Mayte Mart¨ªnez: "De donde no hay, no se puede sacar"
Mayte Mart¨ªnez ha corrido, por puro empe?o personal, por narices, tres 800 en Gotemburgo. Lunes, martes, jueves. Series, semifinal, final. Ha ido de poco, del poco con que lleg¨® tras sus problemas musculares y de anemia, a menos. El dep¨®sito se ha ido vaciando y no ha podido recuperar. Mientras, a su alrededor, rusas, b¨²lgaras, ucranias, comenzaban cada nuevo d¨ªa como reci¨¦n nacidas, sin restos de fatiga, rosas reci¨¦n abiertas. Y pese a saber lo que le esperaba a la salida de la curva acab¨® el d¨ªa tan deprimida que no dud¨® en hablar de "tirar la toalla".
A la salida de la curva de la calle ocho le esperaba el vac¨ªo, tres metros en blanco detr¨¢s de los clavos de la ¨²ltima del grupo que se alejaba como alma que lleva el diablo. Y pese a todos sus esfuerzos, y pese a entregar en el intento hasta el ¨²ltimo gramo de su ser, Mart¨ªnez, subcampeona de Europa hace cuatro a?os, bronce mundial en pista cubierta hace tres, nunca pudo acercarse ni siquiera a rozar los clavos de la que cerraba la marcha. Pasaron el 400 en 57,37s. Y la vallisoletana detr¨¢s. "Y como no ten¨ªa nada, ni pude cambiar en el 500. No hab¨ªa nada que hacer", dijo Mart¨ªnez. "De donde no hay no se puede sacar. S¨®lo soy una persona humana y este deporte est¨¢ hecho para gente fuerte. Cada uno tiene que combatir con las armas que tiene".
Con tan sombr¨ªos pensamientos corr¨ªa Mart¨ªnez que pese a ir la ¨²ltima y, por tanto disponer de una magn¨ªfica perspectiva de lo que ocurr¨ªa delante, ni se enter¨® de lo que pas¨®, de c¨®mo termin¨® la carrera. No vio a la tremenda Kotlyarova, la que, pese a sus 1,80 metros, pese a sus piernas enormes, le parece una madre, quiz¨¢s por el pelo en permanente, quiz¨¢s por las caderas anchas, quiz¨¢s por sus anticuados pendientes de perlas, darle un empuj¨®n nada maternal a su compatriota Cherkasova, la pobre torpe que tras hacer de liebre 700 metros no supo apartarse a la salida de la curva para dejarle pasar, y abrirse camino por la calle dos para, fresca como reci¨¦n salida de la ducha y no de una vuelta y tres cuartos a ritmo fren¨¦tico, perseguir, atrapar y sobrepasar a la tercera rusa, a la atrevida Klyuka, que comenz¨® los ¨²ltimos 100 metros con 10 al menos de ventaja. Qu¨¦ cosas.
Y a Mart¨ªnez a¨²n se le ped¨ªa que explicara porqu¨¦ estaba tan baja de moral, se le demandaba que contara qu¨¦ le dol¨ªa. "Pero si estoy harta de contar mis miserias", dijo. "Y estoy harta de seguir en esto teniendo que superar todo tipo de h¨¢ndicaps".
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