Hezbol¨¢ centra sus ataques sobre Haifa
Israel intensifica los bombardeos contra el sur de L¨ªbano, que causan la muerte a 46 civiles
La milicia chi¨ª libanesa Hezbol¨¢ est¨¢ echando toda la carne en el asador. Las andanadas de cohetes Katiusha sobre el norte de Israel son constantes desde el mi¨¦rcoles. Pero la milicia chi¨ª quiso ayer dejar clara su fuerza al lanzar sobre Haifa, la tercera ciudad de Israel, un misil de mayor alcance y potencia que los Katiushas, facilitado por Ir¨¢n, seg¨²n los militares hebreos. Destroz¨® el tejado de un hangar de reparaci¨®n de ferrocarriles y mat¨® a ocho trabajadores. El l¨ªder de Hezbol¨¢, Hass¨¢n Nasrala, compareci¨® en televisi¨®n para amenazar a Israel con atacar m¨¢s all¨¢ de Haifa. Lo de ayer, dijo, es "s¨®lo el principio".
El norte de Israel est¨¢ paralizado y la sombra de la amenaza se extiende hasta Tel Aviv, donde se ha decretado el estado de alerta. La aviaci¨®n israel¨ª, mientras, sigue bombardeando L¨ªbano sin pausa. Seg¨²n las autoridades libanesas murieron al menos 46 civiles, entre ellos ocho canadienses con doble nacionalidad, y 100 resultaron heridas. Las amenazas cruzadas siguen subiendo de tono.
Olmert asegur¨® que el bombardeo de Haifa "tendr¨¢ consecuencias de largo alcance"
Un grupo de civiles con doble nacionalidad libanesa y canadiense perece bajo las bombas
Las ocho v¨ªctimas israel¨ªes en Haifa sucumbieron en una enorme instalaci¨®n en la que se reparan trenes, atacada alrededor de las nueve de la ma?ana. El techo presentaba un boquete de 20 metros. M¨¢s de 15 grandes focos estaban desparramados en un suelo lleno de los cristales reventados de los vagones. A las once sonaban de nuevo las sirenas y otro proyectil ca¨ªa en las cercan¨ªas, en las inmediaciones del puerto, el m¨¢s importante del pa¨ªs, y la gente empezaba a correr sin direcci¨®n fija. En el centro de la ciudad apenas hab¨ªa tr¨¢fico y s¨®lo alguna persona se aventuraba a andar por las calles.
El panorama, no obstante, no resiste comparaci¨®n ni por asomo con los destrozos que causa d¨ªa tras d¨ªa la aviaci¨®n israel¨ª en los barrios del sur de Beirut, de mayor¨ªa chi¨ª y feudos de Hezbol¨¢, y en todo el Estado ¨¢rabe, donde han sido arruinadas infraestructuras civiles a mansalva.
Al menos 46 civiles murieron en los ataques que se intensificaron y superan ya los 100 en los ¨²ltimos cinco d¨ªas. El peor ataque tuvo lugar en el puerto de Tiro, donde 16 civiles perecieron en un bombardeo contra una vivienda. Y el balance de v¨ªctimas mortales podr¨ªa ser superior porque los equipos de socorro estaban anoche buscando supervivientes entre los escombros. El misil impact¨® en la puerta del edificio donde se encontraba un grupo de refugiados que hab¨ªan huido, siguiendo las advertencias del Gobierno israel¨ª, de pueblos del sur de L¨ªbano. Hasta el momento, unas 15.000 personas han llegado a este puerto desde diferentes localidades del sur del pa¨ªs, que son un objetivo constante de las bombas israel¨ªes. En uno de esos pueblos, Aitarun, murieron en un bombardeo israel¨ª ocho civiles, que ten¨ªan la doble nacionalidad canadiense-libanesa, seg¨²n el Gobierno de Ottawa.
La mayor¨ªa de los residentes en los devastados suburbios que acogen las instalaciones de Hezbol¨¢, en el sur de Beirut, donde se produjeron 18 fuertes explosiones, han huido al valle de la Bekaa, al este de L¨ªbano. Israel lanz¨® ayer octavillas sobre esta zona en las que advert¨ªa a la poblaci¨®n civil que se alejase de cualquier edificio perteneciente a Hezbol¨¢.
