Barcelona, nueva puerta de entrada de la coca¨ªna
Galicia est¨¢ perdiendo peso en el tr¨¢fico internacional de coca¨ªna por v¨ªa mar¨ªtima, debido a la incesante presi¨®n policial sobre las grandes redes del narcotr¨¢fico gallego. Tomando como referencia el volumen de lo incautado en toda Espa?a, el tr¨¢fico por las costas gallegas descendi¨® a la mitad en 2004. En cambio, el puerto de Barcelona se ha convertido en la principal v¨ªa de entrada de la coca¨ªna, oculta en contenedores de mercanc¨ªas, seg¨²n diversas fuentes policiales. No es de extra?ar que las redes de traficantes intenten corromper a los encargados de impedir la entrada de droga por el recinto portuario barcelon¨¦s (guardias civiles y aduaneros).
El pasado 4 de julio, los jefes de la VII Zona de la Guardia Civil (Catalu?a) dirigieron a la juez de Martorell (Barcelona) un escrito en que detallaban los indicios existentes contra cinco guardias civiles, un inspector jefe del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y un polic¨ªa local a los que se relaciona con una banda de narcos. ?sta fue la supuesta autora del robo, en enero de 2005, de m¨¢s de 400 kilos de coca¨ªna de un contenedor que estaba en el puerto sometido a vigilancia por la Guardia Civil, tras ser ¨¦sta alertada por la DEA (agencia antidroga norteamericana).
Los encargados del caso rastrear¨¢n los bienes de los agentes sospechosos de trabajar para la banda
Investigados cinco guardias y dos polic¨ªas sobre la sustracci¨®n de 400 kilos de droga
La relaci¨®n entre 'narcos' y funcionarios era "estrech¨ªsima y de absoluta camarader¨ªa"
Los cinco guardias civiles de Barcelona que supuestamente trabajaban para una red de narcos siguen en activo y a¨²n no han sido sometidos a medidas disciplinarias porque ¨¦stas son dif¨ªciles de imponer cuando los afectados est¨¢n incursos en otro proceso penal. Es decir, tiene prevalencia la autoridad judicial sobre la administrativa. La juez de Martorell encargada de la investigaci¨®n s¨®lo ha tomado declaraci¨®n a uno de ellos.
En la investigaci¨®n del instituto armado tambi¨¦n se se?ala a un inspector jefe del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y a un polic¨ªa municipal, que tampoco han sido citados a¨²n por el juzgado. La banda, adem¨¢s, estaba ya captando para sus fines a mossos d'esquadra.
Hay una grabaci¨®n telef¨®nica en la que Javier S., Trapero, el supuesto jefe de la red criminal, tranquiliza a uno de sus compinches, David B, quien se lamenta de que el inspector jefe ?ntonio S. vaya a dejar la polic¨ªa. "?Y ahora qu¨¦ va pasar?", se queja David B. A lo que el l¨ªder de la banda replica: "Nada, no te preocupes. Mientras haya polic¨ªas que tengan hipotecas...". O dicho m¨¢s claramente: son sobornables.
Los mandos de la VII Zona de la Guardia Civil afirman en el escrito dirigido a la juez: "Debido a la gravedad que supone que miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado puedan formar parte de un grupo organizado dedicado al tr¨¢fico de drogas y blanqueo de capitales (...) se solicita de su se?or¨ªa que sean citados en calidad de imputados los agentes que se han indicado para prestar declaraci¨®n respecto a los hechos investigados y con los cuales se les vincula". Pero ha pasado m¨¢s de un mes y tan s¨®lo ha sido interrogado en el juzgado uno de los guardias civiles.
El descubrimiento de esta trama se produjo en enero del a?o pasado, cuando el ?rea de Delincuencia Organizada de la Guardia Civil de Catalu?a pidi¨® a la juez autorizaci¨®n para pinchar los tel¨¦fonos de Daniel R. T., El Bolo, de 35 a?os y otros hombres supuestamente metidos en negocios turbios. La juez accedi¨® a la petici¨®n el 20 de enero de 2005.
Pero la sorpresa salt¨® la madrugada del 24 de enero de 2005, apenas 96 horas despu¨¦s del inicio de los pinchazos telef¨®nicos. Ese d¨ªa, 12 hombres saquearon el contenedor frigor¨ªfico MWCU-614017-6, que estaba intervenido y custodiado por la Guardia Civil desde el 16 de diciembre de 2004 "por sospecharse fundadamente que conten¨ªa una gran cantidad de coca¨ªna camuflada entre su carga" (varias toneladas de gambas congeladas), seg¨²n el escrito enviado a la juez. Las sospechas eran "fundadas" porque la DEA norteamericana hab¨ªa detectado, desde que fue embarcado en Venezuela, que ese contenedor llevaba algo m¨¢s que gambas congeladas.
En el puerto de Barcelona -que despacha anualmente unos dos millones de contenedores de mercanc¨ªas- hab¨ªa ese d¨ªa decenas de miles de contenedores. Pero los 12 ladrones supieron con precisi¨®n el n¨²mero y la ubicaci¨®n del contenedor de la coca¨ªna porque un guardia civil les hab¨ªa facilitado todos los datos. As¨ª que los delincuentes se apoderaron de 400 de los 1.500 kilos de droga que iban destinados a otra organizaci¨®n de narcotraficantes.
Los delincuentes actuaron con total impunidad: localizaron el contenedor, forzaron el candado ... y cargaron la coca¨ªna en una furgoneta y dos coches. ?En una zona vigilada y de acceso restringido! ?C¨®mo fue posible? Porque contaban con la complicidad de guardias civiles. As¨ª lo pudieron comprobar los investigadores, cuando horas despu¨¦s del robo oyeron las grabaciones telef¨®nicas y escucharon c¨®mo el supuesto jefe de la banda, Javier S. R., Trapero, de 38 a?os, tranquilizaba a sus nerviosos compinches asegur¨¢ndoles que no iba a sorprenderles ninguna patrulla policial.
