Tambores de guerra

Los graves focos de inestabilidad abiertos en Irak, Ir¨¢n, Gaza y ahora L¨ªbano deber¨ªan ser suficiente motivo como para que la comunidad internacional reaccionara con mayor diligencia y que fueran objeto de debate y medidas concretas del Consejo de Seguridad de la ONU. Especialmente, el asunto del bloqueo israel¨ª de todo el territorio liban¨¦s en respuesta al secuestro de dos militares hebreos y la muerte de otros ocho soldados por Hezbol¨¢ y que ha causado ya m¨¢s de medio centenar de muertos. El presidente Bush dijo ayer en Alemania que Israel tiene derecho a defenderse y ha advertido a Siria que deber¨¢ rendir cuentas por el apoyo a la guerrilla islamista. La Casa Blanca acusa a Damasco y Teher¨¢n de respaldar las acciones de Hezbol¨¢; e Israel, a su vez, a Beirut al estar de alguna manera representado el movimiento integrista con dos ministros en el Gobierno de coalici¨®n liban¨¦s. Rusia y Francia consideran desproporcionada la acci¨®n militar de los israel¨ªes y as¨ª lo comunicar¨¢n a Bush durante la cumbre del G-8 este pr¨®ximo fin de semana en San Petersburgo.

No faltan pues elementos perturbadores como para presagiar que el siempre fr¨¢gil castillo de naipes de Oriente Pr¨®ximo est¨¢ de nuevo a punto de desmoronarse y se corre el serio peligro de una guerra regional abierta. De ah¨ª la urgencia de que la comunidad internacional deba buscar respuestas para apagar el volc¨¢n. La escasa acci¨®n diplom¨¢tica de la Administraci¨®n de Bush en el conflicto palestino-israel¨ª tiene su cuota de responsabilidad en la victoria electoral de los radicales de Ham¨¢s, cuya llegada al poder no ha hecho m¨¢s que empeorar la situaci¨®n y agravar las condiciones de vida de los palestinos, tras la suspensi¨®n de la ayuda de EE UU y la Uni¨®n Europea y el endurecimiento de Israel.

Resulta, por otro lado, un sarcasmo evocar hoy la Iniciativa de Asociaci¨®n Estados Unidos-Oriente Pr¨®ximo que Bush present¨® despu¨¦s de los atentados del 11-S con el fin de desarrollar un proyecto para la democratizaci¨®n del mundo ¨¢rabe, que tendr¨ªa como punto de arranque Irak una vez derribado el r¨¦gimen de Sadam. La pol¨ªtica del presidente republicano en la regi¨®n en general y en Irak en particular ha sido un rotundo fracaso. En Irak, el jefe del Pent¨¢gono, Rumsfeld, ha podido ser testigo esta misma semana de la impotencia del Gobierno de unidad nacional que preside el chi¨ª Al Maliki para frenar el clima de violencia sectaria que se respira especialmente en Bagdad, propiciada sobre todo por la mayoritaria comunidad chi¨ª, y que est¨¢ deslizando al pa¨ªs hacia la guerra civil.