No llamarse a enga?o
El 18 de junio, mediante la aprobaci¨®n en refer¨¦ndum de la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa para Catalu?a, se decidi¨® el contenido y alcance del ejercicio del derecho a la autonom¨ªa en esta nueva fase de construcci¨®n o de perfeccionamiento del Estado Auton¨®mico. Los ciudadanos catalanes decidieron formalmente el ejercicio del derecho a la autonom¨ªa en Catalu?a, pero materialmente adoptaron una decisi¨®n de alcance general, en la medida en que, a trav¨¦s de la negociaci¨®n de la reforma estatutaria entre el Parlamento catal¨¢n y las Cortes Generales, lo que se fijaron fueron los l¨ªmites constitucionales no susceptibles de ser rebasados no solamente por Catalu?a sino por cualquier otra comunidad aut¨®noma. El 18-J es en esta nueva fase de construcci¨®n del Estado Auton¨®mico lo que fue el 28-F en la primera mitad de los ochenta. El 28 F se fij¨® con alcance general la interpretaci¨®n de la decisi¨®n constitucionalmente conformadora de la estructura del Estado contenida en el art¨ªculo 2 de la Constituci¨®n y del desarrollo de la misma a trav¨¦s del T¨ªtulo VIII. Formalmente fue una decisi¨®n andaluza, pero materialmente fue una decisi¨®n estatal. Lo mismo ha ocurrido con el 18-J. Formalmente es una decisi¨®n catalana, pero materialmente es estatal.
El l¨ªmite para el ejercicio del derecho a la autonom¨ªa a trav¨¦s de las reformas estatutarias, de todas, est¨¢ ya fijado. Hasta ah¨ª se puede llegar, pero de ah¨ª no se puede pasar. En esto consisti¨® el pacto entre el Parlamento de Catalu?a y las Cortes Generales. El contenido de ese pacto es lo que los ciudadanos de Catalu?a han avalado con su voto en refer¨¦ndum. Y esto es lo que va a valer para todas las comunidades aut¨®nomas, la Vasca incluida. Por eso la negociaci¨®n de la reforma catalana ha sido tan dura. Se estaba fijando el l¨ªmite en la interpretaci¨®n de la Constituci¨®n con alcance general, incluido el Pa¨ªs Vasco. El derecho a decidir de los ciudadanos vascos tendr¨¢ que hacerse en el marco en el que se ha ejercido el derecho a decidir de los ciudadanos catalanes. La reforma estatutaria catalana tiene valor de precedente.
Desgraciadamente la direcci¨®n nacional del PP no ha entendido nada de lo que estaba pasando y se ha autoexcluido de la definici¨®n del nuevo bloque de constitucionalidad con el cual se va a tener que hacer pol¨ªtica a partir de este momento. En Catalu?a y en el resto del Estado. El PP sigue pensando en una constituci¨®n territorial de Espa?a que ya no existe. Ha existido en la inicial puesta en marcha del Estado Auton¨®mico, pero ha dejado de existir con las reformas estatutarias. Mientras no entienda esto, permanecer¨¢ en una posici¨®n de fuera de juego, es decir, de absoluta esterilidad.
Con la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa para Andaluc¨ªa tiene la ocasi¨®n de empezar a girar e incorporarse al proceso de nueva definici¨®n del bloque de la constitucionalidad. Quedarse fuera de la negociaci¨®n de la reforma del Estatuto catal¨¢n ha sido un error, pero quedarse fuera de la negociaci¨®n de la reforma del Estatuto de Andaluc¨ªa ser¨ªa un error todav¨ªa mayor. Catalu?a puede ser entendida como excepci¨®n y es, adem¨¢s, una comunidad cuya contribuci¨®n no es decisiva para que el PP pueda llegar a ganar unas elecciones generales. Andaluc¨ªa no puede ser considerada en ning¨²n caso una excepci¨®n dentro de Espa?a y su contribuci¨®n es absolutamente indispensable para que el PP pueda convertirse en Gobierno de la naci¨®n. Andaluc¨ªa convierte en norma la excepci¨®n catalana. Nadie que pretenda gobernar Espa?a puede quedarse fuera del espacio andaluz para hacer pol¨ªtica.
Esperemos que las vacaciones estivales le sirvan a la direcci¨®n del PP para reflexionar sobre lo que ha sido su trayectoria en lo que a la nueva definici¨®n de la estructura del Estado se refiere y que corrija el rumbo. No debe llamarse a enga?o. La reforma estatutaria andaluza va a seguir su curso y va a ser aprobada en las Cortes Generales y en refer¨¦ndum. Eso ya est¨¢ fuera de toda discusi¨®n. Lo ¨²nico que puede decidir el PP es si quiere estar dentro o si prefiere quedarse fuera.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.