La pista de baile del mundo
Ibiza acoge en verano a dos millones de turistas que encuentran fiesta noche y d¨ªa. M¨¢s de 20 discotecas ofrecen la m¨²sica de los mejores pinchadiscos del mundo. Lujo y turismo de aluvi¨®n en la isla blanca.
Un destello de luz estrobosc¨®pica descubre que el cuero del corpi?o est¨¢ estampado con el logotipo de Louis Vuitton. Las botas altas del joven que lo luce tambi¨¦n son de cuero y sus guantes hasta el codo. Cuatro dominatrices le acompa?an. Fustas, tachuelas, plataformas. Maquillaje negro excesivo en los ojos. Cadenas del grosor de una maroma cuelgan del techo. Una enorme l¨¢mpara de ara?a de cristal desaf¨ªa la ley de la gravedad suspendida sobre sus peinados victorianos. Los altavoces escupen la m¨²sica de Body Rockers. Un pinchadiscos, un guitarrista y un cantante hipnotizan a m¨¢s de un millar de personas con un nuevo estilo que se podr¨ªa denominar rock-house. Bienvenidos a la sala Pach¨¢ de Ibiza, una de las discotecas con m¨¢s estilo de una isla que, a partir de hoy, pasa de tener 111.107 habitantes a recibir m¨¢s de dos millones de turistas hasta el final de agosto. Un desembarco incre¨ªble para la llamada isla blanca. M¨¢s de 14 kil¨®metros de ancho y 42 de largo con 72 playas en las que la m¨²sica no se detiene. Es la pista de baile m¨¢s grande y apreciada del mundo.
Fritz Pangratz dirige desde 1992 la sala Space. Otro de los buques insignia en la movida ibicenca. "No existe una concentraci¨®n de clubes, pinchadiscos y tendencias igual en el mundo", afirma con seguridad germ¨¢nica. Pangratz puede presumir de que Space haya sido elegida durante dos a?os consecutivos la mejor discoteca del mundo en la Winter Music Conference, la feria musical de todos los inviernos en Miami. "Ahora el dance y la electr¨®nica son m¨¢s conocidos que hace 10 a?os, y el sector se ha profesionalizado much¨ªsimo. Est¨¢ m¨¢s especializado", asegura.
El tir¨®n musical de Ibiza ha llegado a tal punto que hasta la hija del cantante Mick Jagger organiza, los viernes y tambi¨¦n en Pach¨¢, su propia fiesta. Puro glamour y pura vanguardia. Jade Jagger se hace llamar Jezebel como dama de ceremonias de esta fiesta en la que pueden verse a personajes como la multimillonaria y pol¨¦mica Paris Hilton o el actor Kevin Spacey.
Esta noche, The Global Room (una de las cinco salas de Pacha) parece haberse trasladado a Brooklyn o al Bronx. Bailarines de hip-hop evolucionan contratados por la hij¨ªsima, que ha declarado: "Ibiza tiene una base de house, pero las ra¨ªces mel¨®dicas de la isla est¨¢n en el hippy rock". Es decir, la isla blanca quiere evolucionar hacia la superaci¨®n del cliente de discoteca de aluvi¨®n, principalmente brit¨¢nico, que coge un vuelo barato con entrada incluida a una discoteca, se pega la fiesta a base de consumir ¨¦xtasis o coca¨ªna y regresa de vuelta a Manchester sin haber pisado una habitaci¨®n de hotel.
El paradigma de esta forma de entender Ibiza sigue vivo en muchos de los m¨¢s de 20 clubes diseminados por la isla. El diario brit¨¢nico The Independent lo llama el "ciclo del clubber". Gente que se va de fiesta por la noche, contin¨²a en los after hours por la ma?ana y la tarde, y vuelve a comenzar la espiral la noche del d¨ªa siguiente. Fritz Pangratz lo explica: "Es cierto que donde hay una masa de gente tan importante, hay problemas. Pero son problemas que nunca podr¨¢n resolverse, ni el propio Ayuntamiento, ni la polic¨ªa, ni los propios hospitales est¨¢n preparados para un fen¨®meno as¨ª".
Lo que no se le escapa a nadie que est¨¦ metido en este negocio es que muchos de sus clientes aguantan marchas descomunales con ayuda qu¨ªmica. Un portavoz de la secci¨®n de estupefacientes de la polic¨ªa asegura que en Ibiza "ha subido el consumo de speed (una droga basada en la anfetamina) probablemente porque su precio es menor que el gramo de coca¨ªna". Pero la droga reina sigue siendo el ¨¦xtasis en todos sus derivados. Seg¨²n este mando policial, "en agosto de 2005 se decomisaron m¨¢s de 33.000 pastillas, y m¨¢s de 3.200 papelinas de cristal y LSD".
A las cuatro y media, cinco amigas de Londres se divierten ajenas a la parte s¨®rdida de la noche. Para ellas todo es lujo y esplendor en una de las terrazas privadas de Pach¨¢. Un gorila de dimensiones ¨¦picas y pinganillo en la oreja vigila que la despedida de soltera de Natalie no se vea enturbiada por ning¨²n desconocido. Tienen una esquina de la terraza con una mesa en la que hay un par de botellas de champa?a franc¨¦s, zumos y refrescos de cola light. Junto a ellas, una chica con aspecto de geisha en biquini se contonea dentro de una copa gigantesca llena de agua en la que se lee Mo?t & Chandon. Samantha, una de las amigas de la futura esposa, cuenta que todas trabajan en inversiones bancarias. Lo dicen con sus narices a la altura que les permiten estar unas sandalias de Jimmy Choo, unos vestidos de noche de Miu Miu y complementos de Chanel, Dior y Prada desparramados por uno de los sof¨¢s m¨¢s exclusivos de la isla. Tras solicitar la lista de precios y pedir informaci¨®n sobre los espacios privados de la discoteca, se descubre que la fiesta de las tiburonas de los negocios asciende a unos 1.500 euros sin barra libre.
