El hermano pobre del metro

El tranv¨ªa llega puntual a su cita con los pasajeros en la estaci¨®n de la Marina, frente a la playa alicantina del Postiguet. Faltan cinco minutos para las nueve en punto y en el vag¨®n los trabajadores aut¨®ctonos e inmigrantes se entremezclan con j¨®venes y jubilados ingleses con indumentaria playera. Mientras intentan resguardarse del continuo balanceo del convoy, los viajeros menos experimentados miran con curiosidad los carteles que les advierten de que deber¨¢n apearse si desean proseguir el recorrido m¨¢s all¨¢ de El Campello. Es la gran peculiaridad de la l¨ªnea de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana que cubre los 93 kil¨®metros que separan Alicante de D¨¦nia en un tiempo de 2 horas y 22 minutos: el trayecto se divide entre un tramo de tranv¨ªa y otro de tren de v¨ªa estrecha. Pero las diferencias entre ambos no s¨®lo se refieren a la tipolog¨ªa del veh¨ªculo.

F¨¢tima no ha tenido m¨¢s remedio que bajarse de la silla de ruedas para salir del apeadero

El sindicato UGT, que la pasada semana inici¨® una serie de paros nocturnos para reclamar mejoras laborales y en el servicio, define el tramo entre El Campello y D¨¦nia como "la oveja negra" de la l¨ªnea alicantina de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, "porque tratan a los usuarios como a animales", en comparaci¨®n con el tranv¨ªa, "que es la ni?a bonita". Los viajeros tambi¨¦n lo perciben as¨ª: "Me parece un poco cutre, est¨¢ sucio y viejo", comenta Eulalia del Moral, una madrile?a de vacaciones en Benidorm que ha cogido por primera vez el trenet. En los vagones, llenos de graffitis tanto en el interior como en el exterior, no funciona el aire acondicionado.

Los tranv¨ªas, m¨¢s modernos, llegan a Alicante tras ser utilizados en Valencia. Est¨¢n limpios y perfectamente climatizados para que los usuarios puedan soportar el calor veraniego. La infraestructura del trenet, por contra, da la impresi¨®n de haberse instalado a golpe improvisaciones. Los veh¨ªculos -hay dos que ya han sido modernizados y otros cinco pendientes de reformar- tienen una plataforma m¨¢s alta que los andenes, por lo que FGV ha tenido que colocar tarimas para que los viajeros puedan subir. Se trata de una medida provisional, puesto que la remodelaci¨®n que est¨¢ sufriendo la l¨ªnea permitir¨¢ cubrir el trayecto entre Alicante y Benidorm sin trasbordos y en trenes el¨¦ctricos nuevos. Pero de momento no hace m¨¢s que agravar los retrasos que se producen a diario, ya que los usuarios esperan a que llegue el tren en las estaciones y apeaderos, buscando algo de sombra, y suben en tromba a la tarima cuando el convoy se acerca. Mientras unos bajan y otros suben a los vagones, pueden pasar hasta cinco minutos. Como la tarima tampoco est¨¢ adaptada para las personas con movilidad reducida, F¨¢tima, una venezolana que se dirige al hospital de La Vila Joiosa, no ha tenido m¨¢s remedio que bajarse de la silla de ruedas para salir del apeadero.

Entre El Campello y D¨¦nia, el trazado es sinuoso y accidentado, lo que obliga a los maquinistas a moderar la velocidad pese a ya ha sido reformado hasta La Vila Joiosa. "Han puesto una v¨ªa nueva, pero no han quitado las curvas", se queja el maquinista mientras el term¨®metro roza los 30 grados.

Grau explica que los retrasos que sufre un convoy -a veces de m¨¢s de una hora, sobre todo si se produce una aver¨ªa- se van acumulando hasta el punto de que en ocasiones se tiene que anular un viaje porque el tren anterior -salen cada 60 minutos- a¨²n no ha llegado a su destino. "Hay dos tramos de doble v¨ªa que permiten el cruce de trenes, pero como falta personal no se programan m¨¢s viajes", afirma el sindicalista. Antonio, que coge el trenet a diario, comenta que su jefe ya no le rega?a cuando llega tarde al trabajo "porque ya est¨¢ acostumbrado".

Ernesto Bielsa lleva 20 a?os trabajando de maquinista y est¨¢ convencido de que el problema de los retrasos "es irresoluble, aunque traigan trenes nuevos, porque se contempla un tiempo de parada de cero minutos, lo que es irreal". Las deficiencias acaban exasperando a los viajeros. "Lo peor es que descargan su indignaci¨®n contra los trabajadores, cuando en realidad somos h¨¦roes porque estamos intentando sacar adelante el servicio en unas condiciones lamentables. Es parad¨®jico y frustrante", indica Bielsa, que tambi¨¦n arremete contra la ausencia de vigilantes en el interior de los trenes: "Hace un par de meses, unos chavales tiraron del freno de emergencia y nos quedamos parados en una curva. Sin seguridad, no nos atrevemos a enfrentarnos a ellos".

Enrique Rivero, vecino de La Vila y usuario habitual de FGV, asume que los empleados "no tienen la culpa" y opina que la empresa deber¨ªa aportar una soluci¨®n. Mientras, critica que se supriman trenes "sin poner carteles de aviso". Marta Baeza, de 18 a?os, siempre recurre al trenet para desplazarse hasta D¨¦nia, de donde parte el ferry que va a Ibiza, donde vive su padre. "Lo he perdido muchas veces porque el tren ha llegado tarde. Y no creo que las cosas mejoren por muchas reformas que hagan", afirma resignada antes de apearse en El Campello y tomar el tranv¨ªa que la llevar¨¢ a Alicante.