Impulsor de la tecnolog¨ªa propia
El cofundador y presidente de Ingeteam ha colocado la electr¨®nica vasca en la primera l¨ªnea
Con s¨®lo nueve a?os, Javier Madariaga (Lutxana, Vizcaya, 1943) ya cog¨ªa el tren para acudir al colegio de los Maristas, en la Plaza Nueva de Bilbao. Cuatro trayectos al d¨ªa que no permit¨ªan el despiste. As¨ª que, cuando decidi¨® marchar a Alemania a perfeccionar su alem¨¢n, mientras cursaba la carrera de Ingenieros, no sufri¨® la angustia del primer viaje. "As¨ª y todo, sigo recordando el paso a Berl¨ªn Este, toda una odisea, con aquel muro impresionante, aquellos controles de seguridad, con los polic¨ªas rastreando con espejos por debajo de los asientos".
Madariaga completaba su formaci¨®n en la Escuela de Ingenieros de Bilbao con las pr¨¢cticas veraniegas en empresas germanas, como otros compa?eros. "Creo que fue una decisi¨®n colectiva: parece que los alemanes son la locomotora de Europa, los que tiran del mundo industrial, dos dijimos, as¨ª que decidimos estudiar alem¨¢n e ir all¨ª", recuerda. "Gan¨¢bamos lo suficiente para pasar el verano. Al mismo tiempo, conoc¨ªamos las formas de trabajo, su mentalidad".
Casi no hab¨ªa terminado la carrera cuando empez¨® a trabajar en Comercial de Electricidad - "el 1 de septiembre de 1963", precisa-, donde llevaba la representaci¨®n de diversas empresas alemanas, entre ellas Askania, "que hac¨ªa sistemas de regulaci¨®n electr¨®nica pioneros en todo el mundo". Madariaga tuvo entonces su oportunidad y no la desaprovech¨®: justo en aquel momento, los responsables de poner en marcha una siderurgia en Asturias (la que luego ser¨ªa Ensidesa) reclamaron su colaboraci¨®n para contratar el equipamiento el¨¦ctrico.
"Visitamos empresas el¨¦ctricas, siderurgias, recorrimos toda la cuenca del Ruhr. En aquel viaje trabajaba como traductor, al mismo tiempo que explicaba los distintos sistemas de cada industria", recuerda Madariaga. Al final, Askania consigui¨® el contrato, "toda una oportunidad, no se abren siderurgias todos los d¨ªas de esa envergadura". "No puedo negar que tambi¨¦n fue un golpe de suerte", reconoce.
Ante la magnitud del encargo, la firma alemana decidi¨® abrir oficina en Espa?a, con la colaboraci¨®n de Comercial de Electricidad la entrega de un 10% de las acciones a aquel joven de Lutxana que hab¨ªa facilitado el contrato. "Me hicieron empresario entonces". Javier Madariaga comenz¨® a formar un equipo y se acord¨® de aquellos compa?eros de carrera que hab¨ªan preferido trabajar durante julio y agosto en Alemania, en lugar de veranear en la costa vasca, expertos ingenieros en la especialidad de Electricidad y Electr¨®nica. Se sumaron a la aventura m¨¢s de una decena, que, con el paso de los a?os, se redujeron a cuatro integrantes: el propio Madariaga, V¨ªctor Mendiguren, Miguel Gandiaga y Alberto Belaustegui, que permanecer¨¢n unidos desde entonces.
La configuraci¨®n de este n¨²cleo llega con la absorci¨®n de Askania por Siemens. "Nos ofreci¨® buenos puestos en Madrid, pero les contestamos que no; que no quer¨ªamos ser empleados", cuenta, aunque tambi¨¦n admite que "eran otros tiempos". Entonces, en 1972, decidieron crear Team (T¨¦cnica Electr¨®nica de Automatismo y Medida), una aventura empresarial que en aquel momento se podr¨ªa definir como suicida: en la Espa?a de la agon¨ªa franquista y la transici¨®n, con unos tipos de inter¨¦s imposibles de hasta el 18%, en un pa¨ªs sin tradici¨®n alguna en la investigaci¨®n, cuatro j¨®venes ingenieros apuestan por la tecnolog¨ªa propia, mientras asoma y se instala la primera crisis del petr¨®leo, que lleg¨® entre 1974 y 1976.
"Yo creo que nos favoreci¨® la crisis, porque los a?os duros son buenos ya que te exigen calidad, austeridad y trabajar de forma muy efectiva", resume. Pero, al instante, el Madariaga intuitivo y vital sentencia que "la juventud tambi¨¦n ayuda".
Su apuesta fue trabajar con la tecnolog¨ªa propia, algo desconocido en las grandes industrias del Pa¨ªs Vasco, habituadas a contratar licencias extranjeras. Una cuesti¨®n de tiempo. "Nosotros quisimos tener ese lujo, esa fue la diferencia m¨¢s grande. Hab¨ªamos conocido desde cerca la industria de uno de los pa¨ªses punteros. No somos m¨¢s tontos, no somos m¨¢s desorganizados. Si los alemanes o los suecos lo hacen, nosotros tambi¨¦n", era su premisa.
A partir de entonces, comienza la aventura: la tecnolog¨ªa que impulsa Team (ahora Ingeteam) cautiva a empresas de todos los ¨¢mbitos: desde la siderurgia a las energ¨ªas renovables, sin olvidar los ferrocarriles y el sector naval, su ¨²ltima apuesta. "Queda mucha ilusi¨®n. La siguiente es la propulsi¨®n el¨¦ctrica de los grandes buques gaseros. Estamos apostando para que Sestao se convierta en un gran astillero, que construya buques con tecnolog¨ªa propia". Madariaga se refiere al futuro de La Naval, en cuya inminente privatizaci¨®n puja Ingeteam, el grupo que preside. Todo un sue?o para aquel ni?o de Lutxana.
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