Space es mucho m¨¢s democr¨¢tica. "Aqu¨ª no tenemos zonas privadas, ni para VIP como en otros locales", afirma una responsable de comunicaci¨®n de la sala, "queremos que nuestros clientes sientan que todos son iguales". Ahora bien, Space en n¨²meros logra poner los pelos de punta. All¨ª trabajan 330 personas, por la discoteca pasan durante toda la temporada de verano 350.000 personas y en cualquier d¨ªa normal cuenta con 50.000 vatios de sonido y 70.000 de luz repartidos en cinco zonas diferenciadas.
A las 10.45 del s¨¢bado Johana, una joven asturiana de 24 a?os, hace autoestop en la carretera que une la capital con playa D'En Bossa. "Trabajo en la discoteca Amnesia y anoche tuvimos la sesi¨®n Made in Italy y ahora voy a la matinal del Space. Es un rollo servir copas toda la noche y no poder participar en la fiesta", asegura. Para estos males est¨¢ la Matin¨¦e, que a las once, cuando llega la camarera, ya lleva funcionando tres horas. La terraza acristalada del Space est¨¢ atestada de p¨²blico que arenga al pinchadiscos Iordee para que d¨¦ m¨¢s ca?a a los platos que maneja. Los estilismos entran en la categor¨ªa de la normalidad. Pero tambi¨¦n los hay imposibles: minishorts con calentadores, camisetas customizadas con dudoso gusto, bolsos de colores chillones... Y muchas gafas de sol. La luz de la ma?ana entra a raudales por las lunas del Space. Mucho chico sin camiseta luce m¨²sculo mientras los aviones sobrevuelan la terraza, a pocos metros de altura, camino del aeropuerto.
Brasilio Deoliveira es, a sus 60 a?os, el promotor de una de las mejores fiestas que se hacen en Space. Tiene lugar los mi¨¦rcoles por la noche y se titula Home of La Troya. Es una sesi¨®n eminentemente gay en la que una drag queen ejerce de dama de ceremonias. Deoliveira presume de haber sido el que "trajo la m¨²sica a Ibiza" en los a?os setenta. Es una instituci¨®n en la isla, pues ¨¦l abri¨® en 1978 la m¨ªtica discoteca KU. "En los ochenta quise transformar esta isla llen¨¢ndola de m¨²sica, traje a m¨¢s de 200 grupos a la discoteca", asegura, y afloran nombres como Spandau Ballet, Duran Duran, Matt Bianco, James Brown, Five Young Cannibals, Alaska o Mecano. ?l tambi¨¦n fue el que trajo a Ibiza la fiesta Manumission, que en sus or¨ªgenes era un circo de tintes sexuales y una fiesta de la carne habitada por una fauna de pelos cardados y abanicos. "En Ibiza est¨¢n las mejores discotecas del mundo y tiene playas muy buenas. Es el mejor sitio para olvidar 11 meses de curro y todo es el resultado de 30 a?os de trabajo en la isla de la m¨²sica".
En los ¨²ltimos cinco a?os algo ha cambiado en la movida ibicenca. Los clubes ingleses ya no son los reyes, ahora cientos de clubers adoran a unos dioses que ponen m¨²sica y a un hedonismo que se prolonga, sin tiempo para dormir, durante tres meses de verano.
'Hip-hop', 'indie', rock, 'house' y m¨²sica tranquila
Ibiza es marcha y m¨²sica, pero algo ha cambiado en la ¨²ltima d¨¦cada en la isla blanca. A principio de los noventa, los clubes ingleses como Ministry of Sound, Cream, Trade o Pushca importaron el house en todas sus variantes. Ahora, han desaparecido y muchos promotores y pinchadiscos se los han saltado como intermediarios y organizan sus propias fiestas. Pinchas de renombre internacional como Erick Morillo, Roger S¨¢nchez o Pete Tong tienen sus propias sesiones. Todos han reaccionado en un negocio que quiere evolucionar del chunta-chunta e ir m¨¢s all¨¢. Los promotores de un club tan importante como Manumission se han apresurado a introducir sonidos distintos al trance y el house que ellos mismos programan en la sala Privilege, que presume de ser la m¨¢s grande de Europa, con un aforo superior a 10.000 personas. En San Antonio poseen tambi¨¦n un local llamado Bar M, en el que se organiza este a?o el segundo festival Ibiza Rocks. La isla, que se ha hecho famosa planetariamente por sus sonidos electr¨®nicos ensordecedores, acoge conciertos de bandas brit¨¢nicas indies como We Are Scientists, The Editors, Dirty Pretty Things o el rapero brit¨¢nico The Streets. Y este agosto la cosa incluso trasciende lo indie y llega al fen¨®meno de masas. Seg¨²n la p¨¢gina web de Ibiza Rocks, est¨¢ previsto que el pr¨®ximo d¨ªa 23 Keane, el grupo de Battle al sur de Londres, tocar¨¢ en Ibiza. Tambi¨¦n el hip-hop entra en la isla de la mano de Jade Jagger, la hija de Mick Jagger, y el chill out sigue el camino imparable que comenz¨® el DJ Jos¨¦ Padilla en un local de San Antonio que se ha hecho famoso mundialmente: el Caf¨¦ del Mar. El house tal y como se concibi¨® a principios de los noventa en Ibiza est¨¢ destinado a morir. Lo pr¨®ximo es el m¨ªnimal, importado de Alemania.
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