La capital de los obst¨¢culos
Los madrile?os con movilidad reducida, uno de cada cinco, luchan por llevar una vida aut¨®noma
La vida es una lucha silenciosa contra escaleras, bordillos, zanjas u obras para las 55.000 personas que se mueven por la Comunidad de Madrid en silla de ruedas, seg¨²n la ¨²ltima encuesta del INE, de 1999. No son los ¨²nicos que se enfrentan cada d¨ªa con obst¨¢culos que a veces son insalvables: las asociaciones de discapacitados calculan que uno de cada cinco madrile?os (mayores, mujeres embarazadas, invidentes, enfermos...) tiene problemas de movilidad en una ciudad, Madrid, plagada de barreras arquitect¨®nicas.
Enfrentarse a la escalera de 27 pelda?os de la estaci¨®n de metro de Atocha a bordo de una silla de ruedas de 50 kilos es una de las batallas que ha perdido Cristina Agull¨®, tetrapl¨¦jica de 52 a?os. "No puedo hacer vida normal y ser una persona independiente en esta ciudad", sentencia.
Los autobuses, con el 80% de la flota adaptada, son los m¨¢s accesibles
Menos de la mitad de las estaciones de metro pueden ser utilizadas por quien use silla de ruedas
La promoci¨®n de la accesibilidad es competencia de las comunidades aut¨®nomas, pero Madrid es hoy la ¨²nica que no tiene en vigor un reglamento que desarrolle la Ley de Movilidad. "Sin reglamento, poco se puede hacer. La ley queda descafeinada y siguen sin detallarse las condiciones t¨¦cnicas de accesibilidad, la eliminaci¨®n de barreras y las sanciones a aplicar", explica una jurista del Centro Estatal de Autonom¨ªa Personal y Ayudas T¨¦cnicas (CEAPAT).
Cristina sigue detenida ante los 27 escalones de Atocha. "La Comunidad dice que ha invertido 113 millones de euros en un a?o en adaptar el metro. Pero si yo aqu¨ª y hoy, en el distrito Centro, no puedo coger el metro para ir a mi casa, es que queda mucho por hacer", afirma.
El Gobierno de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad, se ha comprometido a tener adaptadas el 73% de las estaciones de metro en 2007. Hoy, s¨®lo 82 de las 190 estaciones son accesibles, un 43%. "Pero, ?de qu¨¦ sirve que adapten algunas estaciones si despu¨¦s no puedo subir a los vagones?", se plantea Cristina.
Seg¨²n Discapnet, una organizaci¨®n que impulsa la integraci¨®n social y laboral de las personas con discapacidad, el metro tiene muchas deficiencias: una estaci¨®n puede tener ascensor, pero no estar todas las l¨ªneas de metro que pasen por ella adaptadas. Esto sucede en la estaci¨®n de Colombia, donde la l¨ªnea 8 s¨ª est¨¢ adaptada y la l¨ªnea 9, no.
"Lo peor es la falta de informaci¨®n", apunta Cristina. Una noche se qued¨® encerrada con su pareja en la estaci¨®n de Miguel Hern¨¢ndez, de la l¨ªnea 1, la m¨¢s cercana a su casa. "Era la una y veinte de la madrugada, iba con Jaime y en la estaci¨®n de Miguel Hern¨¢ndez no funcionaba el ascensor. Tampoco hab¨ªa ning¨²n vigilante", recuerda.
Angustia, desesperaci¨®n, nervios. Jaime propuso entonces ir hasta la siguiente estaci¨®n accesible, Sierra de Guadalupe. Pero all¨ª tampoco hab¨ªa nadie. "Vayamos hasta la ¨²ltima", sugiri¨® Jaime. En Congosto s¨®lo hab¨ªa un revisor. Llamaron a un eurotaxi -adaptado para personas con discapacidad-, y entre todos lograron subir las escaleras con Cristina y su silla en brazos.
"La sensaci¨®n de derrota es indescriptible", relata. La pareja pregunt¨® a Metro de Madrid por qu¨¦ no instalaban un letrero con el horario de apertura y cierre de los ascensores. "Porque el ascensor cierra cuando deja de funcionar el metro", fue su respuesta.
