Histeria en la autopista del Atl¨¢ntico
Llegados al kil¨®metro 95 de la autopista del Atl¨¢ntico, los conductores se encontraron con un empleado de la concesionaria que imped¨ªa el paso a los veh¨ªculos. La cola iba en aumento a la misma velocidad que las llamas se acercaban al asfalto. Y el miedo hizo el resto: primero un coche, despu¨¦s un pu?ado y finalmente todos ellos, camiones incluidos, dieron la vuelta y se lanzaron por la AP-9 en sentido contrario, hasta que encontraron un punto por el que pasarse al lado correcto de la autopista.
La AP-9 es la principal v¨ªa de comunicaci¨®n de Galicia. Une las zonas m¨¢s pobladas de la comunidad aut¨®noma y por ella llegan a circular hasta 50.000 veh¨ªculos diarios. Desde que el fuego comenz¨® a cebarse con Galicia acusa constantes cortes de tr¨¢fico y situaciones de peligro para los conductores. No siempre con el apoyo de la Guardia Civil, que ayer llev¨® a un grupo de conductores hacia el coraz¨®n del fuego.
La decisi¨®n de volverse atr¨¢s se produjo apenas dos kil¨®metros despu¨¦s de pasar la salida a Padr¨®n. Javier Ledo, reportero gr¨¢fico, regresaba a Santiago de tomar im¨¢genes de los incendios cuando se encontr¨® con la caravana delante y las llamas a un lado. La visi¨®n por el retrovisor de un cami¨®n con l¨ªquido inflamable le decidi¨® a abandonar el lugar.
"Fuimos en sentido contrario"
"Durante un par de kil¨®metros, los que nos separaban de la salida de Padr¨®n, fuimos en caravana en sentido contrario, con mucho cuidado con el tr¨¢fico que pudiera venir de frente", recuerda Ledo. Despu¨¦s, cambiaron de carril y salieron de la AP-9 para meterse por carreteras secundarias tambi¨¦n asediadas por el fuego.
A Ledo se le ech¨® literalmente encima del veh¨ªculo una pareja de Ferrol a la que se le hab¨ªa averiado el coche. "Esperaban a la gr¨²a, pero decidieron escapar de las llamas", precisa. Ella, presa del p¨¢nico, rompi¨® a chillar cuando su novio se acerc¨® al coche para recuperar el equipaje del maletero.
La Guardia Civil ten¨ªa razones para saber del peligro, porque una hora antes otro grupo de conductores realiz¨® el mismo recorrido en sentido contrario, esta vez de forma ordenada, "a instancias de un guardia civil de unos 60 a?os que pasaba por all¨ª", recuerda ?lvaro Pi?eiro, otro conductor. Pero, deshecho el camino, otros agentes volvieron a encaminarles hacia el coraz¨®n del fuego. "Tuvimos que conducir durante un kil¨®metro entre las llamas, que el viento estaba echando encima de nosotros", relata.
"Fue un caos. Hubo situaciones de aut¨¦ntico p¨¢nico, con unos coches lanzados a tumba abierta para atravesar el fuego de inmediato, y otros circulando con mucho cuidado pegados al arc¨¦n izquierdo". Todo ello, en medio de una espesa nube de humo negro que imped¨ªa la visibilidad. Antes de que ?lvaro terminase de cruzar el incendio, las chispas hab¨ªan cruzado la ancha autopista, y el fuego avanzaba ya por el otro lado de la AP-9.
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