Israel sufre el d¨ªa m¨¢s mortal del conflicto
Los cohetes Katiusha de Hezbol¨¢ matan a 12 soldados y a tres civiles en el norte del pa¨ªs
Jam¨¢s un Katiusha hab¨ªa causado una matanza como la de ayer en Israel. Cientos de reservistas aguardaban bajo un sol de justicia a que les tocara adentrarse en el infierno y descansaban antes del combate en el aparcamiento del kibutz de Kfar Giladi, a s¨®lo 12 kil¨®metros de la frontera con L¨ªbano. El cohete lleg¨® sin avisar -en distancias cortas las sirenas nunca suenan a tiempo- e impact¨® de lleno sobre un grupo de militares.
"Parece un campo de batalla", dijo sin contener las l¨¢grimas Sim¨®n Abutbul, el primer socorrista que lleg¨® al lugar. Los cuerpos reventados y sin vida de 10 reservistas fueron cubiertos de inmediato con mantas, mientras la locura se adue?aba de sus compa?eros, que trataban de atender a los heridos. Dos murieron a lo largo de la tarde. Fue el ataque m¨¢s mort¨ªfero lanzado por Hezbol¨¢ en los 26 d¨ªas de conflicto. Lejos de mostrarse debilitada por los ataques de Israel, la milicia chi¨ª de L¨ªbano golpe¨® tambi¨¦n en Haifa con una lluvia de misiles que anoche caus¨® al menos tres muertos y decenas de heridos.
Ha sido la jornada m¨¢s sangrienta sufrida por Israel desde que comenz¨® la guerra, el pasado 12 de julio. El horror se reflejaba en las caras de los escasos habitantes que permanecen en el norte del pa¨ªs. Ambulancias y helic¨®pteros se apresuraron a evacuar a los heridos, mientras la polic¨ªa fronteriza cerraba, por seguridad, un amplio per¨ªmetro de la zona, que se vio acosada durante toda la jornada por las explosiones de los katiushas. La ira de Israel tambi¨¦n se dej¨® sentir en el pa¨ªs vecino donde murieron diez civiles libaneses y seis soldados.
Eran las 12.15 de una ma?ana enga?osamente esperanzadora. No por el acuerdo alcanzado entre Francia y Estados Unidos para que la ONU ordene un alto el fuego, sino porque el comandante en jefe de la regi¨®n del norte, general Udi Adam, dijo el s¨¢bado que esperaba un descenso significativo en el n¨²mero de katiushas lanzado por Hezbol¨¢ porque el Ej¨¦rcito israel¨ª hab¨ªa hecho retroceder "m¨¢s y m¨¢s" a los milicianos de Dios.
El espejismo se rompi¨® con las primeras explosiones: 30 cohetes en 15 minutos, todos ellos cayeron en los alrededores de Kyriat Shmona, la mayor ciudad de la zona, con 22.000 habitantes, la mayor¨ªa de ellos huidos al centro y sur de Israel.
Afortunadamente, ning¨²n otro caus¨® v¨ªctimas mortales, aunque s¨ª heridos y da?os materiales. En las horas siguientes, hasta que se ocult¨® el sol, explotaron cerca de 200 katiushas, que llevaron el terror hasta la ciudad portuaria de Haifa, donde los cinco cohetes ca¨ªdos en zonas residenciales dejaron tres muertos y una treintena de heridos. La Estrella Roja de David -la Cruz Roja israel¨ª- inform¨® de que hay heridos en tres puntos de la ciudad y de que los cohetes alcanzaron dos zonas residenciales. En una de ellas, un edificio se desplom¨® atrapando a muchas de las personas que se encontraban en su interior. Los equipos de socorro se empe?aban anoche en sacarlas de los escombros.
El Ej¨¦rcito israel¨ª no dilat¨® su sangrienta respuesta. La artiller¨ªa se ensa?¨® en el sur de L¨ªbano, mientras los bombarderos castigaron otras zonas del pa¨ªs. Adem¨¢s, tres soldados libaneses perdieron la vida por un ataque a¨¦reo en Debin, unos 10 kil¨®metros al norte de la frontera israel¨ª y otros tres en el bombardeo de Mansura, unos 10 kil¨®metros al sur de la ciudad mediterr¨¢nea de Tiro.
"Demasiados muertos para un cohete", se repet¨ªa como alucinado el jefe de polic¨ªa del distrito norte, Dan Ronen, quien mitad roto por el dolor y mitad por la rabia no paraba de decir que el d¨ªa anterior se hab¨ªa salvado mucha gente "porque estaba en el refugio".
El cansancio de casi cuatro semanas de guerra comienza a hacer mella entre los israel¨ªes, que no toman las medidas de precauci¨®n de los primeros d¨ªas. Despu¨¦s de que Hezbol¨¢ haya lanzado m¨¢s de 3.000 cohetes, la carretera que conduce hasta la frontera se ve¨ªa ayer jalonada, desde medio centenar de kil¨®metros antes, por grupos de reservistas que esperaban un autob¨²s, descansaban en los caf¨¦s o esperaban ¨®rdenes en las entradas de las bases.
Nadie en Israel esperaba que esta guerra pudiera ser tan larga y tan dolorosa. Los reservistas, compa?eros de los muertos, se abrazaban ayer llorando sin entender lo que suced¨ªa a su alrededor. La mayor¨ªa estaba convencida de que su tiempo de filas se hab¨ªa acabado y de pronto se ha vizsto inmersa en una nueva campa?a.
Para quienes se encuentran en el norte de Israel y en el sur de L¨ªbano no existe un respiro. Los bombardeos y los ca?onazos se suceden, sin descanso, de d¨ªa y de noche.
"Hezbol¨¢ es un enemigo muy ideologizado y peligroso, porque sus hombres est¨¢n dispuestos a morir, mientras que el Ej¨¦rcito israel¨ª lleva los ¨²ltimos seis a?os -desde el estallido de la segunda Intifada realizando misiones policiales para controlar a los palestinos-, lo que supone un desgaste continuo de su capacidad militar", se?ala un experto militar ruso.
Seg¨²n el alto mando del Ej¨¦rcito, Israel controla ya la zona de seguridad que ocup¨® en el sur de L¨ªbano entre 1982 y 2000, pero a juzgar por el continuo repiqueteo de los katiushas, los avances conseguidos hasta ahora no son m¨¢s que victorias p¨ªrricas. De ah¨ª que el ministro de Defensa, el socialista Amir Peretz, insista en continuar la ofensiva hasta la orilla del r¨ªo Litani, unos 32 kil¨®metros tierra adentro de L¨ªbano.
Anoche, multidud de incendios iluminaban el cielo de esta zona fronteriza. La vegetaci¨®n seca que cubre las colinas se convert¨ªa en antorchas tan pronto como explotaban los katiushas. Los servicios de bomberos del distrito norte no daban abasto para apagar los fuegos.
La sa?a con que ayer se castigaron Hezbol¨¢ e Israel revela determinaci¨®n de ambos por llegar victoriosos al alto el fuego que imponga el Consejo de Seguridad de la ONU. Un portavoz militar israel¨ª indic¨® ayer que han detenido a uno de los milicianos de Hezbol¨¢ que particip¨®, el 12 de julio, en la captura de los dos soldados israel¨ªes, incidente que desat¨® la actual guerra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.