Granada se asoma a los 100 a?os de Ayala
Cuando estaba a punto de cumplir el siglo, Francisco Ayala se reuni¨®, cerca de la casa donde naci¨®, con algunos de los responsables de la que iba a ser la exposici¨®n que recogiera sus im¨¢genes, sus recuerdos y el mundo que le ha rodeado a lo largo de 100 a?os. Anoche, esa exposici¨®n se hizo realidad, en el Hospital Real de la ciudad granadina. Estar¨¢ abierta hasta el 3 de septiembre, y es un impresionante despliegue sociol¨®gico, cultural, pol¨ªtico, que tiene como hilo conductor la mirada del autor de El jard¨ªn de las delicias.
Los art¨ªfices de la muestra son, entre otros, el comisario del centenario, Luis Garc¨ªa Montero; los arquitectos Mart¨ªnez y Soler, responsables del dise?o y del montaje, y el pintor Juan Vida, que es el autor del retrato con el que el Ministerio de Cultura honr¨® a Ayala como ganador del Premio Cervantes. Este retrato, que ahora pertenece a la variad¨ªsima colecci¨®n pict¨®rica recogida para esta exposici¨®n, forma parte de la colecci¨®n de la Biblioteca Nacional.
Nada m¨¢s entrar en la muestra, la letra de Ayala avala esta reflexi¨®n: "Al pie de la Torre de la Vela sol¨ªa escuchar yo el variado concierto de los rumores urbanos ascendiendo hasta la cumbre de la colina...". En ese siglo que ¨¦l avizoraba se consolidaba el cine como una de las bellas artes, se pon¨ªa en marcha su pasi¨®n literaria y Espa?a se aprestaba a vivir cambios considerables que terminaron de manera traum¨¢tica. La historia de todos esos movimientos intelectuales y pol¨ªticos, y personales, desembocaron, en efecto, en un exilio que ¨¦l asumi¨®, como se ha dicho en el congreso internacional sobre su obra habido estos d¨ªas en Granada, "con naturalidad", con la conciencia de que en el exilio la Espa?a de fuera y la Espa?a de dentro tendr¨ªan que buscar la conciliaci¨®n que luego aparent¨® surgir durante la ¨²ltima transici¨®n pol¨ªtica.
Es tambi¨¦n esta exposici¨®n inaugurada ayer una reflexi¨®n del propio Ayala sobre las distintas etapas de su vida. Una frase, llena de interrogantes, revela su car¨¢cter esc¨¦ptico y tantas veces estoico sobre la diversidad de pasiones que han signado su trabajo intelectual, como profesor, como hombre de letras, como soci¨®logo... "?Qu¨¦ ser¨¦? ?Un novelista? ?Un ensayista? ?Un catedr¨¢tico? Y si catedr¨¢tico, ?de qu¨¦? ?De ciencia?...".
Llamar¨¢ la atenci¨®n de los que desde anoche pueden ver la muestra la dedicaci¨®n que se hace en ella del cine y de las artes visuales, incluida la pintura. Forman parte de la pasi¨®n de Ayala, y desde que la idea de la exposici¨®n se puso en marcha ¨¦l tuvo mucho inter¨¦s en que esa presencia fuera justa y suficiente, y rindiera homenaje a un afecto que le retrotrae no s¨®lo a su frecuente incursi¨®n en la cr¨ªtica cinematogr¨¢fica, sino, incluso, a los a?os m¨¢s tempranos de su infancia, cuando su madre le llevaba a ver pel¨ªculas en la Gran V¨ªa granadina.
Ayala asiste estos d¨ªas en Granada al congreso y a la exposici¨®n, como un protagonista, y tambi¨¦n, como ha dejado claro en sus libros, como un espectador apasionado del siglo XX. Su siglo.
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