Reims de g¨®tico y burbujas
Paseo sin prisas para descubrir la capital del 'champagne'
A 145 kil¨®metros de Notre Dame de Par¨ªs est¨¢ Notre Dame de Reims, sobrecogedora, en el centro de una ciudad sin grupos de turistas apostados en cada esquina, sin una catedral tomada, con calles tranquilas donde elegir sin prisas un restaurante, un caf¨¦, una cava para visitar m¨¢s tarde. En Par¨ªs, podemos dirigirnos a la estaci¨®n del Este (Gare de l'Est), desde donde parten m¨¢s de 10 trenes diarios hacia Reims. Una hora y media de viaje, lo que equivale a unas p¨¢ginas del escritor franc¨¦s que elijamos -Simenon, por ejemplo (vale, es belga, pero qu¨¦ cerca queda B¨¦lgica de Reims, y, sobre todo, qu¨¦ bien refleja la vida cotidiana francesa en sus novelas)-. Al otro lado de El hombre que miraba pasar los trenes, m¨¢s all¨¢ del primer parque y de los primeros tejados, adivinamos la presencia extraordinaria de la catedral, que en pocos minutos nos dejar¨¢ sin respiraci¨®n, cuando rodeemos el parque y dejemos las cosas en el hotel (porque Reims bien vale una noche).
En la ciudad nos desaceleramos, nuestros pasos son m¨¢s lentos, y nuestro ritmo, m¨¢s pausado. Nuestros pasos buscan el comienzo de la Rue Libergier, pues al final de esa calle se nos impone la fachada principal de la gotiqu¨ªsima catedral ("Indecisa entre la niebla", la vio Aza?a). Nos apoyamos en los muros de las casas que nos parecen m¨¢s antiguas (pero m¨¢s del 85% de la ciudad fue destruida en la I Guerra Mundial), tomamos aire antes de cruzar la puerta principal, mirando de reojo al ¨¢ngel sonriente que se ha convertido en s¨ªmbolo de Reims.
Un sue?o azulado
Entrar en la catedral supone sumergirnos en otro sue?o, atravesar la densa penumbra y dirigir la mirada a las vidrieras azuladas, a las naves sin gente, al mismo lugar donde m¨¢s de 1.500 a?os antes fue bautizado el rey Clodoveo por el obispo de Reims, marcando la tradici¨®n de los coronamientos reales franceses en esta catedral; dirigir la mirada a las vidrieras que mal resistieron las dos guerras mundiales, a las azuladas vidrieras de Chagall. Deambular por un sue?o, el primero, ya que nos queda otro: cuando visitemos alguna de las bodegas donde nos explicar¨¢n los secretos del champagne, ense?anzas que trataremos de poner en pr¨¢ctica en cualquiera de los bares de Reims al pedir una copa del famoso vino de esta tierra, una copa o dos (antes de pedir la tercera, mejor preguntemos el precio).
Para salir del viaje en el tiempo que supone ver la catedral de Reims, es necesario hacer otro viaje por la historia a trompicones. No es f¨¢cil pasar de lado que en esta ciudad tuvo Eisenhower su cuartel general al final de la II Guerra Mundial, y que en una habitaci¨®n de lo que hoy es el Mus¨¦e de la Reddition, el 7 de mayo de 1945, el ej¨¦rcito alem¨¢n firm¨® su rendici¨®n incondicional. Ni que en esa catedral de la que salimos -pero que nos encontramos una y otra vez, pues es la referencia fant¨¢stica para orientarnos- fue coronado Carlos VII gracias a la fuerza y persistencia de Juana de Arco, que con s¨®lo 17 a?os entr¨® en Reims al mando de un ej¨¦rcito de 12.000 hombres, dando un giro impensable en la Guerra de los Cien A?os. Una Juana de Arco presente en una estatua ecuestre ante la catedral y a la que inevitablemente le pondremos el rostro de Ren¨¦e Marie Falconetti en La pasi¨®n de Juana de Arco, la gran pel¨ªcula de Dreyer, de 1928. Muri¨® en la hoguera en Ru¨¢n, la ciudad por la que nos gui¨® Flaubert.
