La mosca calva
Si vamos entendi¨¦ndolo bien, los genes funcionan a modo de interruptores que activan o desactivan las funciones corporales. Girando la llave a la izquierda, se apaga el gen; a la derecha, se enciende. Es lo que han hecho con el ratoncito de la imagen. La fotograf¨ªa superior se obtuvo despu¨¦s de desactivar el gen de la calvicie total o Hairless, llamado as¨ª porque hair quiere decir pelo y less sin, o sea, sin pelo. En el idioma ingl¨¦s se construyen palabras a cien por hora. Aparece una realidad y a los dos segundos ya tenemos la palabra para nombrarla. ?C¨®mo se llamar¨¢ en ingl¨¦s un individuo sin casa? Pues un homeless (de home, casa, etc¨¦tera). En espa?ol vamos m¨¢s lentos. Todav¨ªa continuamos llamando sin papeles a los simpapeles y sin casa a los sincasa, con lo bien que quedar¨ªa decir: Mira a ese simpapeles o no te pierdas a esa sincasa. Tambi¨¦n decimos sin pelo, pese a la alopecia galopante. Pero es que para nombrar a los sin pelo tenemos la palabra calvo, que era tambi¨¦n una marca de atunes, claro, Calvo, etc¨¦tera.
El caso es que Catherine Thompson, una cient¨ªfica norteamericana (como debe ser), ha dado con el cuadro de mandos del Hairless o gen de la alopecia y lleva varios meses apag¨¢ndolo y encendi¨¦ndolo. Cuando lo apaga, el ratoncito de la foto se queda en pelotas. Y cuando lo enciende le sale el abrigo. De peque?o, me gustaba jugar con el interruptor de la luz, para hacer que la realidad desapareciese y se manifestara. Mis padres me re?¨ªan porque los interruptores duraban dos semanas. Un gen, en cambio, dura toda la vida, aunque te pases las horas haciendo girar la llave de un lado a otro. Que hubiesen puesto un gen en la pared.
Hechas estas consideraciones de orden t¨¦cnico, no me digan ustedes que no les da pena el ratoncito de la foto superior. Ah¨ª est¨¢ el pobre, sin cejas, sin bigote, sin pesta?as, sin vello corporal, desnudo frente al mundo. Al verlo as¨ª te das cuenta de que no hay Dios, porque si hubiera Dios, el ratoncito estar¨ªa mejor encuadernado. F¨ªjense en las arruguitas de la piel, tan semejantes al cuarteado de la tierra seca. Y no es que se le hubiera tocado el gen de la hidrataci¨®n, sino que el pobre era as¨ª. Conmueve su expresi¨®n de desamparo, como si acabaron de sacarlo de un campo de concentraci¨®n y es que acaban de sacarlo de un laboratorio, que viene a ser lo mismo.
El Hairless, de acuerdo con el art¨ªculo que acompa?aba a la fotograf¨ªa, fue descubierto en la mosca Drosophila en 1923. Un grupo de cient¨ªficos toc¨® el interruptor y la mosca se qued¨® calva.
Dado que compartimos con el rat¨®n (y quiz¨¢ con la mosca) el 99% de los genes, estos experimentos nos permitir¨¢n localizar nuestro propio interruptor, de forma que podamos jugar a que el pelo se nos caiga y nos vuelva salir a capricho del consumidor del gen. Ahora bien, observando al ratoncito, cabe preguntarse si estos animales nos dan asco por el 99% de interruptores que compartimos o por el 1% que nos diferencia. Y otra cosa: si s¨®lo nos separa un 1%, ?no deber¨ªamos parecernos m¨¢s? ?O es que hay un gen de la semejanza que quiz¨¢ ellos tienen en on y nosotros en out? Todo son preguntas.
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