Alianza del gas

La gran dependencia de varios pa¨ªses de la UE respecto del gas ruso explica la inquietud con que ha sido recibida la alianza entre el gigante Gazprom y la compa?¨ªa argelina Sonatrach, dos de sus principales proveedores. La inquietud europea, que carece de una pol¨ªtica energ¨¦tica com¨²n, no se basa tanto en los detalles conocidos del memorando de intenciones firmado en Mosc¨² como en presunciones sobre el papel que el Kremlin reserva a Argelia en su nueva pol¨ªtica exterior, basada en la energ¨ªa.

Es l¨®gico preguntarse si el inter¨¦s de Mosc¨² por aliarse con Argelia no obedece a un intento de utilizar al pa¨ªs ¨¢rabe en entramados opacos de reparto del mercado para reducir el margen de maniobra europeo. Tambi¨¦n cabe preguntarse si Rusia ve a Argel como un aliado para torpedear la Carta Energ¨¦tica, ya que este pa¨ªs no se ha adherido al documento que Rusia firm¨® en 1994, pero que no ha ratificado.

Mientras se desvelan las inc¨®gnitas de la alianza, existen razones m¨¢s inmediatas para coordinar la pol¨ªtica energ¨¦tica europea. Una de ellas es la posible repetici¨®n, este invierno, de una crisis entre Rusia y Ucrania, pa¨ªs por donde pasa m¨¢s del 70% del gas que consume Europa. La llegada a la jefatura del Gobierno en Kiev de V¨ªktor Yanuk¨®vich puede suavizar el tono entre los dos pa¨ªses eslavos, pero no har¨¢ que el Kremlin reconsidere su decisi¨®n de exportar el gas a precios de mercado. Esta decisi¨®n es v¨¢lida tanto para Ucrania y Moldavia como para Bielorrusia, pese a que este ¨²ltimo pa¨ªs tenga un cierto "descuento" gracias a su alianza estrat¨¦gica con Mosc¨².

Ucrania acumula deudas por el gas ruso, y por delante est¨¢n las negociaciones para fijar nuevos precios. Si no llegan a un acuerdo, Kiev puede volver a quedarse con parte del gas destinado a Europa, y Rusia verse tentada a cerrar el grifo. Dada la situaci¨®n estrat¨¦gica de Ucrania, la UE deber¨¢ prestar atenci¨®n a la transparencia y eficacia de la pol¨ªtica energ¨¦tica de este pa¨ªs, sin h¨¢bitos de ahorro de combustible. Europa debe tambi¨¦n plantearse su diversificaci¨®n energ¨¦tica, sin soslayar el problema de la energ¨ªa nuclear. Cualesquiera que sean las decisiones, la UE debe debatir este tema, considerando no s¨®lo los peligros que evidenci¨® Chern¨®bil, sino tambi¨¦n las innovaciones tecnol¨®gicas desde entonces.