'Caf¨¦ au lait'
Un descanso, una tregua. Las peatonales calles comerciales, un caf¨¦ au lait, un dulce, un men¨² a precio asequible en alguna de las brasseries de la Place Drouet d'Erlon, cerca de la catedral, o m¨¢s abajo de la Puerta de Marte (un impresionante arco romano), cerca de donde comienza el trazado de estas calles ideales para pasear. Despu¨¦s podemos caminar hacia la abad¨ªa de Saint-R¨¦my, en la que merece la pena entrar y detenerse a observar el paso del estilo rom¨¢nico al g¨®tico y la diferencia entre el exterior y el interior, mucho m¨¢s interesante.
Otra vez en la calle de esta ciudad universitaria, podemos elegir qu¨¦ cava visitar: muy cerca de Saint-R¨¦my hay unas cuantas, y dejar que nos hablen de la memoria de Dom Perignon, que fue abad de Hautvillers (a pocos kil¨®metros de Reims) en la segunda mitad del siglo XVII, dedicado a pasiones m¨¢s bien terrenales y a quien se debe el descubrimiento de la doble fermentaci¨®n de una uva que dar¨ªa un caracter¨ªstico vino espumoso. La bodega m¨¢s cercana de Saint-R¨¦my, a dos minutos a pie, se llama Champagne Martel, en la Rue Cr¨¦neaux, pero hay otras en la zona.
Ahora que hace buen tiempo, callejeemos, busquemos una terraza, pensemos d¨®nde cenar, qu¨¦ tren coger ma?ana de vuelta a Par¨ªs, o cambiemos los planes y prolonguemos nuestra estancia. Hagamos entonces excursiones, prosigamos por la ruta del Champagne: a tan s¨®lo 20 kil¨®metros encontramos Epernay -con su Avenue de Champagne mostrando las casas de las mejores bodegas de este vino-, y Hautvillers (con la tumba de Dom Perignon), y un poco m¨¢s lejos -algo m¨¢s de 120 kil¨®metros-, Troyes, ideal para continuar por nuestro viaje en el tiempo.
A partir de 2007, la llegada del TGV (tren de alta velocidad) acortar¨¢ la distancia entre Par¨ªs y Reims a s¨®lo 45 minutos, por lo que habr¨¢ que buscar un libro m¨¢s corto. Pero eso no nos preocupa demasiado, lo importante es apearnos de un tren, salir de la estaci¨®n y, al otro lado de las copas de los ¨¢rboles del primer parque, al otro lado de esos tejados, descubrir la piedra oscura de la bella e imponente catedral de Reims.
Pablo Aranda (M¨¢laga, 1968) es autor de la novela El orden improbable (Espasa)
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos- Prefijo telef¨®nico: 00 33.- Reims tiene cerca de 200.000 habitantes.C¨®mo llegar- Air France (902 20 70 90; www.airfrance.es) vuela a Par¨ªs desde Madrid a partir de 79 euros. Desde Barcelona, a partir de 49 euros. Tarifas de ida y vuelta, m¨¢s tasas y gastos de emisi¨®n.- Desde Par¨ªs, hay que tomar uno de los 12 trenes diarios que salen de la Gare de l'Est (www.sncf.fr). Ida y vuelta, 32 euros.Comer- Les 3 Brasseurs (326 47 86 28). Place Drouet d'Erlon, 73. Men¨² a partir de 11,50 euros.- La Table Anna (326 89 12 12). Rue Gambetta, 6. Cerca de la catedral. Se come por unos 25 euros.- Le Colibri (326 47 50 67). Rue Chanzy, 12. Por 25 euros.Dormir- Hotel de la Cath¨¦drale (326 47 28 46). Rue Libergier, 20. El encanto de salir del hotel y pasear por el casco antiguo, cerca de la catedral. La habitaci¨®n cuesta 60 euros, desayuno incluido.Informaci¨®n- www.reims-tourisme.com.- www.cis-reims.com.
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