La investigaci¨®n de la Guardia Civil no ha logrado identificar a los agentes que prestaron la "colaboraci¨®n necesaria" para el robo de la coca¨ªna, pero las escuchas telef¨®nicas y el seguimiento de los sospechosos permite a los investigadores apuntar, seg¨²n el informe enviado a la juez, a los siguientes:
-El guardia civil Antonio S. M., de 53 a?os, Tete, que es el ¨²nico que ha prestado declaraci¨®n en el juzgado, aunque fue puesto en libertad.
-El subteniente Fernando G. V., de 53 a?os, que durante a?os estuvo destinado el la Secci¨®n Fiscal y Antidrogas (SIFA) de la VII Zona.
-El guardia Jos¨¦ S. F., de 40 a?os, destinado desde hace varios a?os en el puerto de Barcelona, al que se le se considera "¨ªntimamente ligado" a Diego S. S., de 63 a?os, un hombre clave en la trama porque conoce muy bien los entresijos portuarios.
-El guardia civil Miguel ?ngel H. F., de 36 a?os, del que se dice que "mantiene una relaci¨®n de confianza y absoluta camarader¨ªa" con varios de los investigados, a los que conoce desde que en 1997 los detuvo por narcotr¨¢fico.
-El guardia civil Fernando A. V., de 53 a?os, antiguo compa?ero de Antonio S. M. en el Grupo de Informaci¨®n de Tr¨¢fico de Catalu?a. Hay menos indicios contra ¨¦l, pero en una conversaci¨®n mantenida el 23 de noviembre pasado con Javier S., supuesto cabecilla de los narcos, se oye c¨®mo le alerta de que tiene el tel¨¦fono pinchado.
Adem¨¢s, los encargados del caso se?alan como presuntamente relacionados con esta banda a Antonio J. R., de 51 a?os, inspector jefe del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, que hace unos meses pidi¨® el pase a la segunda actividad (prejubilaci¨®n); y al ex brigada de la Guardia Civil Roberto P. C., de 45 a?os, que trabaja hoy de polic¨ªa local en un pueblo barcelon¨¦s.
La relaci¨®n de estos agentes con la banda de narcotraficantes es "estrech¨ªsima, de gran confianza y absoluta camarader¨ªa", seg¨²n consta en el informe del pasado 4 de julio, en el que se detallan las conversaciones telef¨®nicas entre unos y otros, as¨ª como las reuniones y comidas que celebraban con cierta asiduidad. Adem¨¢s, los guardias civiles y polic¨ªas supuestamente alertaban a sus amigos si ¨¦stos estaban siendo seguidos o vigilados por otros servicios policiales.
El guardia Antonio S. M., que ten¨ªa aparentemente una conducta de "subordinaci¨®n" al presunto jefe de la banda, fue quien puso a ¨¦ste en contacto con los Mossos D'Esquadra. Hay que tener en cuenta que la polic¨ªa auton¨®mica catalana se ha incorporado recientemente a las tareas de investigaci¨®n y que a los delincuentes les interesaba tener infiltrados en este nuevo cuerpo. Los delincuentes se convirtieron as¨ª en "confidentes de los Mossos d'Esquadra, con lo que ello puede suponer de nivel de amparo por algunos miembros de esta polic¨ªa", argumenta la Guardia Civil en su informe a la juez.
"A lo largo de la investigaci¨®n se ha constado la estrech¨ªsima relaci¨®n entre varias de las personas investigadas (y algunas posteriormente detenidas) y miembros de los Cuerpos de Seguridad de forma que, amparados aquellos en un estatus de confidente, encuentran una clara colaboraci¨®n de algunos componentes de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa para llevar a cabo con gran impunidad sus actividades delictivas", se?ala el informe.
"Y, lo que es peor, habiendo conseguido corromper a estos polic¨ªas para que, integrados en el grupo, aporten determinadas informaciones que conocen ¨²nicamente por raz¨®n de su cargo a cambio, l¨®gicamente, de contraprestaciones econ¨®micas y/o en especie", a?ade el mismo escrito de la Guardia Civil de Catalu?a.
Las pesquisas, de momento, no han permitido constatar de forma fehaciente las sospechas que recaen sobre los agentes supuestamente corrompidos. Para ello, la VII Zona de la Guardia Civil, al mando del general Antonio Carrascosa, pretende investigar su patrimonio. Esto, sin embargo, no ser¨¢ posible mientras no haya un permiso judicial que lo autorice.
Pero, en cambio, el instituto armado ya posee un an¨¢lisis patrimonial sobre varios de los 15 integrantes de la red y ha descubierto que poseen cuentas bancarias en "la hucha de Andorra", como se?alan fuentes de la investigaci¨®n. ?stas aseguran que las autoridades del Principio colaboran gustosamente con las autoridades espa?olas cuando se trata de seguir el rastro al dinero procedente de la droga y del blanqueo de capitales.
La Guardia Civil tambi¨¦n est¨¢ tras la pista de una urbanizaci¨®n planeada por el jefe de la banda delictiva en unos terrenos comprados en Salvatierra do Mi?o, cerca de Vigo (Pontevedra). Por cierto que en alguno de los pinchazos telef¨®nicos se deja caer que alguno de los agentes corruptos tambi¨¦n est¨¢ dispuesto a aportar dinero (el 10%) al proyecto urban¨ªstico.
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