Orgullo y vitalidad de las Siete Calles
El Casco Viejo de Bilbao se ha convertido en un lugar atractivo para los j¨®venes, que adquieren viviendas y montan negocios
Si algo caracteriza al Casco Viejo de la capital vizca¨ªna es el orgullo de pertenencia. Nadie ignora lo que para los bilba¨ªnos supone ser de Bilbao, una satisfacci¨®n que ha dado lugar a chistes, chascarrillos y canciones alusivas. Pues a¨²n m¨¢s vanidad produce ser, adem¨¢s, de las Siete Calles. "A diferencia de otros cascos antiguos, ¨¦ste no es un lugar de paso. El que viene aqu¨ª, lo hace con la intenci¨®n de quedarse", afirma el gerente de la asociaci¨®n de comerciantes, Jon Aldaiturriaga. Y es que habitantes y comerciantes llevan con orgullo habitar el lugar desde donde, hace 706 a?os, naci¨® una nueva y floreciente ciudad.
Pero la fecha que marca un antes y un despu¨¦s en el Casco Viejo de Bilbao son las inundaciones que en 1983 anegaron ambas orillas de la R¨ªa del Nervi¨®n. "El cambio fundamental que surge de ah¨ª es el urban¨ªstico, pero tambi¨¦n del entorno", comenta Marta Ibarbia, directora de Surbisa, la sociedad municipal nacida en 1985 con el objeto de rehabilitar el Casco Viejo y que, despu¨¦s, ha ampliado su ¨¢mbito de actuaci¨®n a Bilbao La Vieja y a toda la ciudad.
Ibarbia resalta que la peatonalizaci¨®n del Casco Viejo, que se hizo efectiva tras las inundaciones y que cambi¨® definitivamente su fisonom¨ªa, "fue consensuada por el Ayuntamiento con los vecinos y los comerciantes, con lo que no hubo tensiones". El desbordamiento del Nervi¨®n coincidi¨®, apunta Ibarbia, con el momento en que urban¨ªsticamente se comenzaba a hablar de la rehabilitaci¨®n, en los primeros ochenta. "Todo confluy¨® para renovar el lugar. No s¨®lo se ensanchan los tr¨¢nsitos peatonales, sino que se renueva la iluminaci¨®n de las calles y las infraestructuras y canalizaciones", comenta. No ha sido una transformaci¨®n r¨¢pida. Y quedan cosas por hacer. Este mismo a?o, sin ir m¨¢s lejos, se ha llevado a cabo la eliminaci¨®n del cableado el¨¦ctrico de las fachadas. Sin embargo, "a nivel urban¨ªstico, el Casco Viejo estar¨ªa rehabilitado", asegura la directora de Surbisa.
Para sus habitantes, a¨²n quedan asignaturas pendientes. Una de ellas es el problema del aparcamiento, que en breve parece que quedar¨¢ solucionado con el parquin que se construye bajo el Arenal. Tambi¨¦n hay un d¨¦ficit de zonas verdes. "Hemos conservado las vaguadas de Prim y Dolaretexe, y la zona de atr¨¢s del convento de la Encarnaci¨®n de Atxuri, que rodean al Casco Viejo, como pulmones de ¨¦ste", dice Ibarbia. Los vecinos reclaman un polideportivo -ya est¨¢ proyectado uno en Atxuri- y m¨¢s zonas infantiles, necesarias por el rejuvenecimiento de su poblaci¨®n.
"La Plaza Nueva es la mayor guarder¨ªa de Bilbao", afirma Aldaiturriaga. Es cierto. Y eso sin tener un solo columpio o tobog¨¢n. La asociaci¨®n de vecinos reclama con fuerza que, una vez terminado el parquin del Arenal, la superficie exterior se urbanice con equipamientos infantiles.
Tanto Ibarbia como Aldaiturriaga destacan el "gran esfuerzo" realizado por los comerciantes. "El sector es el verdadero dinamizador de la zona", defiende el gerente de la asociaci¨®n. Su esfuerzo no ha resultado en vano. Vuelve a ser Aldaiturriaga el que lo define: "El Casco Viejo es el mayor centro comercial al aire libre de Euskadi", dice, y resalta la vocaci¨®n de permanecer de los comerciantes.
La misma que la de los vecinos. Alberto es un joven de 33 a?os, soltero, que trabaja en otro municipio vizca¨ªno. "El resto del tiempo, no salgo del Casco. Somos muchos los amigos que tenemos casa ah¨ª. Hay fines de semana en que no piso otra calle de Bilbao", reconoce.
Otra figura habitual de sus calles es el escritor Juan Bas, a quien no es dif¨ªcil encontrarse en sus tabernas. El autor de Alacranes en su tinta o La cuenta atr¨¢s indica como cambio importante el que "la poblaci¨®n se ha hecho m¨¢s joven y es m¨¢s variopinta". "Es una de las cosas que me gusta del Casco Viejo, la cantidad de p¨¢jaros diversos que lo habitamos", dice.
Pero para el escritor no todo son mieles. Adem¨¢s del botell¨®n en la Plaza Nueva [el Ayuntamiento acaba de prohibir beber en la calle, apartir de septiembre productos ajenos a la hosteler¨ªa], Bas considera "inadmisible la desfachatez con que se orina en la calle". "No comprendo que el Ayuntamiento no d¨¦ ¨®rdenes claras a la Polic¨ªa Municipal para que evite esto con eficacia. Pretender atraer turistas y tolerar esa imagen lamentable es un contrasentido", asegura.
El Casco Viejo de Bilbao ha pasado de ser "un barrio bastante destartalado y gris", como define Bas, a convertirse en un lugar lleno de vida, acogedor y cada vez m¨¢s moderno. Los j¨®venes no s¨®lo lo eligen como lugar para vivir y para relacionarse, sino tambi¨¦n para instalar sus negocios. Pero el Casco no s¨®lo se abre a lo nuevo, sino que conserva y mejora lo antiguo. "Un porcentaje mayoritario de los comercios lleva aqu¨ª desde antes de las inundaciones. Y se han ido modernizando. Ahora estamos preparando un plan de renovaci¨®n comercial, que incluye estilismo", afirma Aldaiturriaga.
Para el futuro, el gerente de los comerciantes asegura que el Casco Viejo de Bilbao a¨²n puede transformarse m¨¢s: "Tenemos encima la reforma integral del Mercado de la Ribera, con lo que eso va a suponer de motor, y la reconversi¨®n de la estaci¨®n de Abando como intermodal y terminal del tren de alta velocidad. "Tenemos que pegarnos porque la estaci¨®n se abra al Casco Viejo. Por los puentes existentes, o con nuevos".
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