Arr¨¦glatelas...
Dos episodios de rescate de inmigrantes a bordo de embarcaciones a la deriva, uno en aguas mediterr¨¢neas pr¨®ximas a Malta, otro en aguas atl¨¢nticas cercanas al S¨¢hara Occidental, no s¨®lo han puesto una vez m¨¢s en evidencia la ausencia de una pol¨ªtica com¨²n europea de inmigraci¨®n, sino la dificultad de articular una respuesta concertada, r¨¢pida y efectiva, a incidencias concretas de emergencia humanitaria.
En el primer caso, quienes han estado a la altura de las circunstancias, dando ejemplo de solidaridad humana, han sido los tripulantes del pesquero Francisco y Catalina, que no dudaron en sustituir durante siete largos d¨ªas su habitual actividad pesquera por el cuidado de los 51 inmigrantes rescatados. Por el contrario, la Uni¨®n Europea ha dado un p¨¦simo ejemplo, remoloneando primero y dando cobertura despu¨¦s a una bochornosa subasta de inmigrantes entre pa¨ªses que no los quer¨ªan. S¨®lo la decisi¨®n de Espa?a de acoger inicialmente a todos para repartirlos despu¨¦s -12 ya est¨¢n en Italia- permiti¨® resolver una situaci¨®n que adquiri¨® por momentos tintes rocambolescos.
El rescate de 90 inmigrantes subsaharianos por el barco hospital Esperanza del Mar en aguas del S¨¢hara Occidental constituye, desgraciadamente, un episodio m¨¢s en el flujo constante de cayucos que ponen rumbo a Canarias desde Senegal y Mauritania. El problema fue planteado hace dos meses a Bruselas por la vicepresidenta Fern¨¢ndez de la Vega, y s¨®lo ahora puede comenzar a paliarse con el inicio del patrullaje mar¨ªtimo y a¨¦reo prometido entonces. En todo caso, parece que ese dispositivo no estar¨¢ a punto hasta bien entrado agosto, seg¨²n se anunci¨® ayer en la reuni¨®n de ministros del Interior de la UE, de la que estuvo ausente el titular espa?ol. La operaci¨®n no s¨®lo afronta problemas de financiaci¨®n -al parecer, s¨®lo hay dinero para dos meses- sino t¨¦cnicos y burocr¨¢ticos y, sobre todo, de cooperaci¨®n y coordinaci¨®n con los pa¨ªses ribere?os africanos m¨¢s afectados. Nuevamente, los responsables europeos han puesto de manifiesto la necesidad de disponer de una pol¨ªtica com¨²n sobre inmigraci¨®n al tiempo que denuncian la falta de voluntad pol¨ªtica para llevarla cabo. Al menos desde las cumbres de Tampere (Finlandia, 1999) y Sevilla (Espa?a, 2001), la UE se ha esforzado por articular esa pol¨ªtica, pero el resultado es escaso o ineficaz, como el famoso patrullaje conjunto en el Mediterr¨¢neo occidental, en 2003. Lo que suele quedar tras la parafernalia de las cumbres y la ret¨®rica de las declaraciones es la pol¨ªtica de arr¨¦glatelas como puedas.
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