Manifestaci¨®n de los 'intermitentes' en el Festival de Avi?¨®n

El ministro franc¨¦s de Cultura, Renaud Donnadieu de Vabres, fue acogido ayer en Avi?¨®n por una manifestaci¨®n de unos 600 intermitentes del espect¨¢culo (trabajadores temporales) que le reprochaban no haber resuelto una situaci¨®n de precariedad social que se arrastra desde 2003, a?o en el que una modificaci¨®n de su estatuto provoc¨® la anulaci¨®n del festival de teatro y la suspensi¨®n de numerosas representaciones en Aix-en-Provence (¨®pera), Montpellier (danza) o La Rochelle (m¨²sica). La amenaza de huelga no se materializ¨® y la protesta encontr¨® un eco relativo entre una profesi¨®n escarmentada por el maximalismo de 2003.

La visita del ministro ten¨ªa como objeto celebrar el 60? aniversario de la llamada "pol¨ªtica de descentralizaci¨®n cultural" de la que Avi?¨®n -el festival fue creado en 1947- es uno de sus grandes ¨¦xitos. Este a?o re¨²ne 40 espect¨¢culos en el in -la selecci¨®n oficial- y 840 en el off -una mera acumulaci¨®n, en la m¨¢s pura l¨®gica de mercado-. En 1947 se trataba de "democratizar la cultura" y llevar fuera de los circuitos de las grandes capitales los tesoros del arte dram¨¢tico, muy en la l¨ªnea de las propuestas formuladas por el Front Populaire una d¨¦cada antes y por el ministro Malraux a partir de 1958. Hoy ese despotismo ilustrado ha sido sustituido por una l¨®gica de "favorecer la eclosi¨®n de la creatividad" propia al discurso del ex ministro de Cultura Jack Lang. El resultado es que de los cinco centros dram¨¢ticos nacionales existentes en 1962, se ha pasado a 32.

Protecci¨®n social

Ese ¨¦xito cuantitativo ha ido acompa?ado de una explosi¨®n del n¨²mero de artistas beneficiarios del r¨¦gimen de intermitencia, inicialmente concebido para proteger a los profesionales del cine y el teatro entre rodaje y rodaje o montaje y montaje. La intermitencia permite que baste con haber trabajado 507 horas en 12 meses para tener derecho a una protecci¨®n social completa. Si en 1997 el n¨²mero de estos trabajadores temporales era ya de 75.000 y aportaba a la Seguridad Social seis veces menos de lo que recib¨ªa, en 2003 son casi 200.000 y representan apenas un 3% de los trabajadores causando m¨¢s del 30% del d¨¦ficit. La f¨®rmula -a la que se acogen telefonistas, taxistas, maquilladoras y empresas que delegan en el Estado la responsabilidad y el coste de pagar casi siete meses de salario de sus trabajadores- es insostenible pero el sistema de la "excepci¨®n cultural" se sostiene en ella.

El ministro Donnadieu de Vabres pudo ayer extenderse sobre "el futuro de la descentralizaci¨®n" y sobre el nuevo protagonismo de municipios y regiones pero los intermitentes le recordaron que, si para llevar "la cultura de elite a todos" bastaba con unos pocos miles de "misioneros", para alimentar la "creatividad de todos" hay que subvencionar a centenares de miles.