La espiral libanesa
Los llamamientos internacionales para la detenci¨®n de las hostilidades en L¨ªbano caen, como de ordinario, en saco roto. El subjefe del Estado Mayor israel¨ª afirmaba ayer con infrecuente franqueza que la operaci¨®n militar -consistente en la destrucci¨®n de objetivos econ¨®micos civiles- exigir¨¢ todav¨ªa unas semanas m¨¢s, y que a¨²n no ha cogido suficiente fuerza la presi¨®n internacional como para que le convenga a Israel poner fin a sus represalias por el secuestro de dos soldados por parte de Hezbol¨¢, la guerrilla chi¨ª de L¨ªbano. El primer ministro, Ehud Olmert, a¨²n asusta m¨¢s cuando dice que la ofensiva seguir¨¢ hasta obtener la liberaci¨®n de los dos militares; se desarme a Hezbol¨¢, como exige la resoluci¨®n 1.559 con arreglo a la cual Israel se retir¨® del pa¨ªs en 2000, y las tropas libanesas patrullen la frontera con Israel.
Todo ello es, sin duda, muy deseable. Tanto como que Israel se retire de los territorios ocupados, en cumplimiento de la resoluci¨®n 242, en vigor nada menos que desde 1967. Y, entretanto, ya hay 250 libaneses muertos, casi todos civiles, as¨ª como 25 israel¨ªes, la mitad militares, y el resto, ca¨ªdos bajo los cohetes que lanza Hezbol¨¢ sobre territorio enemigo, todo ello en medio de la destrucci¨®n de docenas de puentes y carreteras, f¨¢bricas, dep¨®sitos de combustible y bloques de casas habitadas sin mayor significado pol¨ªtico conocido.
As¨ª, es casi imposible que prospere el llamamiento del premier brit¨¢nico, Tony Blair, para el establecimiento de un alto el fuego vigilado por una fuerza internacional de interposici¨®n. Ya la han rechazado Israel y Hezbol¨¢, y Washington la ha acogido con extrema frialdad. Y en ese mismo frente diplom¨¢tico, el representante de la UE, Javier Solana, se entrevistar¨¢ hoy con dirigentes israel¨ªes, anticip¨¢ndose a su hom¨®loga estadounidense, Condoleezza Rice, a la que tambi¨¦n se espera en la zona. Pero la secretaria de Estado llegar¨¢ cuando una flotilla de cinco barcos de guerra de su pa¨ªs ya est¨¦ anclada en aguas libanesas, ostensiblemente para colaborar en la evacuaci¨®n de ciudadanos estadounidenses. Pero, sobre todo, lo har¨¢ cuando sepa que Jerusal¨¦n le vaya a conceder -y no a la UE- el m¨¦rito de haber conseguido el alto el fuego.
Ham¨¢s, primero, con el apresamiento de un soldado israel¨ª el 25 de junio, y Hezbol¨¢, despu¨¦s, con el de dos m¨¢s, han fabricado, qui¨¦n sabe si sirviendo intereses de Siria e Ir¨¢n, la ocasi¨®n para que Israel interprete una vez m¨¢s el papel de ¨¢ngel exterminador. Y ante todo ello s¨®lo cabe pedir, por in¨²til que sea, tanto la libertad de los militares israel¨ªes como la de las decenas de l¨ªderes de Ham¨¢s apresados por Israel, y el fin del apocalipsis a¨¦reo sobre el llamado pa¨ªs de los cedros. Pero, a L¨ªbano, ?qui¨¦n le va a pagar todo este destrozo?
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