?Por qu¨¦ es la hora de los catalanes?
El d¨ªa 18 de junio de 2006 marca un antes y un despu¨¦s de nuestra historia reciente. M¨¢s all¨¢ de los avances que contiene el Estatuto de Autonom¨ªa, aprobado en ese d¨ªa hist¨®rico, una cuesti¨®n es capital: las dos grandes corrientes pol¨ªticas catalanas, la socialista y la nacionalista, han fijado las normas en que se mover¨¢n durante muchos a?os. Nuestras relaciones con el resto de Espa?a, los recursos econ¨®micos que debe transferir el Estado a esa parte del Estado que es Catalu?a, la configuraci¨®n de las instituciones que nos son propias y tantas otras cosas m¨¢s, que hab¨ªan sido motivo de enfrentamiento partidista durante mucho tiempo, han quedado resueltas por el acuerdo de los partidos de Catalu?a, que representan el 70% de los votos en las ¨²ltimas elecciones al Parlament, y por la voluntad mayoritaria de los catalanes expresada en refer¨¦ndum. Partidos y ciudadan¨ªa han dado a Catalu?a el que ya es el Estatuto del siglo XXI. Ahora ya s¨®lo nos queda ponernos a trabajar.
Como he dicho en varias ocasiones durante estos ¨²ltimos a?os se ha hablado mucho de Catalu?a y poco de los catalanes. Conviene ahora invertir el orden. Debemos dedicar nuestros esfuerzos a imaginar el futuro m¨¢s que a recordar el pasado, pero imaginando un futuro que seamos capaces de convertir en realidad. La pol¨ªtica de verdad es la que sabe predicar y tambi¨¦n dar trigo.
Si nos interrogamos sobre qu¨¦ le diferencia de sus padres a cualquier joven europeo, sea catal¨¢n o del resto de Espa?a o Europa, seguramente todos llegaremos a la misma conclusi¨®n. Durante el siglo XX cualquier joven sab¨ªa que si se esforzaba lo justo tendr¨ªa un trabajo fijo con un salario parecido al de su padre y, que si se esforzaba en estudiar y aprend¨ªa un oficio con toda seguridad, gozar¨ªa de una posici¨®n mejor que la de aqu¨¦l. Hoy tal evidencia se ha desvanecido. Es m¨¢s, ning¨²n padre ni ning¨²n hijo pueden predecir cu¨¢l ser¨¢ el futuro de ¨¦ste. Hemos asistido a una mutaci¨®n. La era industrial ha concluido dando paso a un mundo distinto que, por nuevo, a¨²n nos resulta desconocido y, por ello, inseguro.
Pero para afrontar el futuro no hay que ceder ante el temor, sino avanzar con seguridad. Recuerdo cuando fui elegido presidente del Consejo Comarcal del Baix Llobregat, una comarca que en aquellos a?os ten¨ªa unas tasas de paro que alcanzaban el 30%. Nos pusimos a trabajar codo con codo sindicatos, patronales e instituciones hasta conseguir darle la vuelta a la tortilla y situar al Baix Llobregat entre las comarcas con mayor crecimiento econ¨®mico de Europa. La Catalu?a de hoy lo tiene m¨¢s f¨¢cil que lo tuvimos entonces.
Partimos desde una buena l¨ªnea de salida que no es otra que los logros sociales conseguidos en el pasado siglo, lo que hemos dado en llamar Estado de bienestar. A comienzos del siglo XX los mineros ingleses empezaban a trabajar entre los cuatro y los seis a?os y su media de vida era de 30. Es, tambi¨¦n, el siglo de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos, que no es poco.
Pero nada vino dado. Primero fueron personas como los Salvador Segu¨ª, Joan Peir¨®, Josep Comaposada, personas de aqu¨ª y de all¨ª quienes iniciaron el camino y a los que no pensamos defraudar. Y, tras la Segunda Guerra Mundial, fue un gran pacto entre el pensamiento socialista y el socialcristiano el que articul¨® una nueva pol¨ªtica social: el Estado de bienestar.
Hoy lo sustancial es que nuestras necesidades han cambiado y debemos ajustar el Estado de bienestar a la nueva realidad. Hasta hace bien poco las pol¨ªticas sociales se dirig¨ªan a una estructura familiar que ahora es otra. En los a?os sesenta, por no ir m¨¢s lejos, la educaci¨®n obligatoria sol¨ªa acabar en los estudios primarios y a los 14 a?os el joven iniciaba su vida laboral como aprendiz. La mujer atend¨ªa las labores de la casa y punto. Los ancianos se jubilaban a los 65 a?os y mor¨ªan poco despu¨¦s en casa de sus hijos. Y era el padre quien gobernaba a la familia.
Hoy es totalmente distinto. La edad escolar suele alargarse hasta los 20 a?os. Los jubilados viven, como m¨ªnimo, hasta los 75. La mujer trabaja. Aumentan las enfermedades cr¨®nicas entre nuestros mayores. Muchas personas viven solas, porque as¨ª lo han decidido. Los divorcios y separaciones convierten una familia en dos con la consiguiente p¨¦rdida de poder adquisitivo para ambas. Cada miembro de la familia defiende su autonom¨ªa y el gobierno familiar se basa m¨¢s en el consenso. Y podr¨ªamos seguir.
En resumen, las nuevas necesidades podr¨ªamos resumirlas en una mayor calidad de la educaci¨®n; guarder¨ªas para los peque?os; atenci¨®n domiciliaria para nuestros mayores, vivan en familia o solos; m¨¢s asistencia sanitaria; viviendas para la juventud, formaci¨®n profesional permanente. En definitiva, sentar las bases para que cada miembro de la familia pueda desarrollarse aut¨®nomamente. Por eso, el Gobierno que espero presidir har¨¢ de las pol¨ªticas sociales el elemento sustancial de su acci¨®n. Porque ahora es el momento de las personas, es el momento de utilizar el nuevo Estatuto para solucionar los problemas de hoy y sentar las bases para construir las oportunidades del futuro de la gente y, por tanto, del pa¨ªs.
En todo este entramado hay un sujeto que considero principal. Se trata del ni?o, al que debemos considerar patrimonio de cada ciudad y cada pueblo, pues el futuro de todos ser¨¢ el que ¨¦l construya cuando sea adulto, por eso las bases debemos sentarlas desde que nace. Los ni?os deben ser uno de los grandes pilares de nuestra pol¨ªtica social. M¨¢s all¨¢ de su origen, de la condici¨®n de sus padres, del medio en el que hayan nacido, tienen derecho a que el punto de partida desde el que afrontar¨¢n su futuro cuando sean mayores sea igual al de los ni?os que han tenido mejor suerte al nacer. Estoy convencido, adem¨¢s, de que beneficiando a quienes peor fortuna han tenido, nos beneficiamos todos, pues es en la ciudad, en el pueblo, donde nos tocar¨¢ convivir los unos con los otros.
Para convertir en realidad cuanto he expuesto hace falta la colaboraci¨®n de todos. Si merezco la confianza de los catalanes convocar¨¦ a los partidos pol¨ªticos y a los representantes sociales y econ¨®micos para que sea fruto de un gran consenso la pol¨ªtica social que desarrolle mi gobierno. S¨®lo as¨ª, una pol¨ªtica social de altura puede tener la garant¨ªa de que ser¨¢ duradera y eficaz.
Jos¨¦ Montilla es primer secretario del PSC y candidato a la Presidencia de la Generalitat.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.