"Los ascensores se estropean cada dos por tres", asegura Jaime. Cristina propone que se habilite en cada estaci¨®n un plano del metro en el que se indiquen, en tiempo real, los ascensores operativos y los no operativos. "Podr¨ªa quedarme encerrada otra vez, por eso prefiero no coger el metro", dice Cristina, que se mueve por la ciudad en el veh¨ªculo de su pareja.
Javier Font, de la Federaci¨®n de Asociaciones de Minusv¨¢lidos F¨ªsicos y Org¨¢nicos de la Comunidad de Madrid (Famma) admite que en los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) la situaci¨®n ha mejorado. "Que m¨¢s del 80% de los autobuses est¨¦n adaptados demuestra que, si hay voluntad en las administraciones, es posible que los servicios sirvan a todos", coincide Eugenio Ramos, tetrapl¨¦jico y secretario de la Asociaci¨®n Transporte sin Barreras.
La situaci¨®n es muy distinta en los taxis: s¨®lo 80 de los m¨¢s de 15.000 que circulan por la regi¨®n est¨¢n adaptados. "?ste es un terreno en el que todo est¨¢ por hacer", dice Cristina, "no es posible que llame a un eurotaxi y llegue a mi domicilio con un tax¨ªmetro que marca 20 euros".
La Direcci¨®n General de Transporte de la Comunidad dedica 500.000 euros al a?o desde 2003
para adaptar autobuses y taxis. De esta cantidad, cada taxi puede optar a 12.000 euros para comprar o adaptar un veh¨ªculo. "De momento, parece que estas ayudas no han servido", concluye Cristina.
Sentirse un fantasma: las barreras psicol¨®gicas
"?Por qu¨¦ tengo que entrar en el hotel Palace por la puerta de carga y descarga de mercanc¨ªas, si otros pueden hacerlo por la principal?", se pregunta indignado Javier Font, de la organizaci¨®n Famma. Las asociaciones de discapacitados f¨ªsicos opinan que si las barreras arquitect¨®nicas son un hecho visible, las psicol¨®gicas tambi¨¦n existen. Y ¨¦stas, a?ade Eugenio Ramos, de la Asociaci¨®n Transporte sin Barreras, son "invisibles y, por tanto, m¨¢s dif¨ªciles de identificar y combatir".
Cristina Agull¨®, una tetrapl¨¦jica de 52 a?os, pone un ejemplo: se sent¨® en una terraza con su pareja, Jaime, y se sinti¨® como un fantasma. "El camarero le pregunt¨® a Jaime: '?Qu¨¦ va a tomar?'. Y luego, muy correcto pero sin mirarme, a?adi¨®: 'Y ella, ?qu¨¦ tomar¨¢?".
Iv¨¢n Serrano y su novia Lorena Almaraz, una pareja que se mueve en sillas de ruedas por la capital, tambi¨¦n se enfrentan cada d¨ªa a una sociedad intolerante: "A veces, al subir a un autob¨²s municipal, un usuario grita cuando subo por la rampa: "?Pero por qu¨¦ tiene ella que coger el autob¨²s? ?Es que no se da cuenta de que nos hace perder tiempo?".
Lorena tiene 20 a?os. A sus 15 d¨ªas de vida, un error m¨¦dico la dej¨® en silla de ruedas: los facultativos le pincharon la m¨¦dula mientras le hac¨ªan unas pruebas.
"Hay una barrera psicol¨®gica que impide que los monumentos, edificios y autom¨®viles se hagan para todos", dice Eugenio Ramos, secretario de la Asociaci¨®n Transporte sin Barreras. Eugenio cree que la sociedad en general y los poderes p¨²blicos en particular ven a los discapacitados como una carga, y no como un colectivo humano m¨¢s al que asistir.
"Los teatros, hospitales, calles y dem¨¢s elementos urbanos deben ser accesibles para todos", afirman desde el Foro Europeo de la Discapacidad. Este organismo representa a 37 millones de discapacitados europeos y est¨¢ trabajando en una propuesta de normativa Built for all -Construido para todos-.
Pero en la capital a¨²n queda mucho por hacer.Seg¨²n los estudios de Eugenio Ramos, s¨®lo el 31% de los cines, el 57% de las bibliotecas, el 34% de los teatros, el 44% de los museos, el 51% de los centros de salud y el 45% de los mercados municipales est¨¢n adaptados.
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