No fue una huelga

Por primera vez en bastante tiempo, fue el Gobierno el que ayer se qued¨® solo frente a toda la oposici¨®n en los debates que siguieron a las comparecencias de los titulares de Interior y Fomento sobre los incidentes que paralizaron el aeropuerto barcelon¨¦s de El Prat el pasado d¨ªa 28. Rubalcaba no acab¨® de convencer a la oposici¨®n de que no hab¨ªa alternativa a la actitud pasiva mantenida por las fuerzas de Seguridad antes de decidirse a intervenir, ni Magdalena ?lvarez de la imposibilidad de prever un conflicto como el que se plante¨® con la no renovaci¨®n a Iberia de la concesi¨®n de los servicios aeroportuarios en tierra.

Rubalcaba calific¨® de oportuna, proporcionada y prudente la actitud de las fuerzas de Seguridad (243 guardias civiles y 132 polic¨ªas nacionales) frente a los 400 trabajadores que ocuparon las pistas, cruzaron veh¨ªculos y realizaron otras maniobras obstruccionistas. Su argumento de fondo fue que no se trataba s¨®lo de desalojar a los amotinados (cosa que la Guardia Civil pod¨ªa haber hecho desde primera hora), sino de hacerlo de forma que permitiera la reincorporaci¨®n inmediata a sus puestos, necesaria para que el aeropuerto volviera a estar operativo. Un desalojo violento habr¨ªa impedido o dificultado, seg¨²n ese argumento, el necesario acuerdo laboral, e implicado riesgos de seguridad considerables, dada la excitaci¨®n de los trabajadores y la peligrosidad intr¨ªnseca de actuar en un aeropuerto.

Son razones a tener en cuenta, pero tambi¨¦n debe considerarse el riesgo de no actuar. De hecho, la intervenci¨®n policial se produjo, seg¨²n el delegado del Gobierno, cuando, 11 horas despu¨¦s del inicio de la protesta, un grupo de "ciudadanos indignados rompi¨® una puerta e invadi¨® las pistas"; un enfrentamiento entre viajeros amotinados y ocupantes s¨ª que habr¨ªa sido peligroso; y como a la larga se comprob¨®, la ¨²nica forma de evitar esa situaci¨®n era que fuera la polic¨ªa -unos profesionales-, y no la gente indignada, quien cargara contra los que hab¨ªan actuado ilegalmente. Algunos de ¨¦stos declararon que no depusieron su actitud porque esperaban la actuaci¨®n policial para hacerlo.

Es una medida acertada el compromiso del Gobierno, anunciado por la ministra de Fomento, de asumir el pago adelantado de las indemnizaciones a que tengan derecho los damnificados, y que en su momento reclamar¨¢ a Iberia, contra la que se abre expediente sancionador como empresa a la que pertenec¨ªan los trabajadores causantes del incidente: un plante salvaje y no una huelga.