Rescate en cuesti¨®n

Un peque?o pesquero almeriense ha pasado ya el cuarto d¨ªa fondeado a 16 millas del puerto de La Valeta con 51 inmigrantes subsaharianos a bordo, a los que las autoridades maltesas niegan permiso para desembarcar. Rescatados cuando se hallaban a la deriva a unas cien millas al sur de la isla, est¨¢n hacinados en este peque?o barco espa?ol de 10 tripulantes, en una situaci¨®n desesperante seg¨²n los armadores y en un limbo jur¨ªdico que amenaza con convertirse en una verg¨¹enza para los Estados implicados y la Uni¨®n Europea a la que pertenecen. Los inmigrantes ilegales fueron rescatados en aguas libias, por lo que Malta, que sufre un grav¨ªsimo problema de inmigraci¨®n ilegal, exige que sean llevados a ese pa¨ªs. Los convenios de organizaci¨®n mar¨ªtima, con enmiendas que entraron en vigor este 1 de julio, establecen que los buques que realicen un rescate pueden llevar a los n¨¢ufragos al puerto que m¨¢s les convenga.

Esta regulaci¨®n est¨¢ elaborada de tal forma precisamente para evitar que potenciales buques rescatadores, temiendo inconveniencias, ignoren a n¨¢ufragos avistados en alta mar, lo que, al parecer y por desgracia, no es ni mucho menos infrecuente. Parece, sin embargo, que el litigio es f¨¢cil. Por ello, lo ¨²nico claro aqu¨ª es que el barco espa?ol ha cumplido con su deber humanitario, que las v¨ªctimas est¨¢n en una situaci¨®n insostenible y que Madrid, La Valeta y Tr¨ªpoli, aunque ninguno quiera acoger a los inmigrantes, han de encontrar de inmediato una soluci¨®n.

Es cierto que para un pa¨ªs diminuto como Malta, la llegada de 50 inmigrantes equivale a la llegada de miles a un Estado europeo grande. Y es una verg¨¹enza que una UE de 450 millones pase cuatro d¨ªas sin poder resolver el caso sin vapulear m¨¢s la dignidad de los n¨¢ufragos.