"En una casa llena de polvo no basta limpiar dos granos"
La vida de Luciano Moggi, ex director deportivo del Juventus, ha dado un giro radical. Ya no manda en el calcio. Ahora es, simplemente, un hombre de 68 a?os que ha tocado fondo: el viernes fue condenado a cinco a?os de inhabilitaci¨®n para ejercer cualquier cargo deportivo y al pago de 50.000 euros por organizar un sistema que presuntamente aseguraba buenos resultados a la Juve. Falta la sentencia de la justicia ordinaria. Ya ha llegado la deportiva: el Juventus descender¨¢ a la Serie B (la Segunda espa?ola), acompa?ado por Lazio y Fiorentina. El Milan empezar¨¢ la Liga con 15 puntos menos y fuera de la Champions. Pero a Moggi eso le da igual. No reconoce culpa alguna. Y est¨¢ preparado para contraatacar: "He decidido dar por terminado el tiempo de las emociones. Estoy abriendo un nuevo ciclo: el del cabreo. Estoy cabread¨ªsimo y he encontrado un nuevo trabajo". ?Cu¨¢l?, le preguntaron los reporteros de La Republicca, peri¨®dico en el que Moggi ha decidido hacer p¨²blica su versi¨®n. "Volver al mundo del f¨²tbol como un rompecojones. Tengo la intenci¨®n de no dejar vivir a los falsos moralizadores de este mundo que se considera limpio por haberse liberado de Giraudo
"Galliani [administrador del Mil¨¢n] me miraba por la cerradura y yo a ¨¦l por una ventana entornada"
[administrador de la Juve] y de Moggi. Voy a dar nombres y apellidos. Barren dos simples granos de arena de una casa llena de polvo y eso les basta para considerarla limpia. Pero la casa estaba en ese estado cuando llegu¨¦ y la dejo en id¨¦nticas condiciones".
Moggi, el hombre que dirigi¨® la pol¨ªtica de contrataciones del N¨¢poles, el Lazio, el Roma y el Torino, cree que se ha cometido una injusticia con ¨¦l. Que no es el ¨²nico implicado. Que le maltratan porque dirig¨ªa la Juve. Y que el Inter est¨¢ detr¨¢s de todo. "La sentencia s¨®lo sirve para golpearme a m¨ª y a la Juve a trav¨¦s de Giraudo. Ha seleccionado, a conveniencia, 40 llamadas telef¨®nicas de un total de 100.000. ?Qu¨¦ hay del pasaporte falso de Recoba por el que el Inter lleg¨® a un acuerdo? ?Qu¨¦ diferencia hay entre que Moggi vaya a cenar a casa de Bergamo
[designador arbitral] con el t¨ªtulo de Liga ya en el bolsillo y que Facchetti [presidente del Inter] se siente a la mesa con ¨¦l mientras el Inter lucha por un puesto en la Champions?". La reacci¨®n del Inter al conocer las acusaciones no se hizo esperar: "Se nota que est¨¢ desesperado. Le vamos a denunciar", anunci¨® ayer Massimo Moratti, m¨¢ximo accionista del club milan¨¦s.
Si Moggi est¨¢ desesperado, lo oculta atacando. "Si lo que se quiere es hacer creer a la opini¨®n p¨²blica que el mundo del f¨²tbol estaba sucio y que la culpa de ello la tiene Moggi, es falso. En estos meses se ha hecho creer a los aficionados que el campeonato es una farsa. Que cualquiera puede manipular el t¨ªtulo saliendo a cenar con Bergamo y Pairetto [designador arbitral]. No es cierto. El espect¨¢culo ha sido aut¨¦ntico. Quien gan¨® merec¨ªa hacerlo. Yo gan¨¦ porque era mejor que los otros y porque el Juventus era el m¨¢s fuerte".
Moggi no pide perd¨®n, pero exige para otros lo que no hace ¨¦l mismo: "Noto que a muchas otras personas responsables, como yo, del modo en el que ha funcionado el f¨²tbol durante todos estos a?os ni siquiera se les pasa por la cabeza pedir perd¨®n", le dijo a La Republicca, refiri¨¦ndose a Franco Carraro, ex presidente de la Federaci¨®n; Adriano Galliani, presidente de la Liga y vicepresidente del Milan; y a Confalonieri, presidente de la empresa Mediaset, due?a de los derechos televisivos del f¨²tbol italiano.
Moggi, por su parte, s¨®lo admite un error: "Me he dejado enga?ar por mi vanidad. El mito que rodeaba cada una de mis acciones sirvi¨® para crear el mostruo que se deb¨ªa destruir para que las cosas volvieran a ser como eran".
Seg¨²n la peculiar visi¨®n de Moggi, la trama que favorec¨ªa a su equipo estaba justificada como mecanismo de compensaci¨®n de los derechos televisivos, que entend¨ªa como un "instrumento de persuasi¨®n" al estar en manos de una empresa de Silvio Berlusconi, due?o del Milan. "No deben mirar a la Juve, sino a los peque?os equipos que salen adelante como pueden y que necesitan el dinero que les procura la televisi¨®n. Y ese dinero no lo distribu¨ªa yo, sino mi competidor", argument¨® antes de recordar sus buenas relaciones con Berlusconi: "Me llam¨® y me propuso una candidatura en Forza Italia, pero bueno, eso es una tonter¨ªa. Me pidi¨® que fuese al Milan. S¨¦ que despu¨¦s de aquella conversaci¨®n Berlusconi habl¨® con Galliani y a continuaci¨®n se abrieron las puertas del vendaval".
El vendaval consisti¨® en revelar la trama por ¨¦l organizada y heredada, seg¨²n confesi¨®n propia, de Italo Allodi, el fact¨®tum del f¨²tbol italiano al que sustituy¨® Moggi: "Entonces hab¨ªa un sistema de las reglas t¨¢citas. Si el equipo A no tiene ninguna posibilidad en el campeonato y se encuentra con el equipo B que lucha para salvarse, entonces el primero le ceder¨¢ el partido. Lo jugar¨¢ metiendo algun que otro juvenil en el campo y sin una formaci¨®n no competitiva. Los acuerdos no eran necesarios". ?Y en la era Moggi?, le preguntaron. "Cada uno tej¨ªa su propio hilo, procurando que nadie lo cortase con las tijeras. Miren mi relaci¨®n con Galliani. Ahora dicen que ¨¦ramos u?a y carne. En realidad ¨¦l me miraba por el agujero de la cerradura y yo por la ventana entornada. El hecho es que yo ten¨ªa que limitarme a proteger un gran grupo y una gran sociedad de las guarradas".
? La Repubblica / EL PA?S
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