El bumer¨¢n del PP

El PP ha presentado recurso contra el Estatuto catal¨¢n ante el Tribunal Constitucional. En su batalla contra el texto ya acudi¨® con anterioridad a esta instancia con la pretensi¨®n, fracasada, de que lo examinara antes de concluir todo el tr¨¢mite que llev¨® a su aprobaci¨®n. La apelaci¨®n al Constitucional es siempre leg¨ªtima. Ocurre, sin embargo, que el PP llega hasta ¨¦l tras haber naufragado en la batalla parlamentaria. Los populares suelen pugnar por trocar sus derrotas pol¨ªticas en victorias judiciales, lo que tensa el sistema y redunda en la hiperpolitizaci¨®n de la justicia.

El partido de la derecha ha mostrado una incoherencia continua en este asunto. Al inicio del debate estatutario en el Parlamento catal¨¢n se incorpor¨® al bloque legislativo por iniciativa de Josep Piqu¨¦. Parad¨®jicamente, a medida que el tr¨¢mite en las Cortes suprim¨ªa o modificaba los art¨ªculos de m¨¢s dif¨ªcil encaje constitucional, m¨¢s estent¨®rea hizo su oposici¨®n. No s¨®lo aventur¨® que se romp¨ªa Espa?a y que se abr¨ªa paso a la poligamia y la eutanasia, sino que combin¨® los augurios catastrofistas con una campa?a orientada a incitar el desapego entre comunidades y el recelo mutuo con detalles como un despliegue publicitario en Andaluc¨ªa de tintes catalan¨®fobos.

Algunas de las preocupaciones centrales del PP sobre el Estatuto soslayan los continuos filtros de constitucionalidad que a ¨¦ste se le han aplicado. La ampliaci¨®n y m¨¢s clara definici¨®n de competencias de la Generalitat, siendo considerable, de ning¨²n modo pone en cuesti¨®n el mantenimiento de las funciones b¨¢sicas del Estado, tambi¨¦n en Catalu?a. No asoma en el esquema de financiaci¨®n nada que tenga que ver con el sistema de concierto, y todo lo all¨ª contenido es generalizable. Tanto que una comunidad gobernada por los populares, como Baleares, ya ha tomado nota de la f¨®rmula para su propio texto estatutario. El cap¨ªtulo de derechos no rompe la igualdad b¨¢sica de todos los espa?oles, pues se limita a consagrar o detallar aquellos que tengan que ver con las competencias de la autonom¨ªa, etc¨¦tera.

El PP coincidi¨® con ERC en propugnar el no en el refer¨¦ndum. Perdi¨®, y por goleada. Su persistencia en el rechazo le a¨ªsla en Catalu?a y obstaculiza sus alianzas con vistas a regresar al Gobierno central. Su intento de desgastar, a cuenta del Estatuto, al Ejecutivo de Zapatero, con un alarmismo perjudicial para la cohesi¨®n territorial de Espa?a, probablemente termine convirti¨¦ndose en un bumer¨¢n. Entre otras razones, porque de todo este episodio ha salido pujante tambi¨¦n una fuerza conservadora alternativa, como es CiU, visualizando que efectivamente hay un camino a la derecha: pero un camino marcado desde la moderaci¨®n y no desde la crispaci¨®n.