En la guerra del Golfo, en 1991, el r¨¦gimen iraqu¨ª de Sadam Husein lanz¨® unos pocos misiles Scud sobre ciudades israel¨ªes y las v¨ªctimas mortales fueron muy escasas. La crisis actual, en la que Hezbol¨¢ juega un papel protagonista respaldado por Siria e Ir¨¢n, ya ha provocado la muerte de 12 militares y 13 civiles. El golpe asestado a Haifa supone un paso al frente que Israel no va a perdonar. Sin embargo, la organizaci¨®n fundamentalista libanesa tampoco se amilana. Sus dirigentes advirtieron, tras el destrozo de la instalaci¨®n ferroviaria, que disponen de la capacidad para volar las industrias petroqu¨ªmicas de esta ciudad de 250.000 habitantes, que acoge tambi¨¦n refiner¨ªas de petr¨®leo, la Corporaci¨®n Israel¨ª El¨¦ctrica, compa?¨ªas de gas. Es un centro estrat¨¦gico para el Estado sionista. Hezbol¨¢ sabe donde golpea.
La escalada militar acompa?a a la verbal. El primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert, hab¨ªa dicho por la ma?ana que el ataque sobre Haifa "tendr¨¢ consecuencias de largo alcance". Por la tarde, contest¨® a trav¨¦s de una televisi¨®n libanesa el jeque Hassan Nasral¨¢, l¨ªder de la milicia islamista: "Podemos alcanzar al enemigo sionista casi en cualquier lugar. La entidad sionista ignora el poder que tenemos. No pararemos mientras Israel contin¨²e". No alardeaba, en la noche misiles de Hezbol¨¢ alcaznaron las ciudades de Afula y Nazaret, 20 kil¨®metros al sur de Haifa. A ¨²ltima hora no se hab¨ªa informado de v¨ªctimas mortales.
As¨ª las cosas, la propuesta presentada al Gobierno liban¨¦s por el Ejecutivo israel¨ª, a trav¨¦s de la mediaci¨®n italiana, para detener los ataques masivos carece de relevancia. Entre otras cosas porque las condiciones exigidas -liberaci¨®n de los dos soldados secuestrados por Hezbol¨¢ y la retirada de la milicia del sur de L¨ªbano- han sido rechazadas por Nasral¨¢.
El objetivo del Estado jud¨ªo es claro. Expulsar a la guerrilla del sur de L¨ªbano, territorio en el que campa a sus anchas en ausencia del Ej¨¦rcito regular liban¨¦s. Cueste lo que cueste. Sin reparar en los da?os a la poblaci¨®n civil. "No permitiremos que se vuelva a la situaci¨®n previa al secuestro de los dos soldados" que desat¨® la crisis, declar¨® ante el hangar de trenes de Haifa, Miri Eisem, portavoz de la Oficina del Primer Ministro. "La campa?a continuar¨¢ hasta cambiar la realidad para que la poblaci¨®n de Israel no quede amenazada", agreg¨® el ministro de Defensa, Amir Peretz. Su meta es convertir el sur de L¨ªbano en un p¨¢ramo.
Tampoco lo ocultan los generales. "Decimos a la poblaci¨®n del sur de L¨ªbano que queremos evitar la muerte de v¨ªctimas inocentes. Les recomendamos que abandonen sus pueblos y hogares y que se marchen hacia el norte, porque vamos a atacar el sur del pa¨ªs con gran dureza", afirm¨® el jefe del Comando Norte del Ej¨¦rcito israel¨ª, Udi Adam.
?Por qu¨¦ entonces, si no se quiere da?ar a los civiles, se bombarde¨® el s¨¢bado en la regi¨®n de Tiro dos veh¨ªculos en los que viajaban m¨¢s de 20 mujeres, ni?os y hombres ajenos a la batalla?, se le pregunta a Eisem. "No tengo detalles de ese ataque", respondi¨® sobre el bombardeo que acab¨® con la vida de los pasajeros, que cumpl¨ªan la advertencia de los soldados israel¨ªes de abandonar la zona.
Las Fuerzas Armadas hebreas cuentan con informaci¨®n precisa sobre la capacidad militar de sus enemigos y sobre centenares o miles de dirigentes de los movimientos fundamentalistas palestinos o libaneses. De hecho, son alcanzados a menudo con milim¨¦trica precisi¨®n. ?C¨®mo es posible que no supieran que se trataba de civiles inocentes?, insiste el reportero. La respuesta de Eisem es fr¨ªa. "Hay aspectos tristes de la guerra. Pero los libaneses deben entender que son rehenes de Hezbol¨¢. Si cometemos errores, asumimos la responsabilidad". Una responsabilidad que no acarrea sanciones ni castigo -aunque bombardee refugios de Naciones Unidas, como sucedi¨® en 1996- cuando se trata de Israel. Sus gobernantes consideran v¨ªctimas del terrorismo de Hezbol¨¢ a los israel¨ªes. Los civiles ca¨ªdos en L¨ªbano son v¨ªctimas de un error.
Mientras, en la franja de Gaza, los soldados israel¨ªes volvieron a invadir el norte. Mataron a una mujer civil y a cinco milicianos de Ham¨¢s en las ciudades de Beit Lahia y Beit Hanun.
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