Conversaciones con Picasso
Hay parecidos f¨ªsicos tan sorprendentes que a veces llega uno a inquietarse. En el barrio de Chamart¨ªn, sector Prosperidad, viven algunos ciudadanos que son el retrato de personajes famosos de diverso calibre. Kidane, etiope, sobrino-nieto del emperador Hail¨¦ Selassi¨¦ (patrono de los rastafaris) y vecino del barrio, es una copia casi perfecta de Kofi Annan, secretario general de la ONU. Alberto, criado en estas calles, es igual que el actor italiano Danny DeVito. Jos¨¦ Mar¨ªa, hostelero en la calle de Cardenal Sil¨ªceo, podr¨ªa pasar por un doble de Jordi Pujol. A otro le llaman Groucho porque sali¨® calcado al mayor de los hermanos Marx; suele llevar un Farias en la boca. Total, que acaba uno el d¨ªa mareado despu¨¦s de hablar con tantas personalidades.
Pero hay un se?or de unos 55 a?os que supera a todos los citados: es como una fotograf¨ªa de Picasso cuando ten¨ªa esa edad, con aquella esplendorosa calva que parec¨ªa un espejo. Se llama Andr¨¦s, es salmantino, se dedica a la abogac¨ªa y tiene aires de bon vivant algo esc¨¦ptico. Vive aqu¨ª, pero est¨¢ enamorado de Las Batuecas y de la Pe?a de Francia. Sabe perfectamente que su parecido con el genio malague?o llama mucho la atenci¨®n. Lo lleva resignadamente, como pidiendo disculpas. Pero hay algo pasional en su mirada cuando habla del cabrito cochifrito, algo que recuerda el gesto arrebatado en todas las fotograf¨ªas que nos quedan de Picasso. A Andr¨¦s le encanta compartir un buen vino y una buena conversaci¨®n con cualquier interlocutor v¨¢lido.
Tambi¨¦n aparece de vez en cuando por el barrio John Malkovich, pero ¨¦ste es el de verdad. El actor tiene un apartamento en la avenida de Am¨¦rica y sale con frecuencia a hacer la compra. La gente piensa que es un doble, y as¨ª puede pasar inadvertido en las pescader¨ªas.
Las gentes que se parecen mucho a otro individuo constituyen un colectivo inquietante. Est¨¢n acostumbrados a la doble personalidad fingida, pero llevan en sus entra?as algo del personaje que les marca la vida cotidiana. Llegan a casa, se miran al espejo y constatan que no son ni Kofi Annan, ni Danny DeVito, ni Jordi Pujol, ni Groucho Marx, ni Picasso.
Todo eso pasa en Chamart¨ªn. Seguro que cada barrio cuenta con sus dobles. Habr¨ªa que organizar el primer Certamen Internacional de Dobles. ?bamos a pasar mucha risa.
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