La ciudad del pasado encara el futuro

Los cascos viejos de Bilbao, San Sebasti¨¢n y Vitoria han sufrido en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas una profunda transformaci¨®n que afecta no s¨®lo al aspecto de sus calles y a la adecuaci¨®n de sus viviendas, sino tambi¨¦n a la fisonom¨ªa de sus pobladores. Se han peatonalizado para hacerse m¨¢s amables al viandante y para preservar el patrimonio art¨ªstico y urbano del coche invasor. A las viviendas se las ha ido dotando de servicios higi¨¦nicos, ventanas dobles, calefacci¨®n, ascensor y otras comodidades. Para ello ha sido necesaria la entrada de inversi¨®n p¨²blica y la realizaci¨®n de planes de regeneraci¨®n que contemplasen actuaciones integrales. Entre ellas, el rejuvenecimiento del un vecindario que hab¨ªa envejecido demasiado y que hu¨ªa de los cambios. Savia nueva para revitalizar la zona.

"Me gusta la cantidad de p¨¢jaros diversos que lo habitamos", dice el escritor Juan Bas

Pero los cambios no han sido parejos en las tres capitales. Mientras que Bilbao, especialmente, y San Sebasti¨¢n han logrado atraer a nuevos vecinos j¨®venes, Vitoria tiene a¨²n pendiente esa asignatura y su casco antiguo, el m¨¢s rico en cuanto a monumentos y tesoros arquitect¨®nicos, se ha convertido en un reducto abertzale y de la comunidad magreb¨ª. Tampoco los negocios se han asentado por igual. Mientras el Casco Viejo bilba¨ªno ha logrado que el comercio inunde sus calles con una oferta variada y atractiva para todas las edades y gustos, en San Sebasti¨¢n se quejan de que s¨®lo abarca a los negocios de restauraci¨®n y en Vitoria no han logrado que despegue. La capital alavesa reclama la implicaci¨®n de todas las instituciones, como ha sucedido en las capitales vecinas y con ¨¦xito.

A¨²n hay muchas asignaturas pendientes en los tres cascos: aparcamiento, instalaciones deportivas y zonas infantiles son tres reivindicaciones cl¨¢sicas. Y aparecen nuevas, como poner coto al botell¨®n.