Hawking sacude la Red en busca de respuestas
El f¨ªsico sigue la estela de Bono y Gore y pregunta al ciberespacio c¨®mo mejorar el mundo
?C¨®mo se combaten la pobreza en el mundo o el cambio clim¨¢tico? ?Sobrevivir¨¢ la especie humana m¨¢s de 100 a?os? El f¨ªsico Stephen Hawking, el cantante de U2 Bono y el ex vicepresidente de EE UU y activista contra el cambio clim¨¢tico Al Gore han lanzado estas preguntas al ciberespacio. La iniciativa, que parti¨® de Yahoo!, ha sacudido la Red, sobre todo en el caso de Hawking: en apenas una semana, casi 25.000 internautas han escrito aportando respuestas a la pregunta del cient¨ªfico, preocupado por si la especie humana durar¨¢ otros 100 a?os.
En total, los llamamientos a mejorar el mundo de los tres han reunido m¨¢s de 50.000 aportaciones. Aunque la iniciativa ha demostrado una gran capacidad de generar debate, Bono y Gore no se han librado de la desconfianza de parte del agora global: algunos cibernautas les acusan de perseguir como fin principal la autopromoci¨®n para vender sus libros, discos o pel¨ªculas.
CONTESTE A HAWKING lectores@elpais.es | P¨¢gina de Yahoo |
La enciclopedia brit¨¢nica ofrece una ¨²nica respuesta, informaci¨®n seleccionada para aquel que la va a recibir, por una fuente autorizada. En el caso de la enciclopedia virtual Wikipedia, en el que la fuente puede ser cualquiera, lo que finalmente llega al lector es el contenido de consenso. P¨¢ginas como Yahoo! Answers, sin embargo, se basan en la diversidad de respuestas, en la posibilidad de que cualquiera pueda preguntar y cualquiera responder. Todo el mundo opina y todo lo que tienen que decir aparece despu¨¦s ante los ojos del preguntador y del resto de la comunidad. Los temas son infinitos. Se piden desde consejos para adelgazar hasta informaci¨®n sobre pol¨ªtica internacional. Hasta que no se lee, es imposible saber si es interesante o no; no hay autoridades de antemano. "Es una forma de generar contenido muy interesante", indica el profesor del Instituto Empresa Enrique Dans. "Consigues que sean los propios usuarios los que elaboren los contenidos, que es la forma m¨¢s barata de obtenerlos, y con ciertos incentivos logras adem¨¢s que est¨¦n contentos por haber contribuido". Para determinar la calidad de las respuestas se ha establecido un sistema de puntos. Tambi¨¦n democr¨¢tico. Cualquiera puede votar y decidir si lo que ha escrito el de al lado es una tonter¨ªa o tiene alg¨²n inter¨¦s.
El f¨ªsico Stephen Hawking, acostumbrado a ofrecer respuestas, ha aceptado esta vez, preguntar. Lo que no parece probable es que pueda leer a las m¨¢s de 20.000 personas que han decidido pensar durante un rato sobre la supervivencia de la especie y compartir sus reflexiones con el sabio.
Algunas informaciones son gratis; otras se subastan
En el programa de "respuestas" de Yahoo! -el utilizado por Stephen Hawking, Bono y Al Gore- se lanzan preguntas que, de forma gratuita, contesta cualquiera que tenga la informaci¨®n y quiera compartirla. Sin embargo, otros programas -como el de Google- han optado por primar la informaci¨®n en lugar de la opini¨®n y cobrar por ella.
?Se necesita un listado de los a?os de buena cosecha en la regi¨®n de Himalaya desde el siglo XVII? El internauta interesado puede ofrecer una cantidad y el grupo de m¨¢s de 500 investigadores de Google Answers, que funciona desde abril de 2002, decidir¨¢ si le compensa hacer la b¨²squeda. En cuanto a alguno de ellos le interese, se pondr¨¢ con el tema y har¨¢ la b¨²squeda en 24 horas. Si se ha ofrecido poco dinero, quiz¨¢s ning¨²n investigador estar¨¢ interesado en responder.
El listado de las cosechas himalayas probablemente exigir¨ªa pasar de los 300 euros, pero siempre se puede tantear, porque el precio lo pone el cliente. "Funciona como un sistema de subasta", explica Bernardo Hern¨¢ndez, portavoz de Google. "Los clientes pujan y los investigadores aceptan o no el encargo. Pero claro, la calidad de la respuesta depende tambi¨¦n de lo que pagues por ella. No va a ser la misma por tres euros que por 50".
Si el internauta no queda satisfecho con la respuesta puede pedir explicaciones e incluso exigir que le devuelvan el dinero. Al final, tiene la opci¨®n de puntuar al investigador, lo que implica tambi¨¦n la posibilidad de castigarlo.
Hay temas prohibidos. Cuando sobre alguna cuesti¨®n hay una investigaci¨®n abierta, no se pueden dar respuestas. El resto se contestan y luego se hacen p¨²blicas. aunque la primera fase es de pago, Google no quiere perder de vista la idea que sobrevuela todos estos programas y servicios: compartir el conocimiento a trav¨¦s de Internet. Y se comparte todo: las preguntas y las respuestas. Es una visi¨®n de la informaci¨®n que no pone el acento en la selecci¨®n de contenidos, sino en la posibilidad de tenerlo todo.
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