Mam¨¢ Jones acelera de nuevo
La velocista, que se entrena a escondidas, vuelve a dominar los 100 metros tras ser madre y verse implicada en la trama de dopaje del 'caso Balco'
Tiemblan las velocistas. Levantan las cejas los patrocinadores. Se miran extra?ados los entrenadores. Marion Jones, cinco medallas ol¨ªmpicas en su palmar¨¦s, vuelve a correr con ¨¦xito los 100 metros. Y lo hace muy r¨¢pido: baja constantemente de los 11 segundos. Curioso, muy curioso, teniendo en cuenta sus circunstancias: no corri¨® en 2003 por las lesiones y el nacimiento de su hijo. Tiene 30 a?os. Y sigue marcada, manchada, por la sombra del dopaje, el recuerdo del laboratorio Balco y las palabras de V¨ªctor Conte, su fundador, que le acusa de haber sido una m¨¢s de las atletas estadounidenses beneficiadas por el uso de THG, un anabolizante. ?C¨®mo ha conseguido Jones sobreponerse a todo y ganar los campeonatos de su pa¨ªs o la reuni¨®n de Par¨ªs de la Liga de Oro?
"Lo que ha pasado con ella es un poco extra?o", analiza Manuel Pascua, entrenador de Francis Obikwelu, plata en los 100 metros de los Juegos de Atenas 2004. "Su progresi¨®n de marcas, as¨ª, de golpe y porrazo, no es nada l¨®gica. Mejorar 50 cent¨¦simas en un a?o es un prodigio", contin¨²a; "su mejora respecto a la temporada pasada, cuando corr¨ªa en 11 muchos, no es t¨¦cnica. Sigue corriendo en 48 zancadas. Sigue con todos sus defectos t¨¦cnicos. Tiene que haber sido una mejora de fuerza y potencia".
Hay un dato demoledor. El a?o pasado Jones corri¨® los 100 en 11,28s. ?Y con 15 a?os lo hac¨ªa en 11,17s! La regresi¨®n de sus marcas hab¨ªa sido as¨ª de fuerte. Como una vuelta a la infancia. Hace dos d¨ªas, en Roma, par¨® el reloj en 10,91s y qued¨® segunda en la tercera reuni¨®n de la Liga de oro. Jones ha vuelto. La clave: el gimnasio. Las pesas. Y los entrenamientos que le pone por e-mail Steve Riddick, campe¨®n ol¨ªmpico de los 4x100, famoso por usar "polen de abeja por sus propiedades reforzadoras de la sangre" e implicado en una red de blanqueo de dinero y fraudes bancarios. Su receta para Jones: fortalecer sus zonas abdominal y p¨¦lvica, "deterioradas" desde que dio a luz; pedirle que se concentre en periodos de tres semanas en Miami, rodeada de libros y pel¨ªculas, y obligarle a hacer pesas y m¨¢s pesas para fortalecer sus m¨²sculos. Nada de trabajo de velocidad. Eso, dice Riddick, le sobra "por naturaleza".
Pascua est¨¢ de acuerdo. "Eso, la velocidad, la aceleraci¨®n en los ¨²ltimos 50 metros, siempre lo ha tenido. Ahora la veo bastante estilizada", a?ade el entrenador, al que le han llamado la atenci¨®n, como a muchos de sus compa?eros, las tabletas de Jones, sus abdominales, marcados, presentes, impactantes en la carrera. Lo contrario a lo que se espera de una madre.
"Jones se ha machacado en el gimnasio", cuenta Dave Fairbank, uno de los pocos periodistas que han conseguido que les reciba en su nuevo templo, en su lugar de retiro, en la universidad en la que se esconde para entrenarse. "Ha buscado un lugar peque?o, en el que pueda pasar inadvertida, sin que la molesten pregunt¨¢ndola por el dopaje, su separaci¨®n de Tim Montgomery [ex recordman mundial de los 100, despose¨ªdo de la marca por dar positivo] o el caso Balco". ?Ad¨®nde se ha ido Jones? Pues a la peque?a universidad de Hampton, que est¨¢ a tres horas de su casa de Raleigh y m¨¢s cerca a¨²n de Norfolk, donde reside Riddick.
"Es una universidad que hist¨®ricamente acoge a estudiantes negros", cuenta Fairbank; "con unos 5.000 alumnos y rodeada de agua por tres lados". Jones empez¨® entren¨¢ndose con el equipo de la universidad. Pero tuvo que dejarlo: hab¨ªa demasiados curiosos, demasiados cazaut¨®grafos, demasiada gente deseosa de ver al ¨ªdolo ca¨ªdo. Ahora pregunta antes de ir para no coincidir con el equipo. Va a horas extra?as. Y, todo el mundo insiste en ello, "se machaca y se machaca" con las pesas.
Jones ha vuelto. Y le falta poco -confianza, retornar a sus rutinas- para ser otra vez la mujer que domin¨® incontestablemente la velocidad. "Su estilo ha cambiado", ha explicado el velocista Maurice Greene. "Hace muchos m¨¢s movimientos que antes. Su aceleraci¨®n est¨¢ ah¨ª, pero entra demasiado pronto".
"Sigue saliendo mal", coincide Pascua, "y su aceleraci¨®n no est¨¢ siendo muy buena. Hace un saltito en la salida que tampoco es bueno, pero, cuando va lanzada, consigue sus ventajas. A los Juegos de Pek¨ªn va a llegar perfectamente. No hay muchas chicas que bajen de los 11 segundos. Ella le ha vuelto a coger el truco y una vez cogido... No me extra?ar¨ªa que vuelva a dominar".
Aviso a navegantes: no importa que Jones haya tenido un hijo. Que le persiga el esc¨¢ndalo Balco. Ni que se tenga que esconder para entrenarse. Mam¨¢ Jones acelera de nuevo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.