La paradoja del coraz¨®n que corre
El ejercicio vigoroso puede precipitar un infarto, pero tambi¨¦n alarga la vida
Cuando o¨ªmos decir que alguien ha sufrido o un infarto o una muerte cardiaca repentina mientras corr¨ªa pensamos que correr puede ser peligroso para el coraz¨®n. Pero, ?es cierto? La respuesta es un tanto parad¨®jica. Mientras una persona corre -sobre todo alguien con una enfermedad cardiaca subyacente- tiene m¨¢s probabilidades de morir que cuando camina o descansa. Durante un ejercicio en¨¦rgico, el coraz¨®n puede desarrollar un ritmo irregular, la tensi¨®n sangu¨ªnea puede aumentar hasta niveles peligrosos y puede desprenderse la placa de una arteria parcialmente obstruida e impedir el flujo sangu¨ªneo. Pero, en general, las personas que corren regularmente, incluidas las que presentan importantes factores de riesgo de sufrir una afecci¨®n cardiaca, tienen menos probabilidades de sufrir un infarto a largo plazo que si no lo hicieran.
Hace siglos, sol¨ªa creerse que el coraz¨®n estaba limitado a cierta cantidad de latidos y que quienes lo aceleraban demasiado mor¨ªan j¨®venes. Ahora sabemos mucho m¨¢s. El coraz¨®n es un m¨²sculo y por tanto ejercitarlo lo hace m¨¢s fuerte y no necesita esforzarse tanto para cumplir su funci¨®n. A eso se le llama "acondicionar" el coraz¨®n mediante una actividad f¨ªsica moderadamente vigorosa. Se logra practicando ejercicio de tal modo que el ritmo cardiaco no exceda el grado apropiado para la edad. Un coraz¨®n bien acondicionado puede bombear en 50 latidos la misma cantidad de sangre que el coraz¨®n de una persona sedentaria bombea en 75. Adem¨¢s, durante el descanso, un ritmo cardiaco bien acondicionado es m¨¢s lento.
Los principales factores de riesgo para las arterias son el colesterol elevado, la hipertensi¨®n, la diabetes y el estr¨¦s. Lo bueno de hacer ejercicio f¨ªsico de forma regular es que contrarresta cada uno de ellos y adem¨¢s aumenta la concentraci¨®n sangu¨ªnea de colesterol HDL, que ayuda a limpiar las arterias de dep¨®sitos de ateroma.
Los factores de riesgo que el ejercicio no puede alterar son la herencia familiar y la edad. Si se tiene un historial familiar de cardiopat¨ªa prematura (infartos en parientes de primer grado de consanguinidad antes de los 65 a?os) o se est¨¢ en una edad mediana o avanzada pero se ha llevado una vida sedentaria durante a?os, es recomendable someterse a un examen m¨¦dico exhaustivo antes de comenzar a correr regularmente. Porque, en estos casos, pueden sufrir un infarto mientras corre.
Eso fue lo que le ocurri¨® a James F. Fixx, que falleci¨® de un infarto mientras corr¨ªa el 20 de julio de 1984. Como autor de The complete book of running, Fixx era un s¨ªmbolo internacional de la revoluci¨®n del jogging. Tambi¨¦n ten¨ªa un historial familiar de cardiopat¨ªa; su padre muri¨® de infarto a los 43 a?os y ¨¦l mismo hab¨ªa experimentado s¨ªntomas cardiacos durante las semanas previas a su muerte, unos indicios de uno o m¨¢s infartos leves que ignor¨®.
La autopsia revel¨® que, a pesar de ser f¨ªsicamente activo, Fixx padec¨ªa una enfermedad arterial coronaria avanzada: una arteria presentaba una obstrucci¨®n del 99%, otra del 80% y una tercera del 70%: en suma, el suyo era un infarto anunciado.
Durante casi todos los maratones, uno o m¨¢s corredores se desploman a causa de un ataque al coraz¨®n, y algunos fallecen. El calor y la deshidrataci¨®n a menudo act¨²an como factores agravantes. En un estudio realizado en 1987 sobre infartos y muertes s¨²bitas en corredores de marat¨®n, el 81% de las v¨ªctimas hab¨ªan ignorado los s¨ªntomas de advertencia.
Para prevenir este tipo de accidentes, hay que establecer un programa de entrenamiento sensato mucho antes de la carrera. Todos los m¨²sculos, y no s¨®lo el coraz¨®n, deben estar en condiciones de someterse al esfuerzo. Y hay que correr o caminar al ritmo adecuado a la situaci¨®n de cada uno, teniendo en cuenta que el marat¨®n, en su versi¨®n m¨¢s competitiva, es una carrera s¨®lo apta para atletas j¨®venes de ¨¦lite.
En todo caso hay que beber agua para mantener buena hidrataci¨®n, y bebidas deportivas si se suda mucho o el ejercicio se prolonga durante m¨¢s de dos horas. Sufrir malestar o dolor en la cintura durante el ejercicio f¨ªsico puede ser un s¨ªntoma de insuficiencia coronaria. Otras veces el infarto se anuncia con palpitaciones, dolor en el lado izquierdo, presi¨®n o malestar en el pecho, mareos, falta de aire y n¨¢useas.
Es cierto, pues, que hacer ejercicio vigoroso representa un riesgo cardiaco, pero tambi¨¦n lo es que los corredores viven m¨¢s tiempo. La gente con una cardiopat¨ªa avanzada corre el riesgo de morir repentinamente, practique ejercicio o no. Pero, aunque el ejercicio en¨¦rgico puede precipitar un infarto durante un entrenamiento y en la hora siguiente, realizar actividad f¨ªsica regularmente es un importante elemento de prevenci¨®n de la muerte cardiaca s¨²bita.
Por ejemplo, un estudio realizado en Seattle (EE UU) entre todas las personas que fallecieron repentinamente en un a?o demostr¨® que quienes presentaban una cardiopat¨ªa no detectada ten¨ªan m¨¢s posibilidades de morir mientras practicaban ejercicio, pero que reduc¨ªan su riesgo total de muerte s¨²bita si hac¨ªan ejercicio con regularidad. En otras palabras, si quienes padecen cardiopat¨ªas evitaran todo ejercicio, su riesgo total de muerte repentina aumentar¨ªa, y no al rev¨¦s.
Seg¨²n han descubierto algunos estudios, correr prolonga la vida a largo plazo. En total, cada hora que pasamos practicando ejercicio (hasta 30 horas a la semana) aumenta en dos horas la esperanza de vida de una persona, seg¨²n el Harvard Alumni Study, que ha realizado un seguimiento de las muertes entre 17.000 hombres durante m¨¢s de dos d¨¦cadas.
Incluso quienes no han empezado a practicar ejercicio hasta alcanzada la mediana edad presentan un riesgo el 23% inferior de muerte durante unos 20 a?os. Las actividades de resistencia, como correr, montar en bicicleta, hacer largos en una piscina, practicar marcha atl¨¦tica o esqu¨ª de fondo aportan mayores beneficios y alargan la esperanza de vida, en comparaci¨®n con la de un teleadicto.
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