Energ¨ªa at¨®mica bajo control

La francesa Bull, una de las pocas empresas inform¨¢ticas que le quedan a Europa, acaba de ver confirmada su condici¨®n de l¨ªder entre las grandes productoras de supercomputadoras. La 27? edici¨®n del ranking Top500, elaborado por las universidades de Mannheim y Tennessee, ha calificado su Tera 10, un supercomputador construido con 600 de sus servidores NovaScale, como el m¨¢s grande de Europa y el quinto del mundo. Toda una haza?a que sit¨²a a Bull en plan de casi igualdad con IBM, l¨ªder mundial de este segmento y que opera el BlueGene/L de la NASA, el primero del mundo.

El Tera 10 ha sido desarrollado para la Comisi¨®n de Energ¨ªa At¨®mica francesa a partir de un contrato al que acudieron decenas de candidatos que quedaron reducidos en la recta final a s¨®lo tres: Bull, IBM Y HP. "El contrato ha sido muy importante para nosotros", comenta Julio del Valle, director general de Bull Espa?a, "porque confirma la capacidad de Europa para asumir retos de gran complejidad en la industria inform¨¢tica".

La empresa, especializada en grandes computadoras, factur¨® 1.173 millones de euros en 2005, con un beneficio neto de 20 millones de euros

Criterios de selecci¨®n

El supercomputador (42.9 Teraflops de potencia), que ocupa una superficie de 800 metros cuadrados -la mitad de un campo de f¨²tbol- y ser¨¢ utilizado por una comunidad de 200 cient¨ªficos, se utilizar¨¢ en la simulaci¨®n de explosiones nucleares. "Esto se ha hecho necesario", comenta del Valle, "despu¨¦s de que Francia firmara en 1996 el Tratado de No Proliferaci¨®n de Armas Nucleares".

En Bull subrayan que, para ganar el concurso, la empresa ha tenido que superar 278 criterios impuestos por la CEA. "Se trataba", explica el ejecutivo, "de desarrollar un sistema capaz de ejecutar much¨ªsimos programas en simult¨¢neo y de transferir enormes vol¨²menes de datos sin afectar a la velocidad de procesamiento". Para lograrlo, Bull construy¨® una compleja arquitectura (FAME) basada sobre 544 nodos de c¨¢lculo y 56 nodos de entrada y salida en s¨®lo un a?o de trabajo (el contrato se otorg¨® en febrero del 2005).

El hardware del supercomputador, desarrollado por Bull, va soportado por los potentes procesadores Intel.Titanium2 de ¨²ltima generaci¨®n. Y el 80% del software utilizado procede, seg¨²n apunta Del Valle, "del Open Source, de Linux". "El grueso de nuestro trabajo ha sido la labor de integraci¨®n de centenares de servidores con el fin de garantizar una alta velocidad de procesamiento", explica el ejecutivo.

El contrato de la CEA no s¨®lo le ha supuesto un buen negocio al grupo franc¨¦s (en torno a los 420 millones de euros s¨®lo la construcci¨®n de los equipos), sino que contribuir¨¢ a fortalecer sus posiciones en el mercado de servidores de sistemas abiertos, una de las ¨¢reas en las que se ha especializado en los ¨²ltimos a?os. La empresa, especializada en las grandes computadoras, factur¨® 1.173 millones de euros en 2005, con un beneficio neto de 20 millones de euros. "En Espa?a hemos construido varios de estos sistemas, uno para la comunidad cient¨ªfica de la Universidad de La Laguna y otro para un equipo de ciencias medioambientales de Castilla-La Mancha".

Bull, fundada en 1931, cuenta en su historial con hitos como el de haber lanzado en 1951 una de las primeras calculadoras del mundo, la Gamma 3. Tambi¨¦n presume de haber comercializado en 1972 el R2E, el primer microordenador del mundo. Tras una serie de vicisitudes -nacionalizaci¨®n, reprivatizaci¨®n y operaciones corporativas diversas, entre ellas la alianza con NEC- pas¨® por ciertas dificultades que ¨²ltimamente logr¨® superar. Lo hizo al especializarse en segmentos de valor a?adido, como los supercomputadores (con Intel), el almacenamiento de datos (con Bull Store Way), la integraci¨®n y el software de acceso y seguridad (con Bull Access Master).