La 'faixa', el pa?uelo... y el casco
Las 'colles castelleres' saludan el estreno de la nueva protecci¨®n para el 'anxaneta' por su car¨¢cter preventivo
?Qui¨¦n no ha sufrido alguna vez por la suerte de esos peque?os que trepan y trepan hasta alcanzar la cumbre de un castell para, despu¨¦s de hacer una t¨ªmida se?al de victoria, bajar de nuevo a celebrar la haza?a? Los protagonistas de esas ascensiones son conocidos en la jerga del mundo casteller como anxanetas. Ellos y sus peque?os c¨®mplices en el tramo final del ascenso, los acotxadors, llevar¨¢n en breve un casco de seguridad en ensayos y actuaciones. Lo har¨¢n durante los dos a?os que durar¨¢ un estudio de viabilidad de la protecci¨®n, en el que participar¨¢n 32 colles de las cerca de 60 inscritas en la Coordinadora de Colles Castelleres. Diecis¨¦is usar¨¢n el casco y otras tantas actuar¨¢n sin ¨¦l, aunque todas se someter¨¢n a un protocolo id¨¦ntico de recogida de datos para evaluar su eficacia.
En los ¨²ltimos 25 a?os s¨®lo se hab¨ªa registrado una muerte entre los participantes
"La seguridad es fruto de los tiempos que corren. Parece que los ni?os sean de vidrio"
Desde que se dio luz verde al casco, en marzo de este a?o, el mundo casteller ha asumido con tranquilidad esta particular transici¨®n hacia una nueva etapa de su historia en la que se pone mayor ¨¦nfasis en la seguridad, aunque tampoco ha sido ajeno al debate interno sobre la idoneidad del cambio. Una de las principales cuestiones es si la protecci¨®n representa una ruptura con la historia y la est¨¦tica de una tradici¨®n que arranca a principios del siglo XIX y que desde entonces se ha visto muy poco alterada en forma y contenido.
La preocupaci¨®n por la seguridad y el rigor del estudio previo han persuadido hasta al m¨¢s tradicionalista. "Introducir el casco no es algo que se nos haya ocurrido de repente, es fruto de a?os de trabajo para mejorar la seguridad de los participantes", explica el doctor Jaume Rosset, director cient¨ªfico del proyecto. Rosset y su equipo hicieron un seguimiento de las lesiones de anxanetas y acotxadors tanto en su actividad castellera como en su rutina diaria durante los a?os 2002, 2003 y 2004. Seleccionaron 146 ni?os procedentes de 21 colles y evaluaron toda su actividad. El resultado: por cada lesi¨®n en los castells, se produc¨ªan dos en otras ocupaciones. Adem¨¢s, la gravedad de las lesiones era similar en los dos ¨¢mbitos. Aunque hubo una cifra que inquiet¨® a los investigadores: el 78,8% de las lesiones ajenas a la actividad castellera se produc¨ªa en las extremidades, mientras que en los castells, el 54% se registraba en la cabeza, "lo que nos llev¨® a considerar que el ni?o estaba m¨¢s expuesto a los peligros derivados de una lesi¨®n craneal", explica Rosset.
La mayor¨ªa de los castellers coinciden en se?alar que lo primero es la seguridad de los peque?os y luego vienen aspectos de orden est¨¦tico. Aunque tambi¨¦n hay unanimidad respecto a un hecho: si el casco entorpece la tarea del anxaneta, es decir, dificulta su visi¨®n o audici¨®n, se retirar¨¢ de inmediato.Con todo, muchos consideran que la gente tiene una falsa percepci¨®n del riesgo que entra?a su actividad. "La seguridad es importante, pero estas medidas son fruto de los tiempos que corren, en los que parece que los ni?os sean de vidrio" afirma Carles Feiner, cap de los Minyons de Terrassa. La equiparaci¨®n con la evoluci¨®n de otros deportes tambi¨¦n aparece de forma recurrente: "Tal como sucedi¨® en su d¨ªa con el ciclismo", apunta el presidente de los Capgrossos de Matar¨®, Carles Guanyabens, "ahora parece el momento de que el casco entre en nuestro ¨¢mbito".
El principal peligro para un anxaneta en una ca¨ªda es la fractura craneal, que puede conducir a una lesi¨®n cerebral grave y ¨¦sta a la muerte, una circunstancia que s¨®lo se hab¨ªa dado hasta ahora una vez en los ¨²ltimos 25 a?os, por lo que los promotores del casco elogian, sobre todo, su "car¨¢cter preventivo". Las ca¨ªdas m¨¢s graves del anxaneta se suelen saldar con chichones, lesiones en la nariz y alguna rotura de piezas dentales. Aunque el peque?o no es el ¨²nico expuesto al peligro: de la base del castell al punto m¨¢s alto de la torre cada piso tiene una lesi¨®n asociada. "En la pi?a se registran traumatismos cervicales y craneales, en la parte baja del tronco se dan problemas en brazos y espalda, y en la parte alta del tronco son habituales problemas en piernas y t¨®rax" se?ala Rosset. El presidente dels Xiquets de Tarragona, Carles Suri?ach, es uno de los menos entusiastas a la hora de hablar del casco.
"Es evidente que puede desvirtuar la tradici¨®n centenaria y hacer creer a la gente que es una actividad m¨¢s peligrosa de lo que en realidad es", explica, "pero todo sea para proteger a la canalla".
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