Por puntos
Las esperanzas puestas en que la introducci¨®n del carn¨¦ por puntos iba a reducir significativamente el n¨²mero de accidentes y de muertos en carretera no se est¨¢n cumpliendo a entera satisfacci¨®n. Es verdad que durante el primer mes de aplicaci¨®n de la norma se han registrado 63 muertos menos que en el mismo mes del a?o anterior, reducci¨®n preciosa en cuanto que se refiere a vidas humanas; pero tambi¨¦n es cierto que la eficacia ha disminuido paulatinamente incluso en un plazo tan corto como un mes, puesto que en la Operaci¨®n Salida de los ¨²ltimos d¨ªas de julio se registraron casi tantas muertes en carretera como las del a?o pasado. Conviene recordar que las estad¨ªsticas necesitan alg¨²n tiempo para convertirse en descripci¨®n firme de la realidad y que, a pesar de la dismunici¨®n en el mes de julio, el n¨²mero de muertos en carretera -279 personas en 244 accidentes- es todav¨ªa muy elevado.
Las autoridades de Tr¨¢fico deben ser conscientes de esta r¨¢pida p¨¦rdida de eficacia del carn¨¦ por puntos porque han puesto en marcha un plan para intensificar los controles de velocidad en las carreteras espa?olas durante las pr¨®ximas dos semanas. El programa implica el control de unos 100.000 veh¨ªculos cada d¨ªa y, desde luego, debe calificarse, si se aplica adecuadamente, como un acierto. Porque el ¨¦xito del carn¨¦ por puntos depende en gran parte de que los conductores perciban que cualquier infracci¨®n grave -alcohol, exceso de velocidad, circular sin cintur¨®n- puede ser detectada inmediatamente y sancionada con prontitud. De momento no se ha conseguido la debida rapidez sancionadora. Pasado el impacto informativo de las dos primeras semanas, los conductores espa?oles perciben que las infracciones no se han concretado todav¨ªa en p¨¦rdidas reales de puntos, sea por falta de controles en las carreteras, sea por los dilatados periodos de tramitaci¨®n de las sanciones o bien por la sorprendente confirmaci¨®n de que un gran n¨²mero de ciudades espa?olas tardar¨¢ alg¨²n tiempo en conectarse a los registros centrales de tr¨¢fico. Para corregir esta p¨¦rdida de credibilidad del carn¨¦ parece conveniente renovar la capacidad disuasoria mediante una peri¨®dica intensificaci¨®n de la vigilancia de las carreteras como la anunciada para las pr¨®ximas semanas.
Con todo, el conductor no es el ¨²nico responsable de los accidentes de tr¨¢fico, aunque sea culpable de infracciones directas, como la velocidad inadecuada o las imprudencias de todo tipo. Las infraestructuras viarias espa?olas presentan un alto grado de deterioro, particularmente en las v¨ªas de doble sentido -donde se producen el 75% de las muertes-, y ese problema real s¨®lo puede corregirse con m¨¢s inversi¨®n, nacional o auton¨®mica. Los conductores tampoco reciben una instrucci¨®n adecuada cuando aprenden a conducir y pr¨¢cticamente nada se exige para renovar el carn¨¦ de conducir. El carn¨¦ por puntos, si se aplica con los medios adecuados, agota pr¨¢cticamente toda la capacidad de presi¨®n sobre el ciudadano; es la hora de demostrar que tambi¨¦n se quiere reducir la siniestralidad del tr¨¢fico con decisiones m¨¢s dif¨ªciles y costosas, como la inversi¨®n en carreteras y la educaci¨®n vial.
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