El asalto qued¨® grabado por tel¨¦fono
"Tranquilo, no hay problema. No va a aparecer ning¨²n guardia por ah¨ª. Ya est¨¢, maric¨®n"
El contenedor saqueado por la banda de Barcelona durante la madrugada del 24 de enero de 2005 estaba "intervenido y custodiado por la Guardia Civil desde el 16 de diciembre de 2004 por sospecharse que conten¨ªa una gran cantidad de coca¨ªna camuflada entre su carga de gambas", seg¨²n el informe de la Guardia Civil. Lo sospechaban porque la DEA norteamericana hab¨ªa alertado del env¨ªo de ese contenedor de Venezuela. Pese a eso, los ladrones actuaron con total tranquilidad y "sin ning¨²n temor", sabedores de que la vigilancia de la Guardia Civil era "m¨ªnima".
Gracias a la informaci¨®n privilegiada de que dispon¨ªan, 12 delincuentes rompieron la valla del muelle, entraron en dos coches y una furgoneta en un recinto restringido, y a una hora intempestiva, donde forzaron dos contenedores: primero, violentaron por error uno que conten¨ªa pan de molde; y despu¨¦s, el que iba repleto de coca¨ªna entre un cargamento de gambas congeladas.
A la ma?ana siguiente, la Guardia Civil se llev¨® una sorpresa cuando oy¨® las grabaciones de las conversaciones telef¨®nicas de la banda a la que segu¨ªa los pasos por creer que se dedicaba al narcotr¨¢fico. Estos pinchazos, al amparo de la Operaci¨®n Paki, dejaron boquiabiertos a los investigadores al escuchar muchos detalles del robo del contenedor. ?El golpe hab¨ªa quedado grabado en las cintas magnetof¨®nicas!
As¨ª, hay una conversaci¨®n entre Javier S., presunto jefe de la banda, y Alberto S, registrada a las 2.28 del 24 de enero de 2005, en la que ¨¦ste le muestra su nerviosismo al jefe. Y ¨¦ste le dice m¨¢s o menos: "Tranquilo, no hay problema. No va a aparecer ning¨²n guardia por ah¨ª. Ya est¨¢, maric¨®n".
En otro momento del golpe, uno de los ejecutores del mismo habla telef¨®nicamente con otro compinche y se queja de que el contenedor de la coca¨ªna est¨¢ colocado sobre otro y es dif¨ªcil acceder al mismo. "Buscad una escalera de mano", le indica. Una vez conseguida la escalera, hay otra llamada para quejarse de que el contenedor est¨¢ cerrado con un robusto candado. "Pues buscad una cizalla", responde el compinche de los ladrones.
Tras reventar el candado y acceder al interior, uno de los participantes en el saqueo llama a otra persona para quejarse: "Esto est¨¢ lleno de cajas de gambas. ?Y aqu¨ª dentro hace un fr¨ªo del demonio! Nos vamos a congelar".
Pero, al final, los cacos lograron dar con las cajas que aparentemente conten¨ªan gambas y que en realidad ocultaban la coca¨ªna. Se apoderaron de unos 400 kilos, seg¨²n estimaciones de la Guardia Civil, que hasta el momento no ha hallado ninguna pista de esta droga, pese al tiempo transcurrido.
Los ladrones decidieron celebrar el ¨¦xito en un lujoso hotel de Barcelona, pr¨®ximo al Nou Camp, donde corri¨® la comida y la bebida con abundante compa?¨ªa femenina. En esa fiesta y otras conversaciones telef¨®nicas, grabadas por la Guardia Civil, se regocijan del ¨¦xito obtenido con los "langostinos" (en alusi¨®n al cargamento de droga oculto entre las gambas congeladas).
Burlados y humillados, los agentes encargados de la investigaci¨®n volvieron a cerrar el contenedor y se armaron de paciencia en espera de que acudieran a por la mercanc¨ªa ilegal los aut¨¦nticos destinatarios del cargamento, procedente de Venezuela.
El plan, previsto nada m¨¢s y nada menos que desde diciembre de 2004, era hacer una "entrega controlada": permitir la salida de la mercanc¨ªa, seguir a los transportistas hasta su destino, y a continuaci¨®n detener a todos los narcos. Pasaron muchos meses hasta que los destinatarios de la droga -una banda asentada en Valencia- acudi¨® en busca del contenedor al puerto de Barcelona. Tanto tiempo que hasta el pasado abril no culmin¨® la operaci¨®n en Alicante, donde fueron detenidos los narcos y decomisados 1.077 kilos de coca¨ªna.
Fuentes de la Guardia Civil concluyen que el control de los miles de contenedores que llegan a los puertos es muy dif¨ªcil, ya que s¨®lo se abren para su examen aquellos sobre los que recaen muy fundadas sospechas de que ocultan droga. Porque si no es as¨ª, los gastos y desperfectos ocasionados deben corren a cargo de Aduanas.
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