El ladr¨®n era el portero
La polic¨ªa detiene a un conserje de la calle de Vel¨¢zquez acusado de desvalijar siete pisos del inmueble en el que trabajaba
Rafael C. N., de 31 a?os, ten¨ªa las llaves de la mayor¨ªa de los vecinos. Trabajaba de conserje de un inmueble de la calle de Vel¨¢zquez, en el distrito de Salamanca. Lo fue durante un a?o. Durante ese tiempo fue capaz de entrar y desvalijar siete viviendas de los vecinos que le pagaban por custodiarlas. Tras el registro de su domicilio, hace unas dos semanas, la polic¨ªa asegura que el valor de lo sustra¨ªdo podr¨ªa alcanzar el medio mill¨®n de euros. Joyas, objetos de lujo y ropa muy cara eran sus objetos de deseo.
En el ¨²ltimo a?o, el tiempo que Rafa llevaba trabajando en el inmueble, varios vecinos echaron de menos objetos de valor de sus casas. "Alg¨²n d¨ªa el conserje ven¨ªa y nos dec¨ªa: 'Ya han vuelto a robar", explicaba ayer una empleada de la tienda situada en los bajos del edificio.
El sospechoso lleg¨® a comentar a los vecinos que los robos eran frecuentes
La polic¨ªa investig¨® los casos y determin¨® que el portero de la finca hab¨ªa vendido a su nombre en una joyer¨ªa cercana una de las piezas desaparecidas. Tirando del hilo, los investigadores descubrieron que no era la ¨²nica: joyas de otros vecinos ya hab¨ªan sido empe?adas.
Rafael se hab¨ªa divorciado hac¨ªa un a?o y viv¨ªa con su padre, tambi¨¦n conserje de una finca cercana, y su hijo de tres a?os. Antes de trabajar como portero, hab¨ªa sido vigilante de seguridad de varias empresas.
El padre, que explic¨® que tras la separaci¨®n su hijo "estaba atravesando un momento muy dif¨ªcil y estaba deprimido", quiso ayer restaba ayer importancia al volumen de lo sustra¨ªdo y neg¨® que pudiese alcanzar la cifra de medio mill¨®n de euros. "Rob¨® alguna corbata y, quiz¨¢, algo de ropa, pero nada de importancia", dijo en la puerta del inmueble en el que trabaja. Seg¨²n el padre, es tan leve lo sucedido que hasta "le han pagado el finiquito y cobrar¨¢ el paro". "Los vecinos le quer¨ªan a rabiar", insist¨ªa.
"Yo tambi¨¦n le dejaba las llaves de mi casa", explic¨® Yolanda, vecina del edificio. "Pero a m¨ª nunca me rob¨® nada. Era una persona simp¨¢tica y afable". "A quien s¨ª robaron fue a mi vecino de enfrente, un diplom¨¢tico, y al de arriba", explic¨®.
Los conserjes de la zona estaban ayer muy sorprendidos por la noticia. "Nadie se lo explica, y m¨¢s estando tan cerca de su padre", dijo el portero de un hostal contiguo.
La voz de alarma surgi¨® cuando una vecina denunci¨® en la comisar¨ªa del distrito de Salamanca el robo de unas joyas. El problema fue que la puerta no estaba forzada, por lo que deber¨ªa de haber sido alguien que tuviera acceso a la vivienda. Los investigadores pensaron en un primer momento en las empleadas de hogar, pero, conforme preguntaron a otros vecinos, se dieron cuenta de que otros residentes del inmueble hab¨ªan sufrido robos similares. "Hab¨ªa que encontrar un nexo de uni¨®n entre todos", comenta un agente del grupo de Polic¨ªa Judicial del distrito de Salamanca. El siguiente paso consisti¨® en seguir de cerca a los operarios de las empresas de servicio, como las compa?¨ªas el¨¦ctricas o del gas. Tampoco sali¨® nada.
La polic¨ªa investig¨® entonces al portero. En principio, les resultaba raro porque todo el mundo hablaba maravillas de ¨¦l: atento, encantador, servicial... Un dechado de virtudes. Ante la duda, los agentes le siguieron durante 10 d¨ªas. Y obtuvieron un resultado positivo. "Algunos propietarios llegaron a despedir a sus sirvientas pensando que eran ellas las que les hab¨ªa robado", comentan fuentes policiales.
El supuesto ladr¨®n aprovechaba cuando las viviendas se quedaban vac¨ªas para entrar y llevarse los objetos de valor. Le daba igual que fuera fin de semana o laborable. Trabajaba, eso s¨ª, con la tranquilidad de que los moradores no volver¨ªan en unos d¨ªas. "Ten¨ªa un punto de avaricia, que le hizo confiarse. Adem¨¢s, empe?¨® las alhajas en joyer¨ªas pr¨®ximas", explicaron fuentes del caso.
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