve su desguace. Ser¨¢ el fin de la unidad de tren articulado 3736, la que cost¨® la vida a 41 personas en el peor accidente de la historia de metro de Espa?a.
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