"No voy a dejar que ¨¦l se acostumbre a no hacer nada"

"Estoy asombrada de que haya admitido que no hace nada", dice con una mezcla de humor e incredulidad Alejandra. "?l cocina, pero con esa excusa nunca friega los platos", prosigue. "Al principio colaboraba m¨¢s; ahora se est¨¢ acostumbrando a no hacer nada, pero no le voy a dejar", advierte.

Alejandra y Marcelo est¨¢n casados y tienen 31 a?os. Llegaron a Madrid en 2001 procedentes de Montevideo, en Uruguay, y tienen un hijo de dos a?os. En su cuidado, admiten, s¨ª participan los dos a partes iguales. Pero en casa las tareas no est¨¢n repartidas equitativamente.

Ella dedica unas dos horas al d¨ªa y ¨¦l unos veinte minutos. "S¨ª, es cierto, y no deber¨ªa ser as¨ª, pero es que soy un poco pelotudo", confiesa Marcelo. ?l se encarga de cocinar y de hacer la compra. Ella, del resto de tareas. ?Remordimientos? "Cuando me asaltan, me pongo a limpiar como un loco toda la casa", reconoce ¨¦l. "S¨ª, a veces le dan esos ataques de que es el m¨¢s limpio del mundo y lo recoge todo", explica Alejandra en tono guas¨®n.

Marcelo trabaja por la noche de gu¨ªa en el estadio Santiago Bernab¨¦u; ella, de administrativa por el d¨ªa. "A veces me voy por la ma?ana y dejo la casa ordenada. Cuando vuelvo est¨¢ todo patas arriba. Le pregunto: '?Qu¨¦ pas¨®?'. Y ¨¦l contesta: '?El qu¨¦?'. Pero si est¨¢ como t¨² la dejaste...".

"Es el ¨²nico tema por el que discutimos", cuenta ella. "No, no discutimos por eso", replica ¨¦l. "Bueno, muy poco. Pero cuando me lo pide, hago lo que sea", se defiende. "Es que no soy su madre, no voy a estar todo el d¨ªa detr¨¢s".