Aeon Flux: h¨¦roes y hero¨ªnas en mundos desolados
"2011... UN VIRUS MATA al 99% de la poblaci¨®n mundial. Un cient¨ªfico, Trevor Goodchild, desarrolla su cura. Los cinco millones de supervivientes viven en Bregna, la ¨²ltima ciudad que queda en la Tierra. La dinast¨ªa Goodchild gobierna desde hace m¨¢s de 400 a?os". Texto sobreimpreso, blanco sobre negro, y una voz en off nos ponen en antecedentes del sombr¨ªo panorama que esboza el reciente filme de ciencia-ficci¨®n Aeon Flux (2005), dirigido por Karyn Kusama.
El filme se articula alrededor de Aeon, hero¨ªna con nombre de OPA hostil, y se basa en la serie de animaci¨®n hom¨®nima creada por Peter Chung en los a?os noventa.
Un detalle que no habr¨¢ pasado inadvertido al lector atento es la desconcertante estimaci¨®n del n¨²mero de habitantes de Bregna, ¨²ltimo reducto de la humanidad. El crecimiento de la poblaci¨®n mundial sigue pr¨¢cticamente una ley exponencial. P¨¢ginas como www.ibiblio.org/lunarbin/worldpop ofrecen un atisbo de esta tendencia comparando datos de entre 1970 y la actualidad.
De hecho, la poblaci¨®n actual se estima en unos 6.600 millones de habitantes, cifra que hacia 2011 (a?o en el que tiene lugar el mayor genocidio de la historia, seg¨²n el filme) deber¨ªa alcanzar los 7.074 millones. El 99% de esa cantidad es 7.003 millones. Pese a la elevada mortandad, el n¨²mero de supervivientes (1% de la poblaci¨®n mundial) ascender¨ªa a 71 millones, ?no a cinco millones como sostiene el filme! ?Ser¨¢ que entre los supervivientes s¨®lo cinco millones merecen el calificativo de personas? En cualquier caso, un inicio inmejorable para poner las neuronas del espectador a prueba...
Tras ese complejo ejercicio de matem¨¢ticas avanzadas, la acci¨®n del filme se traslada al lejano a?o 2415.
Hagamos un sucinto repaso a la tecnolog¨ªa, la moda, las tendencias arquitect¨®nicas de ese remoto siglo XXV, tal como nos muestra el filme: metro futurista de dise?o chic; vestuario femenino altamente sugestivo (que no encuentra respuesta entre la poblaci¨®n masculina, cuya libido parece haber sido cortada de cuajo); cient¨ªficos con batas blancas (?la moda sexy no ha llegado todav¨ªa al ¨¢mbito de la ciencia?); laboratorios con recipientes de cristal de los que rezuman pociones de colores vistosos (verde y naranja... ?ser¨¢n nuevos sabores de Fanta?); fotograf¨ªas de corte hologr¨¢fico impresas en soportes r¨ªgidos (?metacrilato?, ?cristal?); viviendas dotadas con impresionantes medidades de seguridad, entre las que se cuenta un peculiar c¨¦sped de instinto asesino, cuyas hojas se templan cual acero ante la presencia de un presunto invasor... Nuevas categor¨ªas humanas, como los individuos con cuatro manos, en la l¨ªnea de los curiosos protagonistas de la novela En ca¨ªda libre (Falling free, 1988), de la escritora Lois McMaster Bujold (los llamados cuadr¨²menos, seres sin piernas, pero con cuatro brazos adaptados por ingenier¨ªa gen¨¦tica), y clones varios (cuyo origen no desvelaremos para no socavar el inter¨¦s del filme).
En lo que a artilugios o gadgets tecnol¨®gicos se refiere, Aeon Flux tampoco se queda corto: del presunto cintur¨®n de invisibilidad (cuya activaci¨®n permite trasladarse a... ?otra dimensi¨®n?) al analizador qu¨ªmico ocular (oculto bajo un p¨¢rpado y activable con un simple balanceo de cabeza).
Como dice Toni Segarra en uno de sus impagables art¨ªculos en BEM On Line (www.bemonline.com), "?qu¨¦ sucede cuando una extrapolaci¨®n es tan grande que sea imposible prever su verosimilitud?" ?Resulta cre¨ªble el futuro siglo XXV imaginado en Aeon Flux? Hace apenas medio siglo muchos eruditos hubieran tachado de pura fantas¨ªa los hoy tan habituales receptores GPS o la telefon¨ªa m¨®vil.
Y para muestra (cinematogr¨¢fica), un bot¨®n: en el filme Planeta prohibido (Forbidden planet, 1956), estrenado apenas una d¨¦cada antes del primer alunizaje (Apollo XI, 20 de julio de 1969), se asegura que la humanidad alcanz¨® la Luna en "la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XXI"... Anticipar la tecnolog¨ªa y la sociedad humanas a cuatro siglos vista parece, ciertamente, competencia exclusiva de la ciencia-ficci¨®n.
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