S¨®lo el 17% de cat¨®licos espa?oles va a misa con frecuencia

Cada vez menos cat¨®licos, y menos dados a cumplir con el precepto de la misa dominical. Aunque la gran mayor¨ªa de los espa?oles se definen como seguidores del catolicismo (el 77,3%), esta proporci¨®n disminuye progresivamente. Eran el 83,5% hace ocho a?os, seg¨²n el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas. Tambi¨¦n cae la asistencia a los templos. S¨®lo 17 de cada cien creyentes van a misa con frecuencia: el 15,1% acude casi todos los domingos y el 1,9%, varias varias veces por semana. En 1988 estos dos grupos supon¨ªan el 25,5% de los cat¨®licos. "La Espa?a que visita el Papa es una sociedad muy secularizada y muy lejana de las posiciones de la Iglesia cat¨®lica ante los problemas del mundo", afirma el catedr¨¢tico de Teor¨ªa Sociol¨®gica Alfonso P¨¦rez-Agote, coautor de La situaci¨®n de la religi¨®n en Espa?a a principios del siglo XX (CIS, 2005).

El cambio es muy relevante entre los j¨®venes. Ahora menos de la mitad de los ciudadanos entre 15 y 24 a?os (el 49%) se declaran cat¨®licos. En cambio, en 1994 se manifestaba como tal el 77%, seg¨²n el informe J¨®venes Espa?oles 2005 de la Fundaci¨®n Santa Mar¨ªa.

A mayor edad, mayor religiosidad. Seg¨²n el Bar¨®metro del CIS de mayo pasado, s¨®lo el 4,7% de las personas entre 18 y 24 a?os que se consideran cat¨®licas (el 64,7%) va a misa con frecuencia. Entre los mayores de 65 es cat¨®lico el 93,2% (el 34% va a misa).

"Fuera de la cultura"

Para P¨¦rez-Agote, estos datos avalan que Espa?a ha entrado en "la tercera oleada de secularizaci¨®n". La primera, en el siglo XIX y hasta la Guerra Civil, "se manifest¨® a trav¨¦s del anticlericalismo". "La segunda lleg¨® con el desarrollo econ¨®mico, a partir de los a?os sesenta del pasado siglo. Se tradujo en un descenso de la pr¨¢ctica religiosa por un progresivo desinter¨¦s respecto a la religi¨®n y a la iglesia". "Ahora vemos el efecto de una generaci¨®n educada por otra ya secularizada. No es que los j¨®venes se desinteresen por la religi¨®n, es que no llegan a interesarse por ella. Queda fuera de la cultura", se?ala.

Este catedr¨¢tico de la Complutense atribuye el fuerte descenso de la pr¨¢ctica religiosa a la creciente distancia entre lo que cree la gente y la ortodoxia de la iglesia. "La religi¨®n es cada vez menos importante en la determinaci¨®n de los comportamientos en la vida social, en el terreno sexual, pol¨ªtico o econ¨®mico. Esto provoca una p¨¦rdida de influencia de la Iglesia, que deja de controlar las conductas generales en los diferentes aspectos de la vida", dice. Sin embargo, se mantiene la importancia de la religi¨®n en la educaci¨®n de los hijos "por la falta de c¨®digo ¨¦tico alternativo" y por "la imagen negativa" de la ense?anza p¨²blica.

P¨¦rez-Agote a?ade otro elemento: "La iglesia no ha sabido adaptarse al pluralismo ni ser humilde para aceptar las decisiones democr¨¢ticas. Sigue creyendo que est¨¢ en posesi¨®n de la verdad. La Conferencia Episcopal hace posible que la iglesia espa?ola se convierta en un grupo de presi¨®n pol¨ªtica."