Cuota y paridad
Los kilos que le faltan al ni?o de la foto han salido a subasta, as¨ª que est¨¢n en el Mercado (con may¨²scula), lo mismo que los de 146 millones de ni?os cuyo peso es inferior al que les corresponde. El a?o pasado, en N¨ªger, la gente se mor¨ªa a unos metros de los puestos de venta en los que se expon¨ªan cereales y hortalizas. Pero los organismos internacionales aconsejaron que no se bajaran los precios para no romper las reglas del Mercado. Si lees un reportaje sobre desnutrici¨®n, tropiezas m¨¢s veces con el t¨¦rmino Mercado que con la palabra metabolismo. ?Por qu¨¦? Porque la desnutrici¨®n est¨¢ gestionada por economistas del ala liberal, seg¨²n los cuales los kilos regresar¨¢n a los ni?os cuando el Mercado funcione, de una vez por todas, en ?frica. La experiencia, sin embargo, no dice eso. La experiencia dice que la desnutrici¨®n infantil, pese a la intervenci¨®n del Mercado, no ha tenido avances significativos en los ¨²ltimos 15 a?os. La ONU ha renunciado pr¨¢cticamente al objetivo (?fijado para 2015!) de reducir a la mitad el hambre de los ni?os.
Es f¨¢cil imaginar un mundo sin ni?os, pero no sin Mercado. Preferimos el hambre al desorden
No sabemos qu¨¦ significa reducir a la mitad el hambre de los ni?os, si que se muera uno cada dos minutos (ahora muere uno cada sesenta segundos) o extender la desnutrici¨®n hasta lugares donde no es que tengan menos kilos de los que les corresponden, sino que ni siquiera tienen kilos. Hay varios pueblos as¨ª en el llamado Cuerno de ?frica, sitios en los que notas a tu alrededor presencias fantasmales que corresponden, en efecto, a personas que flotan, invisibles, a tu alrededor porque no tienen ning¨²n kilo y est¨¢n muertas. Pero una vez que el Mercado arranque, dicen, comenzar¨¢ un ciclo de prosperidad. De ah¨ª que, por malo que parezca el panorama, sea preciso mantener la calma y no sacar los kilos del ni?o de la foto, ni de ning¨²n otro ni?o, del Mercado. De momento les hemos puesto al ni?o y a su pa¨ªs una c¨¢nula por la que les llega un poco de caridad, para que no se deshidraten.
Es f¨¢cil imaginar un mundo sin ni?os, pero no un mundo sin Mercado. Preferimos el hambre al desorden. De ah¨ª que los organismos internacionales hagan planes a 15 o 20 a?os, que es como si a usted, frente a un infarto, le dan hora para el a?o que viene: la lentitud en la atenci¨®n constituye el modo m¨¢s eficaz de cronificar el problema. Uno se muere con sus enfermedades cr¨®nicas, pero no de ellas. El Mercado no morir¨¢ a causa de la desnutrici¨®n de los pa¨ªses llamados eufem¨ªsticamente "en v¨ªas de desarrollo", sino que se alimentar¨¢ de su cronificaci¨®n (excelente palabra, cronificaci¨®n) a trav¨¦s de una c¨¢nula que le metemos al Mercado por el culo.
En cualquier caso, y por si en las l¨ªneas anteriores se me hubiera deslizado alg¨²n juicio involuntario en contra del Mercado, quede claro que esta foto, publicada en septiembre, como las tres o cuatro restantes de ni?os con moscas aparecidas en los meses posteriores, forman parte de la cuota informativa aconsejada por el Mercado de la informaci¨®n. Tambi¨¦n mi art¨ªculo, no nos equivoquemos, es un art¨ªculo de cuota. No escribir¨¦ ninguno m¨¢s sobre el hambre durante el mes de agosto. ?nicamente se?alar que, como se ha demostrado en otros ¨¢mbitos, lo contrario de la cuota es la paridad. Pero no estamos por la labor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.