El m¨¢s elegante
Alg¨²n t¨ªtulo que sugiriera belleza tendr¨ªa que caer alg¨²n d¨ªa a esta, hasta hace pocas fechas, sufrida y explotada cuenca de la r¨ªa de Bilbao. Ten¨ªa que caer en ese coloso de hierro que sirve para pasar gente de una orilla a otra, ahora que casi s¨®lo es el dinero la ¨²nica diferencia de clase entre ambas orillas, miserable diferencia; a este artilugio que, al igual que antes las grandes gr¨²as trasladaban coladas o grandes planchas de hierro en fundiciones y astilleros, se le dedic¨® a pasar personas. Que una obra semejante sirviera para salvar la R¨ªa era la cosa m¨¢s natural, para los de Bilbao al menos.
Por fin un t¨ªtulo honor¨ªfico, Patrimonio de la Humanidad. Tampoco nos enorgullecemos m¨¢s, ya ¨¦ramos orgullosos antes. Hasta ahora hab¨ªa aguantado, resistente, con el nombre de Puente de Portugalete, letra de bilbainada, soez para nuestros fundamentalistas, pero dif¨ªcil de borrar de nuestras mentes cuando nos ponemos a tararear. Quiz¨¢s la otra parte, celosa del nuevo t¨ªtulo, ose borrarlo y cambiarlo por otro locativo, lo que no pudo el pretencioso nombre de Puente de Vizcaya.
En la casa del pobre debemos tener cuidado ahora que el puente es famoso, no sea que nos lo quiten. Nadie se acordaba de construir atracaderos para los buques de pasajeros hasta que empezaron a llegar a Santurce, ahora ya los tienen tambi¨¦n en Getxo. ?Querr¨¢n quitarle a Portugalete el nombre del puente? Espero que no le quiten su nombre de Margen Izquierda, de gente sencilla, porque los ricos, los potentados, no lo usaban: s¨®lo iban a Bilbao desde Las Arenas. Los pobres eran sus usuarios. Caseras con sus burritos cargados de cantinas de leche y sacos de hortalizas, los de Romo que pasaban al otro lado a trabajar, las sardineras que iban hacia las villas de Neguri, las chicas de la limpieza. Los ricos, por el contrario, cog¨ªan su coche e iban a Bilbao, a la Bolsa o a cualquier entidad financiera.
Era un puente que, m¨¢s que acercar, denunciaba la existencia de dos mundos diferentes. Porque era all¨ª donde se encontraban en su enorme diferencia, que no es encontrarse, era denunciarlo. Se pasaba una frontera social, como cuando entr¨¢bamos por Hendaya a Francia y ve¨ªamos sus casitas hermosamente pintadas; aqu¨ª, tambi¨¦n trazas y ropas de unos y otros marcaban grandes diferencias. Dej¨¢bamos fachadas oscuras a un lado para pasar al pa¨ªs de las casas de los navieros y rentistas, y m¨¢s all¨¢ el de las grandes villas, que aunque Portugalete tambi¨¦n tuvo su burgues¨ªa fue poco a poco pas¨¢ndose de lado.
Hoy las cosas se han suavizado entre reconversiones socialmente atendidas de las grandes empresas de la r¨ªa, la universalizaci¨®n de la educaci¨®n y la desaparici¨®n del proletario, cuyo ¨²ltimo especimen disecado reposa en el museo etnogr¨¢fico de Bilbao. Todo se ha suavizado. Ya no existe el choque social que exig¨ªa un ajuste de cuentas revanchista; entre otras razones, porque para realizarlo uno tiene que irse hoy hasta Marbella o Miami. Ya no es lo que era y la magia encerrada en la frase de un te¨®rico de ETA -"?C¨®mo es posible que andemos sobre el agua si no tocamos el agua"? (perdonen, es lo m¨¢s te¨®rico que ha dado ETA)- sirvi¨® para reconocerse a mucha gente de mi generaci¨®n. Por fin le ha llegado a este trozo de nuestro paisaje humano un merecido reconocimiento.
Esperemos que el que le hayan llegado los honores no signifique, como entre las personas, que lo piensan jubilar, que vaya a sustituirlo en poco tiempo una plataforma en fibra de vidrio u otra tonter¨ªa de la modernidad. Y es posible que eso ocurra, porque si no le quitan su topon¨ªmico, de Portugalete, acabar¨¢n sustituy¨¦ndolo por una soluci¨®n comunicacional hija de alg¨²n pacto de movilidad, que es como ahora te imponen qu¨¦ medios puedes usar. Eso ser¨¢ cuando el fundador de Bilbao sea sustituido por Sabino Arana, el Nervi¨®n, por Arnaldoibaia, y as¨ª sucesivamente. Aunque, de repente, ahora, por un poco de respeto al coloso hasta volvamos a recordar en estos d¨ªas cu¨¢ndo y por qu¨¦ se hizo, que Neguri es un invento para los ricos, un neologismo, y que lo ¨²nico cierto es el trabajo y sudor que se verti¨® en la Margen Izquierda para que pudieran hacerse millonarios unos pocos de los de la derecha. Y al puente que las uni¨® le han hecho Patrimonio de la Humanidad. Demasiado ecum¨¦nico para los tiempos cainitas que corren.
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